Ante los recientes resultados
electorales en las elecciones parlamentarias, son muchas las reflexiones y los
análisis publicados por parte de comentaristas políticos de todas las
tendencias, aunque a decir verdad, a partir de las declaraciones de importantes
dirigentes del gobierno nacional, se puede inferir que no han leído ninguno de
esos documentos, sino que en se acentúa aún más el aislamiento, la ceguera y la
soberbia de la pandilla que hoy dirige los destinos del país.
En esa onda de reflexiones,
análisis, cartas abiertas, recomendaciones y distribución de culpas, me he
tomado la libertad de formular algunas recomendaciones no solicitadas para el
presidente Nicolás Maduro, epicentro indiscutible de las culpas y
responsabilidades ante el proceso de destrucción del capital político heredado
del difunto presidente Chávez y conductor –literal- del proceso de destrucción
de bienestar más acelerado que haya experimentado la economía nacional, desde
la guerra federal del siglo XIX.
Nicolás, no tienes nada que perder!
Sabes que no tienes capital
político propio, lo cual no es necesariamente una debilidad. Llegaste al poder
apoyado por el pueblo chavista siguiendo la recomendación explicita del
presidente Chávez. Una vez llegado al poder, te estalló una bomba de tiempo por
las enormes distorsiones económicas acumuladas durante el gobierno tu mentor.
Sin embargo, tu mayor responsabilidad ha sido continuar con políticas erradas y
no tener la valentía de cambiarlas.
Hasta ahora, estarías pasando a
la historia en el mejor de los casos, como un personaje gris, sin
trascendencia. En el peor de los casos tu legado será la destrucción de un
enorme capital político heredado y el fracaso del chavismo como un experimento
político alternativo a las ideas dominantes de la economía del mercado.
De modo que no tienes nada que
perder, no tienes la más remota oportunidad de ser reelecto como presidente lo
cual es un peso enorme para otros funcionarios con tales aspiraciones pero del
cual tu estas libre. Piénsalo bien. Sin tener esas ataduras de las aspiraciones
de liderazgo internacional o de que se hagan escuelas con tu nombre en el
futuro, en realidad tienes mayor rango de acción que cualquiera de tus homólogos
en ejercicio o de tus predecesores en el cargo.
Que puedes hacer entonces?
Intenta gobernar con el pueblo,
dejando de lado a los diez carajos que te mantienen como rehén político.
Abandona esa herencia putrefacta conocida como “El Legado” y que cada quien
interpreta como le da la gana. Tú no eres Chávez, deja de imitarlo. Guarda por él,
el mismo respeto que guardarías por cualquier difunto. Amalo, venéralo, rézale
pero por dios deja de intentar gobernar como él.
El presidente eres tú. No dejes
que los emperadorcitos que acumularon poder con Chávez digan nada respecto a tu
forma de gobernar. Imprímele tu propio sello a tu gestión y mándalos a la
mierda
Destétalos
Agradécele al círculo de sabios
que te rodea los favores recibidos, promételes que contigo sus secretos estarán
a salvo y despídete de todos aquellos que formaron parte del gobierno de Chávez.
Jaua, Jorge, Delcy y Hector Rodriguez, Diosdado y su combo, Bernal, Tareck, y
Ameliach entre otros, que ganaron sus espacios de poder y sus clientelas
políticas gracias a su vinculación con Chávez no son para nada un soporte
político adecuado y de hecho, estoy seguro de que apuestan a tu fracaso. Aunque
Jaua por ejemplo, te prometa que “el “aporta no sé cuántos votos, que maneja su
propio colectivo armado etc, mándalo largo al carajo. Gobierna sin
intermediarios con el pueblo que te apoya, por poco que parezca. Quizá te
lleves una sorpresa. ¿Qué tienes que temer? Ya no tienes chance electoral
alguno y estos apoyos no te salvan de nada, ni siquiera de un golpe de estado.
Es más me atrevo a asegurar que por allí van los tiros en este momento.
Lo más importante: abandona “El
legado”. Solo toma lo bueno y abandona esas taras mentales que tanto daño nos
hacen y que han llevado al país al foso en el que se encuentra. Entiende que el
estado no lo puede todo. Que el empleo público no es una solución social de
largo aliento. Que la política social no es una dadiva del gobierno, mucho
menos una lotería donde tu asignas a los afortunados ganadores el otorgamiento
de un beneficio y por tanto “te deben “algo.
No puede faltar que te deslastres
de todos los adulantes y aplaudidores de oficio que desde la época del presidente
Chávez, se han pegado a la teta del estado y manteniéndose de bajo perfil han
logrado durante años sobrevivir a las sacudidas de la burocracia estatal. La fórmula
es simple: todo el que hay apoyado por acción o por omisión, las medidas que
hoy todos saben que nos están jodiendo como sociedad, los que no advirtieron o
lo hicieron tímidamente, mándalos también a la mierda. En ese lote entrarían
Sanguino, Cabezas, Farias y muchos de los palangres y cagatintas que hoy copan
el sistema nacional de medios públicos.
Inicia la desestatización de todo
lo que el estado ha acumulado en estos años. Transfiérele la propiedad de las
empresas estatales no estratégicas mediante la entrega de acciones a los
trabajadores, a las cajas de ahorro. Democratiza la propiedad. Ser empleado público
o beneficiario de alguna beca no es la máxima aspiración de un ciudadano.
En fin Nicolás, si te deslastras
del peso de los prejuicios, y te alejas del nido de alacranes al que se refirió
Müller Rojas aun tienes una oportunidad. De hecho, podrías hacer una verdadera
revolución, no solo dentro de la izquierda mundial sino en general establecer
un nuevo modo de hacer política, sin partidos y sin herencia política. Solo bienestar. Piénsalo
@jhernandezucv
discusionpoliticavzla.blogspot.com
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