miércoles, 30 de diciembre de 2015

Un último consejo: Libérate Nicolás





Ante los recientes resultados electorales en las elecciones parlamentarias, son muchas las reflexiones y los análisis publicados por parte de comentaristas políticos de todas las tendencias, aunque a decir verdad, a partir de las declaraciones de importantes dirigentes del gobierno nacional, se puede inferir que no han leído ninguno de esos documentos, sino que en se acentúa aún más el aislamiento, la ceguera y la soberbia de la pandilla que hoy dirige los destinos del país.

En esa onda de reflexiones, análisis, cartas abiertas, recomendaciones y distribución de culpas, me he tomado la libertad de formular algunas recomendaciones no solicitadas para el presidente Nicolás Maduro, epicentro indiscutible de las culpas y responsabilidades ante el proceso de destrucción del capital político heredado del difunto presidente Chávez y conductor –literal- del proceso de destrucción de bienestar más acelerado que haya experimentado la economía nacional, desde la guerra federal del siglo XIX.

Nicolás, no tienes nada que perder!

Sabes que no tienes capital político propio, lo cual no es necesariamente una debilidad. Llegaste al poder apoyado por el pueblo chavista siguiendo la recomendación explicita del presidente Chávez. Una vez llegado al poder, te estalló una bomba de tiempo por las enormes distorsiones económicas acumuladas durante el gobierno tu mentor. Sin embargo, tu mayor responsabilidad ha sido continuar con políticas erradas y no tener la valentía de cambiarlas.

Hasta ahora, estarías pasando a la historia en el mejor de los casos, como un personaje gris, sin trascendencia. En el peor de los casos tu legado será la destrucción de un enorme capital político heredado y el fracaso del chavismo como un experimento político alternativo a las ideas dominantes de la economía del mercado.

De modo que no tienes nada que perder, no tienes la más remota oportunidad de ser reelecto como presidente lo cual es un peso enorme para otros funcionarios con tales aspiraciones pero del cual tu estas libre. Piénsalo bien. Sin tener esas ataduras de las aspiraciones de liderazgo internacional o de que se hagan escuelas con tu nombre en el futuro, en realidad tienes mayor rango de acción que cualquiera de tus homólogos en ejercicio o de tus predecesores en el cargo.

Que puedes hacer entonces?

Intenta gobernar con el pueblo, dejando de lado a los diez carajos que te mantienen como rehén político. Abandona esa herencia putrefacta conocida como “El Legado” y que cada quien interpreta como le da la gana. Tú no eres Chávez, deja de imitarlo. Guarda por él, el mismo respeto que guardarías por cualquier difunto. Amalo, venéralo, rézale pero por dios deja de intentar gobernar como él.

El presidente eres tú. No dejes que los emperadorcitos que acumularon poder con Chávez digan nada respecto a tu forma de gobernar. Imprímele tu propio sello a tu gestión y mándalos a la mierda



Destétalos

Agradécele al círculo de sabios que te rodea los favores recibidos, promételes que contigo sus secretos estarán a salvo y despídete de todos aquellos que formaron parte del gobierno de Chávez. Jaua, Jorge, Delcy y Hector Rodriguez, Diosdado y su combo, Bernal, Tareck, y Ameliach entre otros, que ganaron sus espacios de poder y sus clientelas políticas gracias a su vinculación con Chávez no son para nada un soporte político adecuado y de hecho, estoy seguro de que apuestan a tu fracaso. Aunque Jaua por ejemplo, te prometa que “el “aporta no sé cuántos votos, que maneja su propio colectivo armado etc, mándalo largo al carajo. Gobierna sin intermediarios con el pueblo que te apoya, por poco que parezca. Quizá te lleves una sorpresa. ¿Qué tienes que temer? Ya no tienes chance electoral alguno y estos apoyos no te salvan de nada, ni siquiera de un golpe de estado. Es más me atrevo a asegurar que por allí van los tiros en este momento.

Lo más importante: abandona “El legado”. Solo toma lo bueno y abandona esas taras mentales que tanto daño nos hacen y que han llevado al país al foso en el que se encuentra. Entiende que el estado no lo puede todo. Que el empleo público no es una solución social de largo aliento. Que la política social no es una dadiva del gobierno, mucho menos una lotería donde tu asignas a los afortunados ganadores el otorgamiento de un beneficio y por tanto “te deben “algo.

No puede faltar que te deslastres de todos los adulantes y aplaudidores de oficio que desde la época del presidente Chávez, se han pegado a la teta del estado y manteniéndose de bajo perfil han logrado durante años sobrevivir a las sacudidas de la burocracia estatal. La fórmula es simple: todo el que hay apoyado por acción o por omisión, las medidas que hoy todos saben que nos están jodiendo como sociedad, los que no advirtieron o lo hicieron tímidamente, mándalos también a la mierda. En ese lote entrarían Sanguino, Cabezas, Farias y muchos de los palangres y cagatintas que hoy copan el sistema nacional de medios públicos.

Inicia la desestatización de todo lo que el estado ha acumulado en estos años. Transfiérele la propiedad de las empresas estatales no estratégicas mediante la entrega de acciones a los trabajadores, a las cajas de ahorro. Democratiza la propiedad. Ser empleado público o beneficiario de alguna beca no es la máxima aspiración de un ciudadano.

En fin Nicolás, si te deslastras del peso de los prejuicios, y te alejas del nido de alacranes al que se refirió Müller Rojas aun tienes una oportunidad. De hecho, podrías hacer una verdadera revolución, no solo dentro de la izquierda mundial sino en general establecer un nuevo modo de hacer política, sin partidos y sin  herencia política. Solo bienestar. Piénsalo

@jhernandezucv
discusionpoliticavzla.blogspot.com



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