jueves, 30 de julio de 2015

¿Por qué la depreciación? Conciliando la vision gerencial con la práctica contable


La contabilidad es una de esas disciplinas frías, sin alma a la que la mayoría de los mortales les rehuimos tanto como podemos, hasta que el contador nos alcanza en el pasillo para explicarnos como es que el cargo de depreciación nos sacó de nuestros estimados de resultados… y con ello, de la esperada bonificación de la gerencia.

En particular, la depreciación es un concepto etéreo para el no especialista. Una magnitud en nuestra contabilidad que no pasa por el banco y por tanto, se mantiene fuera del radar de gerentes y emprendedores de todo tipo.

De acuerdo con la Norma Internacional de Contabilidad Nº 16, la depreciación se define como “la distribución sistemática del importe depreciable de un activo a lo largo de su vida útil” ¿quedó claro? Quizá no, veamos

La depreciación es un apartado contable –no implica movimiento de efectivo- utilizado para reconocer la pérdida de valor de los activos que soportan directa o indirectamente, la operación de una organización cualquiera. Esta pérdida de valor de los activos se registra como un gasto del período, por lo que disminuye la utilidad contable del ejercicio, incrementa los costos y con ello los precios, y reduce el valor de los activos o stock de riqueza de la organización. Estos efectos peculiares en el resultado de la empresa, producen que muchos gerentes no financieros, accionistas, emprendedores y otros prefieran no imputar o minimizar los gastos de depreciación. La verdad es que no entienden la importancia del concepto.

Supongamos que a ese familiar desempleado crónico –en todas las familias hay al menos uno- le regalamos un carro para que lo maneje como taxi. La persona en cuestión trabaja con el carro y con él, logra cubrir los gastos variables (mantenimientos preventivos y correctivos, gasolina, cauchos etc) y gana para alimentar a su familia. Luego de cinco años de éxito y estabilidad económica toca de nuevo nuestra puerta: el motor del carro se fundió y hay que comprar uno nuevo ó hacer una reparación mayor. El sujeto por supuesto, no tuvo la precaución de hacer un apartado para esta previsible situación.

Esto es exactamente lo que la depreciación representa para una empresa; una especie de apartado, de alcancía contable donde se colocan los recursos destinados a la reposición de los activos que soportan la operación de la empresa. Si no se hacen correctamente los apartados de depreciación, la empresa se come a sí misma; los flujos netos que esta produce no podrían garantizar la eventual reposición de activos y los accionistas se repartirían como utilidad algo que realmente no lo es: recursos que la empresa necesitará en el futuro.

Esto es especialmente importante en las empresas y proyectos de altos costos fijos, de alta inversión en planta y equipos como son las operaciones automatizadas de manufactura.

Si Ud. es dueño o directivo de una empresa, le conviene ponerle un ojo al asunto de las depreciaciones. Desconfíe si sus gerentes quieren mejorar sus cifras, disminuyendo el cargo por depreciación. Eso denotaría falta de visión y un inconveniente interés en mostrar mejores números en el corto plazo.

@jhernandezucv





lunes, 20 de julio de 2015

Frenazo del Crédito= Colapso del consumo

Venezuela vive una monstruosa crisis económica, posiblemente única para un país que no ha enfrentado en meses recientes, guerras convencionales o tragedias naturales de consideración. Posiblemente, la situación económica de Venezuela en este momento es si acaso comparable con la devenida en las postrimerías de la Guerra Federal que azotó al país en el siglo XIX. Aunque hoy el consenso es abrumador en cuanto al reconocimiento de la crisis –sólo un reducido grupo de quienes ejercen el poder pretende ignorar su gravedad- hasta hace muy poco muchos venezolanos negaban la existencia de tal crisis. El mejor argumento para demostrar la buena salud de la economía venezolana era señalar los notables flujos de turistas en las épocas de vacaciones, las inmensas colas para comprar en comercios de todo tipo, la ocupación de hoteles y restaurantes entre otros indicadores informales proxy del nivel de actividad económica.


¿Cómo se mantuvo esa enorme capacidad de consumo del venezolano promedio en un contexto de recesión económica, alza vertiginosa de precios y deterioro general de todos los indicadores económicos del país? Emulando al slogan de Clinton podemos decir “Es el crédito, estúpido”




¿Cuál es la realidad hoy?

A partir de una forzosa visita que realicé a un Centro Comercial por motivo de la celebración cuasi religiosa del Día de las Madres en mayo de este año, pude ser testigo del notable enfriamiento de la actividad económica en una fecha que, en años anteriores, había presenciado igualmente como un festín de consumo y compras desenfrenadas.

Este año la realidad observada fue distinta y comentaba a algunos colegas y familiares que el problema estaba en el crédito. Desde hace tiempo la economía doméstica del venezolano estaba pasando aceite, pero con el boom de crédito, la creciente bancarización y la masificación del uso de la tarjeta de crédito, los niveles de consumo pudieron mantenerse sólidos por algunos extrainings. Al revisar las cifras del Boletín Mensual publicado por la Superintendencia de Instituciones del Sector Bancario SUDEBAN puede observarse lo siguiente:

Cartera de Crédito Bruta del sector Bancario




La cartera de crédito de la banca, que venía creciendo en términos reales de manera constantes en los últimos años parece haber frenado abruptamente su crecimiento. En particular, los créditos al consumo (Tarjeta de Crédito y al consumo por cuotas) crecieron 27% en un lapso de 6 meses en términos nominales. Si asumimos una inflación de 65% en ese lapso (recordemos que en Venezuela, el Banco Central no ha divulgado las cifras oficiales de inflación en lo que va de 2.015, pero los analistas muestran un amplio consenso que en ningún caso estará por debajo de 140% al cierre de año) el crecimiento del crédito entra a terreno negativo en una magnitud de 37,6%. El notable colapso de la comercialización y ensamblaje de vehículos en el país, así como la paralización de la construcción residencial privada con el exponencial crecimiento en el precio de las viviendas ha producido que los créditos destinados a vehículos y sector hipotecario, se hayan desplomado 60% y 55% respectivamente en términos reales. En períodos abiertamente recesivos de la economía la demanda de créditos para inversión se contrae fuertemente, como lo muestran las variaciones reales en los destinos microcréditos y sector manufacturero.


Es necesario recordar que el gobierno estableció diferentes gavetas crediticias, que consiste en el direccionamiento obligatorio hacia sectores específicos y en condiciones preferenciales, de buena parte del crédito otorgado por la banca, con base en la cartera de créditos bruta al cierre del año anterior. En este momento, más del 50% del crédito de la banca debe dirigirse de acuerdo a lo establecido en las diferentes disposiciones gubernamentales que establecen esas obligaciones:


Condiciones de los Créditos Dirigidos de la Banca Venezolana


En un contexto de baja demanda de crédito y considerando las prácticas de evaluación del riesgo que debe mantener el sector bancario, se dificulta el cumplimiento de los volúmenes de crédito dirigido por lo que las instituciones al incurrir en incumplimientos, son sancionadas por los entes reguladores. 

¿La trampa de la liquidez?

La caída en la demanda de créditos no obedece a un problema de precios o costos del financiamiento. En Venezuela tenemos, por causa del proceso inflacionario que se vive en los últimos tiempos y que ha caracterizado buena parte de nuestras historia económica de los últimos 30 años, tasas de interés reales negativas. Es decir, la tasa de interés que los bancos cobran por los créditos – y por ello, las que pagan a los ahorristas- son inferiores a la tasa de inflación de la economía, lo cual hace altamente atractivo el apalancamiento con recursos del sector financiero para el emprendimiento de proyectos, para el consumo, para la expansión de capacidades productivas etc sin embargo las cifras no se corresponden con esa potencial ventaja para la inversión. No importa cuanto más bajen las tasas de interés en el país, eso no reactivará la demanda de créditos hasta tanto se superen otros problemas del complejo panorama económico actual. Bajar las tasas de interés no reactivará la demanda de crédito, -al menos no la del crédito productivo- y provocará mayor inflación. El gobierno sin embargo, parece tener incentivos para obligar a la banca a seguir financiando el consumo abaratando el crédito y relajando su otorgamiento; ojalá prive la sensatez y no llegue a tomar medidas de esta naturaleza, que pondrían en severo riesgo al sector bancario nacional. La política de intervención gubernamental en el sector bancario a través de control de tasas y comisiones, así como la imposición de gavetas obligatorias tuvo un impacto positivo en el desempeño del sector y apoyó considerablemente la etapa de expansión –con sus bemoles- de la economía en el lapso 2.004-2.011.

En resumen, así como la bonanza petrolera y el enorme endeudamiento contratado por el país permitió financiar una insostenible situación de bienestar material de la población, del mismo modo, una expansión del crédito a las familias mediante tasas reales negativas, permitió mantener impetuosos niveles de consumo durante varios años. La severidad de la crisis económica actual parece estar obligando a la banca a racionalizar la entrega de créditos –hace unos meses aumentaban el límite de las tarjetas de crédito con mucha frecuencia, parece que ya no- para mantener controlado el riesgo de impagos por parte de una población a la que cada vez le sobra menos (ó le falta más) dinero al llegar a fin de mes. Es muy probable que en los próximos meses se incremente la morosidad en la banca, veremos las cifras en los próximos meses.

@jhernandezucv




martes, 14 de julio de 2015

Por razones de urgencia económica, se remata un país. Verlo es comprarlo

En noviembre de 2014, escribí algunas observaciones sobre la crisis de balanza de pagos que viviría el país durante 2015 debido a la disminución el ingreso petrolero y a los elevados compromisos de pago de deuda e importaciones, en el contexto de una producción interna en caída libre.


En aquella oportunidad hablaba de un escenario de precios petroleros de 65$ por barril. Al cierre del primer semestre de 2015, el precio promedio de la canasta venezolana se encuentra por debajo de los 50$ por barril, lo que representaría una disminución de ingresos por el orden del 40%. Para llegar a un promedio de 65$, tendría que mantenerse en lo que resta de año sobre 804, lo que implica precios del barril Brent de 100USD.


En el escenario proyectado el año pasado a un precio de 65$ por barril de petróleo, los ingresos por exportaciones del país, estarían rondando los 40.000 millones de dólares. Dada la estructura de compromisos de deuda que asciende a 11 millardos de dólares a lo largo del año y suponiendo importaciones CIF por 49.000 millones de dólares, el déficit de balanza de pagos se situaba cerca de 20.000 millones de dólares.

¿Qué ha pasado hasta ahora?

Hasta el cierre de junio de 2.015 la situación no ha colapsado. El temido default sobre los bonos en los pagos de los primeros meses del año fue descartado y se ha formado ya un nuevo consenso de que el país podrá cubrir sus compromisos durante el resto del año, incluso con la concentración de pagos que se presenta en el último trimestre del año.

La situación de la economía nacional es cada vez más crítica. La escasez y el desabastecimiento así como la paralización de la producción nacional por falta de insumos evidencian – aunque no se disponga de data oficial- que la variable de ajuste han sido las importaciones.

Para cerrar la brecha se remata un país.

Venezuela ha estado liquidando de forma bastante acelerada sus activos externos, como única manera de obtener la liquidez que le permita enfrentar el déficit de su cuentas externas, y poder financiar parcialmente las indispensables importaciones que necesita el país en el contexto de una política de tierra arrasada sobre el sector productivo nacional llevada adelante por el gobierno nacional desde el segundo mandato del presidente Chávez.

Reservas Internacionales: Las reservas internacionales han disminuido 5.829 millones de dólares desde comienzos del año para ubicarse en 16.247 millones, representando una variación de 26%.
Debe considerarse adicionalmente, que las reservas internacionales del país están conformadas en buena medida por activos de baja liquidez, especialmente por oro, que representaba más del 70% de las RRII totales en agosto 2.014.


Oro: Según informaciones de prensa, el Gobierno nacional realizó una operación swap con la banca internacional para la obtención de 1.500 millones de dólares de liquidez colocando como garantía parte del oro que Venezuela mantiene en el exterior. Con esta operación, perfectamente válida desde el punto de vista técnico, el gobierno nacional transforma activos en liquidez con el compromiso de recomprar ese oro una vez cancelado el capital e intereses. Es posible que se produzcan nuevas operaciones colocando el oro como garantía, aun cuando estas operaciones se dificultan por el hecho de que el oro fue trasladado a Venezuela en el año 2.011 como símbolo de la recuperación de la soberanía. En realidad, la ubicación física del oro es un elemento secundario. Aun cuando estuviera depositado en Valle de Guanape, la realidad es que parte del oro pertenece en este momento a la banca internacional.

Derechos Especiales de Giro: Según cifras del BCV, en agosto de 2014, Venezuela declaraba entre sus activos, la posesión de aproximadamente 3.2 millardos de dólares en DEG, instrumento negociable que corresponde al país en su condición de socio del FMI. Según informaciones de prensa, Venezuela habría realizado un segundo retiro de fondos, con lo que se totalizaría 1.8 millardos de bolívares de liquidez que ha recibido el Banco Central de Venezuela a cambio de estos activos. Es bueno destacar que los ciudadanos venezolanos nos enteramos de esta operaciones porque el FMI publica el saldo de DEG mantenidos por los países miembros. La casta que hoy gobierna Venezuela considera que no es necesario informar a los ciudadanos o a la Asamblea Nacional sobre estas operaciones con los ahorros de la República.

Cuentas por Cobrar: En el marco del convenio PetroCaribe, Venezuela mantenía cuentas por cobrar a los países socios por 6 millardos de dólares aproximadamente. A principios de año, se realizó una operación de descuento a través de la cual se vendió la deuda que República Dominicana mantenía con el país, para adelantar los pagos y recibir liquidez. En términos nominales, de una deuda de 4.038 millones de dólares, Venezuela aceptó recibir sólo 1.933 millones para poder monetizar de inmediato esa deuda. Operaciones similares están planteadas con Jamaica y Uruguay, de acuerdo con informaciones de prensa. Cabe destacar que el convenio PETROCARIBE, que originó la deuda y por tanto la pérdida patrimonial por el descuento otorgado, sigue vigente.

CITGO: Insistentemente se viene manejando la posibilidad de que el gobierno Venezolano venda la empresa CITGO en los Estados Unidos. Aun cuando la discusión sobre la conveniencia de mantener la propiedad sobre ese activo es de vieja data, las necesidades de recursos del gobierno nacional pusieron nuevamente sobre la palestra esa posibilidad. De acuerdo con información de prensa, varias empresas manifestaron interés pero la negociación no se concretó.

Ante esa situación, se decidió realizar una operación de endeudamiento de CITGO mediante la emisión de bonos en el mercado Norteamericano con la finalidad de levantar recursos que se enviarían a Venezuela. Estas operaciones representaron un flujo de liquidez por el orden de 2.5 millardos de dólares. Parte de esta emisión de bonos fue garantizada con los activos (refinerías) de la empresa CITGO.

Más deuda: Desde principios de año, el presidente Maduro emprendió una gira por Rusia, China y Qatar para, entre otras cosas, conseguir financiamiento que le permitiera al país, superar con éxito la coyuntura de un ingreso petrolero mermado. En tal sentido, el presidente anunciaba al país en el mes de enero que había encontrado “el oxígeno suficiente para cubrir la caída de los precios petroleros” 

De estas operaciones de deuda con Qatar no se supo más nada.

A pesar de que en enero se anunciaba un nuevo préstamo de China por 20 millardos de dólares, es en abril cuando se retoma el tema y se habla de un préstamo por 10 millardos de dólares. Parte de ese dinero, -según informaciones de prensa 8 millardos- estarían atados a proyectos mientas que únicamente 2 millardos estarían a disposición del estado venezolano. Un informe de Bank of América de Junio de 2.015 asegura que sólo se ha recibido la mitad de ese préstamo, y que un monto de 5 millardos de dólares estaría por recibirse en el segundo semestre del año.

Como se observa, el gobierno nacional ha utilizado todas las posibilidades a su alcance, en cuanto a la utilización de activos externos para poder cumplir sus compromisos de corto plazo con los tenedores de bonos. Un brutal recorte en las importaciones que se traduce en mayor escasez, desabastecimiento y recesión en el país, más endeudamiento y el remate de los pocos activos externos con que cuenta el país (considerando que durante la bonanza petrolera no se ahorró nada en el FEM, y nadie conoce el paradero de los recursos depositados en los fondos paralelos como el BANDES y el FONDEN) le ha permitido al gobierno levantar liquidez por el orden de 20 millardos de dólares y cruzar en 2015 hasta la otra orilla.

Si no ocurre un aumento súbito en los precios petroleros durante el segundo semestre del año que coloque el barril Brent en 100 dólares y lo mantenga allí durante 2016, es muy poco probable que el gobierno pueda pagar las obligaciones el próximo año. En Febrero 2016 vece el Global 2016 por 1.5 millardos de dólares.

Por lo pronto, felicitaciones a los que tuvieron el estómago para comprar o mantener los bonos de PDVSA y de la República en sus portafolios.


@jhernandezucv

lunes, 13 de julio de 2015

¿Estamos o no estamos en Hiperinflación?





¿Estamos o no en un proceso hiperinflacionario?

En los círculos académicos se viene produciendo un debate –innecesario desde mi punto de vista- respecto a si es apropiado o no, calificar el actual proceso de aceleración de precios en el país como una hiperinflación. Al respecto, la gran mayoría de los economistas parecen haberse anclado al concepto acuñado por Phillipe Cagan en cuanto a las magnitudes de inflación necesarias para considerar como hiperinflación a una determinada situación económica. Ese nivel de aumento de precios se estableció en 50% mensual en su momento. De acuerdo con estos colegas si el país no alcanza esos niveles, no puede catalogarse como hiperinflación.









Por otra parte, el prestigioso economista Felipe Perez Martí ha venido insistiendo que Venezuela ya está viviendo lo que se conoce como una Hiperinflación moderna. De acuerdo con la International Accounting Standards (IAS) ente internacional encargado de fijar estándares internacionales de prácticas contables que orienta a las empresas en el reporte de sus cifras, un proceso hiperinflacionario se caracteriza por:

  • La población general prefiere mantener su riqueza en activos no monetarios o en moneda extranjera relativamente estable. Los saldos disponibles en moneda local son inmediatamente invertidos para mantener su poder de compra.


¿Pasa esto en Venezuela? sin duda. Desde el ama de casa que almacena inventarios de meses de productos, pasando por el bachaquero, hasta las grandes empresas que dosifican sus inventarios, sin mencionar el hecho de la enorme fuga de capitales de quienes han puesto a buen resguardo en monedas estables sus activos, es una realidad generalizada que nadie quiere quedarse con bolívares.

  • La población general se refiere a los montos monetarios no en términos de moneda local sino en términos de moneda extranjera. Lo precios pueden establecerse en esa moneda


Me atrevería a decir que en este momento no existe en el país ninguna transacción comercial de importancia que pueda transarse en bolívares. Desde equipos tecnológicos, vehículos nuevos o usados, celulares de gama alta, viviendas, alquileres etc, todo se transa en dólares. Hasta las bandas delictivas de secuestro express, secuestro de vehículos y por supuesto, secuestro de personas, están pidiendo rescate en dólares.

  • Las transacciones comerciales de compra y venta, cuando son realizadas a crédito, reflejan en sus precios, la cobertura que reduzca la pérdida de poder de compra del dinero durante la vigencia del crédito. Incluso en períodos muy cortos.


  • La tasa acumulada de inflación en los últimos tres años alcanza ó excede el 100%.


Bajo este último criterio solamente, Venezuela se encuentra en un proceso hiperinflacionario. Sólo la inflación acumulada en el lapso mayo 2014- abril 2015 supera el 100% de acuerdo con estimaciones del Bank of América. Recordemos que las estadísticas de inflación de Venezuela son de exclusiva propiedad de los emperadores que nos gobiernan. No es un asunto que interese a nosotros, los súbditos.

Hasta dónde puede llegar la inflación este año? El cielo es el límite. El presidente Maduro no ha mostrado la capacidad ni la voluntad de enfrentar la situación, por lo que las expectativas son francamente negativas.

En cuanto a quien tiene la razón, no es importante. Los economistas nos caracterizamos en gran número por un enorme ego y en atacarnos unos a otros. Yo pienso que si estamos en hiperinflación, espero las pedradas.


Referencias:
http://www.iasplus.com/en/standards/ias/ias29

@jhernandezucv


viernes, 10 de julio de 2015

¿Qué pueden hacer las empresas en el país para sobrevivir el temporal en el que nos encontramos?












Cuando hablamos de la terrible crisis económica actual casi siempre lo hacemos, en mi caso al menos, desde el punto de vista individual, como asalariado, como consumidor, como ciudadano. Otras veces como economista me enfoco en hacer una descripción general de la situación, y emitir recomendaciones para la formulación de las necesarias políticas económicas que ayuden a sacar al país del foso en el que nos encontramos luego de varios años de una errada visión de lo que debe ser la economía y la sociedad venezolana.

¿Cómo está la situación para las empresas, para los empresarios? Me permito delimitar la categoría empresarios como aquellos hombres y mujeres que buscan ganar dinero trabajando, arriesgando, produciendo e invirtiendo; aquellos que se saben y asumen como responsables no solo de su bienestar y de los suyos sino de la estabilidad y bienestar de los accionistas, de los trabajadores y de sus familias. Se excluye de esa categoría a aquellos que con un maletín, un celular y un cuñado en el departamento de compras de cualquier empresa pública o privada, solo intermedian, compran barato y venden caro, sin construir nada, ni una marca, ni siquiera una reputación comercial.

Las empresas privadas en Venezuela sin importar su tamaño o estructura de propiedad están, como todos en el país, bajo fuego. No sólo por las duras condiciones macroeconómicas, la inseguridad ciudadana generalizada y unas pésimas perspectivas. Se hallan bajo fuego por el estigma impulsado desde los sectores del poder político, que les señala como responsables casi únicos del desastre de sociedad en la que nos hemos convertido.

¿Qué pueden hacer las empresas en el país para sobrevivir el temporal en el que nos encontramos? Algunas ideas

Paciencia: Aun cuando hemos entrado en los momentos más críticos del proceso de destrucción de la economía nacional, tomar decisiones en estas circunstancias demanda de mucho análisis y mucha cabeza fría. Liquidar activos en estos momentos es paradójicamente, más perjudicial que seguir operando incluso en las actuales condiciones. El dinero que se puede recibir, en el improbable caso que se consigan compradores dispuestos a invertir a un precio razonable, se destruye tan rápido que en cuestión de horas desaparece una oportunidad de negocio. A menos que exista un plan de salida muy sólido (en divisas, por ejemplo) manténganse operando. Paradójicamente, las barreras de salida están altas en este momento. Llegarán tiempos mejores.

ESTRATEGIA EMPRESARIAL. REDUCIR, ESTABILIZAR, EXPANDIR.

No hay una estrategia única ni recetas mágicas. Sólo Ud. conoce las particularidades de su negocio. El rumbo a seguir dependerá de la realidad de su entorno particular, de su mercado, de su desempeño como empresa. En cualquier caso, se identifican tres posibilidades

Reducir: Minimizar su exposición a pérdidas, reduciendo –en el marco de la legislación y sin desatar la ira de la burocracia fiscalizadora- la estructura de la empresa al mínimo necesario. Esta estrategia es recomendada para aquellos sectores en que las regulaciones, la escasez ó la falta de divisas le están impidiendo cubrir los costos variables del negocio. Se puede trabajar un tiempo sin cubrir los costos fijos, pero si el margen bruto es negativo o tiende a cero no tiene sentido operar. No incurra en despidos masivos o abruptos. Saltarse las obligaciones legales con los trabajadores es una pésima manera de ahorrar y una excelente forma de ganar enemigos… y de arruinarse la vida.

Estabilizar: Considérese afortunado si su empresa está generando utilidad para mantenerse funcionando. Preserve las variables que le han permitido operar en negro hasta ahora. Aproveche de cultivar relaciones con sus clientes, agregar valor, conocer sus necesidades, en una palabra, fidelizarlos. Si su negocio le permite ajustar precios con suficiente flexibilidad, si tiene elevados costos fijos, compromisos bancarios, margen positivo aunque pequeño, haga lo posible por sobrevivir. Cuando el mercado repunte, Ud estará en una posición ventajosa para cosechar los beneficios.

Expandir: Toda crisis es al mismo tiempo, una oportunidad. Lo que para algunos son momentos de retirada, para otros es momento de avanzar, de ganar posiciones. Si su empresa tiene elevadas posiciones en bolívares, si el flujo de caja proyectado es holgado, si su plan es de mediano o largo plazo, aproveche de invertir tanto y tan rápido como pueda. Convierta esos bolívares en activos menos líquidos pero que preserven o incrementen su valor en el corto plazo. Bienes inmuebles, software, capacitación, investigación, branding etc. podrían ser destinos adecuados para la inversión de bolívares con miras en el mediano plazo.

PRÁCTICAS GERENCIALES PARA APOYAR LA ESTRATEGIA EMPRESARIAL

Mantenga los ojos bien abiertos: No se descuide. En Venezuela no tenemos sistema de precios que oriente la toma de decisiones. No hay estadísticas oficiales. Desde hace varios años nos enteramos de las grandes decisiones que afectan nuestras vidas y nuestros negocios, bien sea a través de un programa dominical, una cadena televisada o por los runrunes de Bocaranda.
Contrate servicios de información sobre el comportamiento del mercado, tracking de precios, de inflación, utilice en la medida de lo posible servicios de expertos. Hay servicios de consultoría para todos los presupuestos, no dude en buscarlos. Diversifique sus fuentes de información, no se base en sólo una visión (aunque se identifique con la suya) de lo que ocurre en el país. El sesgo político es demasiado elevado como para confiarle las decisiones patrimoniales.

Costos, Costos, Costos: Y costos. Haga énfasis en los números que arroja la empresa sin perder la necesaria visión estratégica del negocio. Apóyese de ser necesario, en servicios de terceros que le permitan construir los modelos que se ajusten mejor a la realidad de su empresa. Los reportes y procesos financieros - contables no son una formalidad. No los descuide.

Gestión de activos: Es bien sabido que en Venezuela, los activos se revalorizan en términos nominales. No escatime en mantener asegurado los bienes valiosos, especialmente cuando estos contribuyen a los objetivos de la empresa. Vehículos, galpones, oficinas, maquinarias, equipos. ¿Se imagina tener que reponer forzosamente activos físicos a los precios actuales?
Administre inteligentemente sus inventarios. Ojo, no incurra en prácticas que pueden ser consideradas ilegales. Asegúrese de conocer los tiempos de rotación, los procesos y lapsos para la reposición de insumos o mercancías, mantenga contacto cercano con sus proveedores.

Tesorería: El único activo que pierde valor son las cuentas por cobrar. Considerando que el valor del dinero en la actual situación es efímero, cobre todo cuanto pueda, tan rápido como pueda. Si es posible, utilice el crédito como argumento de venta, de lo contrario, conviértalo rápidamente en otro tipo de activo. Tenga en cuenta que endeudarse en bolívares es una excelente opción para financiar activos como inventarios.

El flujo de caja en bolívares es una herramienta de negociación. Aún en un entorno como el actual, es posible encontrar oportunidades de negocio si se dispone de liquidez suficiente. Los descuentos por pronto pago a sus proveedores pueden generarle importantes descuentos. Si se los otorga a sus clientes, puede otorgarle la liquidez que necesite sin pasar por los procesos bancarios.

La Banca venezolana está rebosante de bolívares, estarán encantados de brindarle financiamiento si supera las evaluaciones de rigor. Mantenga una buena relación con la banca, si no es ahora, pronto le será útil.

Hay muchas cosas más que hacer para capear el temporal. Si su visión es realmente empresarial, si le apuesta a la continuidad de su negocio, no se concentre únicamente en protegerse mediante la compra de divisas a los estratosféricos precios de hoy. Tiene diversas opciones. Es difícil, pero ya usted debe estar acostumbrado

@jhernandezucv



jueves, 9 de julio de 2015

Que se Jodan los Griegos






En el debate en torno a la situación de Grecia, se diferencian dos grandes corrientes. Por una parte, los que defendemos la necesidad de que Grecia, a través del democráticamente electo  gobierno de Syriza y Alexis Tsipras, conduzca un plan de reformas económicas de corto, mediano y largo plazo que permitan a ese país, salir del pantano de pobreza, decrecimiento, desempleo y desesperanza al que ha llegado gracias a años de erradas políticas económicas de sus anteriores gobernantes, y como olvidarlo, gracias a una importante ayudaita de la actual arquitectura financiera global dominante.

En la otra esquina, tenemos a quienes anteponen a todo, la necesidad de que Grecia honre en tiempo y forma, los compromisos adquiridos con sus acreedores. Los argumentos van desde la selección del “mal menor” que no es otra cosa que abrazarse a los dictámenes de la troika, con la esperanza –vana esperanza en mi opinión- de que, siguiendo sus recomendaciones, a la vuelta de unos años, Grecia habrá retomado la senda del crecimiento y el bienestar característico de las economías de Europa Occidental. Los argumentos más bajos, los más viscerales también han aflorado en días recientes: Los Griegos son flojos, improductivos, irresponsables y pretenden vivir a costillas del ciudadano europeo. En este sentido, disponen de abundantes elementos para soportar su visión de los hechos: la sociedad Griega mantiene un modo de vida muy superior a la productividad de su economía, lo cual pudo sostener durante los años de la unión monetaria, gracias a los abundantes préstamos de la banca europea, especialmente Francesa, Alemana y Española. De aquellos polvos...


Pareciera entonces que la discusión trasciende la esfera de lo económico y pasa a ser del tipo político y hasta ético. Hay un consenso bastante amplio de que las medidas de austeridad recomendadas por la Troika han ocasionado un severo daño a la economía Griega, afectando considerablemente variables como el desempleo, que registra niveles escandalosos en ese país. ¿Qué se pretende? ¿seguir depauperando a la población para que “asuman su responsabilidad” sobre lo ocurrido? ¿condenar al hambre, al frio y la desesperanza a millones de personas -incluyendo los no nacidos- para evitar que los bancos acreedores registren pérdidas? ¿Cuál es la lógica de arrinconar a un país hasta que ya no pueda más?

@jhernandezucv

viernes, 3 de julio de 2015

¿Cómo Sanear la economía sin que la clase media y los pobres paguen los platos rotos? ( y III)

Un conjunto de medidas de reforma y ajuste macroeconómico, debe perseguir no sólo la restauración de importantes equilibrios perdidos, condición necesaria para emprender la senda del desarrollo nacional. Si bien es cierto que se trata de establecer un set de medidas de rápido impacto sobre los desequilibrios más importantes –déficit fiscal, déficit de balanza de pagos y sistema de precios internos como mínimo- deben sentarse las bases para las reformas de segunda y tercera generación que conduzcan progresivamente a la superación del rentismo que los Venezolanos llevamos en el ADN social, entendido este, como la propensión a la obtención de beneficios sociales y pecuniarios con cargo a las riquezas naturales con las que Dios generosamente dotó a esta tierra de gracia. El esfuerzo, el trabajo, el ahorro, la superación personal, y el emprendimiento son vistos con demasiada frecuencia, como valores ajenos, como excentricidades imposibles dada nuestra situación social. El papel del estado y la histórica utilización de la política social como herramienta clientelar para la captura de simpatías y consecuentemente, votos, han alimentado la cultura rentística en el venezolano promedio. En este momento la necesidad del ajuste económico es incuestionable, la discusión radica en las características de ese ajuste. Desde mi punto de vista, el estado debe seguir siendo un actor de primera importancia no sólo en la esfera de la económico, sino también en la provisión de servicios de calidad al ciudadano, no de la manera como se viene haciendo, sino con un enfoque de sostenibilidad y corresponsabilidad ciudadana.

Como cierre de las ideas iniciadas en los anteriores escritos, algunos comentarios sobre algunos aspectos sociales previsiblemente impactados por las previsibles reformas económicas por venir:

Sistema de Salud: Según cifras del Banco Mundial, Venezuela destinó en 2013 0,98% del PIB al gasto en salud, luego de registrar un máximo de 2,66% en 2007. El programa de salud Misión Barrio Adentro, representó en su etapa inicial una enorme inversión en la construcción de infraestructura y dotación de la nueva red desconcentrada de medicina preventiva. En la actualidad es común observar las instalaciones cerradas, sin médicos o trabajando parcialmente. La situación de los hospitales es lamentable y ni hablar de la situación de las cirugías electivas. En un escenario de restricción de ingresos, y por tanto, de disponibilidades para el gasto por parte del estado, debe procurarse preservar en la medida de lo posible, los presupuestos del sector salud, reorientando la filosofía de atención y gestión de las instituciones.

En el mediano plazo, debe darse cabida a un sistema de financiamiento mixto, que permita, a través del cobro progresivo a los usuarios, el financiamiento de los gastos mínimos de funcionamiento y operación de las instituciones de salud. La atención de enfermedades crónicas ó de alta complejidad, que demandan considerables recursos, debe permanecer en el esquema financiado por el estado.

Vivienda: Uno de los pilares de los planes de inversión social que debe ser preservado de las oscilaciones de las disponibilidades presupuestarias. La GMVV representa un enorme potencial para el desarrollo económico y social del país, a través de la atención de la pobreza -medida por Necesidades Básicas Insatisfechas- y del impulso al sector construcción, el cual, como se sabe es intensivo en mano de obra. La forma como se ha manejado hasta ahora este programa sin embargo, no se compadece con las enormes sumas de recursos que se han destinado para su desarrollo. La GMVV es un programa inauditable, sin embargo es ampliamente conocido su recurrente incumplimiento de los volúmenes de ejecución planificados, la opacidad en los criterios de adjudicación a los beneficiarios, la imposibilidad de valorar las unidades terminadas, el robo, desvío y tráfico de materiales, las importaciones de insumos que perfectamente pudieran producirse en el país y el manejo doloso e irregular de los “convenios internacionales” que otorgan a empresas extranjeras la adjudicación de la obra pagada en dólares, mientras que la ejecución es subcontratada a empresas nacionales de otro modo excluidas del programa. Por otra parte, el manejo discrecional, clientelar y excluyente en la asignación de las viviendas, la irresponsable gratuidad generalizada otorgada a los beneficiarios, la inseguridad generalizada que caracteriza a los urbanismos GMVV y la anarquía y falta de ciudadanía que se evidencia en esos espacios, son aspectos que deben corregirse inmediatamente para que el programa se mantenga en el tiempo y cumpla con sus objetivos.

Finalmente en este punto, la GMVV no debe ser la única opción para la adquisición de viviendas. Debe impulsarse la construcción residencial privada, modificando de inmediato las leyes que restringen al sector y que prácticamente han aniquilado un importante generador de empleos en el mercado primario de ventas y de alquiler de inmuebles.

Alimentación: Aun cuando no se dispone de cifras, es evidente que buena parte de eso que el gobierno nacional llama inversión social, se ha destinado a las políticas en materia de alimentación. El gobierno nacional ha fundamentado su política social de acceso a los alimentos, en una generalizada política de subsidios y controles a los precios de venta que ha conducido a una considerable disminución de la producción nacional, a través de la destrucción de la rentabilidad de la producción privada, y un incremento de la participación del estado como importador, productor y distribuidor de alimentos. Esta creciente participación del estado logra explicar buena parte de la actual situación de escasez y desabastecimiento record para el país. Las millonarias sumas destinadas a las masivas importaciones de alimentos, pagados en divisas a precios superiores a los reconocidos al productor nacional, la enorme corrupción asociada a esos procesos de importación y que se tradujeron en la pérdida por descomposición de miles de toneladas de alimentos –sin un sólo culpable por ello- son insostenibles con la merma de los ingresos petroleros que permitieron financiar las importaciones que mantuvieron parcialmente bajo control el abastecimiento. Por otra parte, la intervención del estado como productor, mediante la expropiación de tierras, frigoríficos, comercio e industrias ha demostrado ser un colosal fracaso.

En el contexto de las reformas económicas por venir, considerando que los precios internos basados en un tipo de cambio absurdamente sobrevaluado tenderán a ajustarse, debe garantizarse el acceso a los alimentos por parte de los sectores más débiles. Los mecanismos para mitigar el impacto de las medidas son diversos entre ellos:

Redes estatales de distribución: La reorientación de las redes estatales hacia el expendio de alimentos y productos con márgenes mínimos –pero sostenibles- de rentabilidad son un elemento de competencia que influye en la formación de precios de la economía nacional.

Subsidios Directos: En el contexto de las reformas, se hace necesario eliminar las políticas de control de precios y precios máximos de venta. La compensación del impacto del previsible aumento en los precios (ya absorbido parcialmente en la actualidad dada la escasez y la necesidad de los consumidores promedio de acudir a canales no formales de abastecimiento que manejan precios muchísimo más altos que las regulaciones establecidas) debe realizarse a las familias necesitadas, censadas y en magnitudes limitadas, de acuerdo a criterios transparentes y prestablecidos. Dicha compensación podría ser en efectivo, a través de tarjetas electrónicas como en las experiencias de Stamp Foods (SNAP) de los Estados Unidos ó el programa Bolsa Familia en Brasil.

Servicios: La política de subsidios a la gasolina, que generó en 2014 pérdidas a PDVSA por el orden de los 10.000 millones de dólares y que junto con los subsidios al servicio eléctrico, el gas doméstico, el agua potable y hasta telefonía e internet; representan una pesada carga para el fisco nacional y un importante condicionante en la idiosincrasia del venezolano promedio que desconoce en realidad el valor de los servicios recibidos. Por otra parte, el hecho de que importantes sectores de la población no paguen nada –ni siquiera la tarifa social preferencial subsidiada- lejos de ser una política de inclusión, es realmente una discriminación con el segmento de la población que cumple con la responsabilidad de participar en el financiamiento de los servicios recibidos.

Deben establecerse entonces, estructuras diferenciadas donde todos los venezolanos cancelen por los servicios recibidos, y que, aquellos servicios con mayor valor agregado –una mayor velocidad de internet, una banda de consumo superior- permita subsidiar los paquetes mínimos sociales para las personas de menor ingreso.

Seguridad Social: Entre las políticas inclusivas más acertadas adelantadas por la administración del presidente Chávez, la masificación y homologación al salario mínimo de las pensiones de vejez han tenido un impacto considerable en la recuperación del ingreso y del consumo agregado. Esta política sin embargo, carece de sustentabilidad económica en el mediano plazo lo cual constituye el principal desafío en la reformulación de los programas fiscales en el marco del proceso de reformas. Factores como cobertura, contribución, base contributiva y las tendencias demográficas del país, atentan contra la posibilidad de continuar incorporando nuevos pensionados e incluso, de poder pagar las pensiones ya otorgadas. Una revisión de los aportes, las inversiones de los recursos de la tesorería de la seguridad social entre otros, son determinantes para el diseño de un sistema socialmente beneficioso y económicamente sustentable.

Un asunto pendiente que arrastra la sociedad venezolana es la aprobación del marco legal de los diferentes subsistemas de seguridad social, que han sido sustituidos por una institucionalidad paralela basada en misiones, decretos extraordinarios y otras figuras discrecionales. Urge rescatar la institucionalidad de la seguridad social y de hecho, la institucionalidad de todas las esferas del estado.
Como puede verse, y para no hacer el cuento más largo, un paquete de medidas económicas trasciende por mucho el ámbito estrictamente macroeconómico. Las medidas estrictamente económicas, generan importantes efectos sociales. Las políticas sociales por su parte, más allá de cubrir necesidades materiales en determinadas condiciones, sirven también para crear ciudadanía y sentido de corresponsabilidad entre los ciudadanos de un país. En Venezuela vivimos en este momento la peor situación económica en muchos años y por otra parte, años de erradas políticas sociales han causado un daño muy profundo en el tejido social, reforzando en muchos casos comportamientos ciudadanos que se constituyen en severos obstáculos a superar para avanzar en la construcción del país posible. Con ó sin petróleo.

@jhernandezucv

jueves, 2 de julio de 2015

¿Cómo Sanear la economía sin que la clase media y los pobres paguen los platos rotos? (II)

Cada día que pasa la situación de la economía venezolana es más grave. Entre los ciudadanos, crece la percepción de que el principal problema del país tiene que ver con la economía, superando incluso, de acuerdo con los últimos estudios de opinión publicados, a la inseguridad como principal preocupación ciudadana. En un país con 25.000 homicidios por año, que exista una preocupación mayor que la de sobrevivir al hampa, dice mucho de la insoportable situación de inflación, estancamiento y escasez que se sufre actualmente.

Como se viene planteando, es necesario que las indispensables medidas de ajuste macroeconómico, condición necesaria para la reconstrucción de la economía nacional, se acompañen de políticas públicas que amortigüen el impacto sobre la calidad de vida de los más débiles: asalariados, pobres, grupos vulnerables. El papel del estado es fundamental en esta tarea. El hipertrófico estado venezolano es probablemente, gracias a la propiedad del ingreso petrolero, el único estado en el mundo que puede darse el lujo de avanzar en un ajuste macroeconómico que restaure los equilibrios perdidos, minimizando el impacto social de las medidas.

En todos los aspectos que se analicen sobre la vida social del venezolano, surgen repetidamente conceptos que orientan el diseño de las políticas públicas: Subsidios, inclusión, cobertura, calidad, gratuidad, temporalidad entre otros. La política social de los gobiernos a lo largo de la historia, y muy especialmente durante la administración del presidente Chávez, se ha orientado al reparto de la renta petrolera. Este reparto, realizado de manera clientelar en poco ha contribuido al desarrollo del país en general y a la superación de las condiciones de vulnerabilidad por parte de los receptores de la asistencia estatal.          

En este artículo y en los subsiguientes intentaré abordar una caracterización de diferentes aspectos de la vida social del venezolano, sobre los cuales se generará un impacto inmediato por causa de las necesarias medidas de ajuste macroeconómico que sin duda tendrán que tomar los actores políticos que ejerzan el poder en los próximos meses.

Inseguridad: ¿Qué tiene que ver la terrible situación de inseguridad ciudadana que se vive en el país con un ajuste macroeconómico? Si tiene que ver. La actual epidemia de violencia que se vive en el país y cuya expresión más dramática es una tasa de homicidios entre las más elevadas del mundo, se gestó, se desarrolló o se potenció muy notablemente durante el gobierno del presidente Chávez, es decir, en una época en la cual los ingresos petroleros y las políticas de distribución de la renta, lograron una significativa elevación del ingreso del venezolano medio y la masificación en el acceso a servicios como vivienda, salud, educación y alimentación. ¿Qué puede esperarse entonces que ocurra en un contexto en que se contrae el ingreso, aumenta la pobreza y se desmontan los incentivos a las diferentes formas de rebusque, legal o ilegal?

No soy experto en seguridad. En todo caso debo ser experto en inseguridad, por todas las veces que he sido robado, porque el hampa me dejó parapléjico para robarme un carro, porque conozco de cerca esa realidad de miles de familias que se encierran en sus casas como única posibilidad de sentirse –no de estar- seguros. Niños que al oír una pirotecnia salen corriendo a refugiarse como sus padres le enseñaron, madres que esperan a sus hijos –incluso adultos- mirando por la ventana, o que los acompañan por las escaleras del barrio para que no se los maten. Esa es la realidad de nuestros barrios. Si hablamos de inclusión, en este tema todos estamos incluidos.

El estado venezolano ha perdido el control, la capacidad de ejercer la autoridad, el uso legítimo de la violencia en muchos espacios, tanto funcionales como territoriales. Bajo la mirada indiferente y complaciente de las autoridades se han formado microestados –espacios funcionales y territoriales-donde el estado legal es manifiestamente incapaz de imponerse: minería ilegal, contrabando de gasolina, mafias sindicales entre otros. Por otra parte, se ha evidenciado el control territorial que ejercen las bandas armadas en los barrios y que manejan el tráfico de drogas, que disponen de sofisticados armamentos, carros, complicidad de las autoridades y no pocas veces, el apoyo de la comunidad, que desconfía –con sobrada razón- de los cuerpos policiales y la acción judicial.
Ante la violencia de estas montoneras, sólo la violencia legal del estado tendría la posibilidad de comenzar a revertir la situación de criminalidad desbordada que vive el país. Una situación generalizada de inseguridad ciudadana puede verse reforzada en un contexto de dificultades económicas.

Educación: Nuevamente la cobertura, la calidad, la gratuidad surgen al momento de caracterizar otro aspecto de la política social. A efectos de una mejor caracterización, debe separarse la educación primaria y secundaria de la educación universitaria. Veamos

Educación primaria y secundaria: Luego de un impulso inicial a través de las escuelas bolivarianas, con los años se ha evidenciado el rotundo fracaso que ha significado la política educativa del gobierno nacional. Las fallas recurrentes del programa de alimentación escolar, la flexibilización de los criterios de evaluación que conducen a la promoción al siguiente grado de alumnos que no logran las competencias básicas, la incorporación masiva de docentes con precaria formación, la depauperación de la carrera docente y el deterioro de la planta física es moneda corriente en cualquier región del país pero alcanza niveles dramáticos en la provincia. Una política altamente nociva ha sido la exoneración generalizada de matrícula en aras de una mal concebida y peor implementada política de justicia social. Es bien sabido que el ministerio de educación es de los entes más ineficientes del hipertrófico estado venezolano y que las instituciones educativas no reciben en forma suficiente ni oportuna, los recursos mínimos que necesita para su funcionamiento. Escuelas sin bombillos, sanitarios dañados, rejas y ventanas deterioradas, y hasta condiciones de insalubridad, son situaciones que pudiesen solventarse a través de la colaboración corresponsable de los padres y representantes en el financiamiento de la educación de sus hijos. La gratuidad absoluta, independientemente de la capacidad relativa de contribución de los representantes, ha enviado un mensaje de que es responsabilidad casi exclusiva del estado la educación de los niños y jóvenes, liberando a los padres del rol que necesariamente deben tener en el financiamiento de la educación de sus hijos.

En la educación secundaria los problemas se hacen aún más dramáticos: la deserción escolar oculta deliberadamente en las estadísticas oficiales que obligan a calificar a alumnos que en realidad no asisten aun cuando están inscritos, la flexibilización extrema de las evaluaciones que obligan a repetir varias veces las evaluaciones con el único fin de demostrar número de egresados sin la menor atención en las competencias mínimas y que se traducen luego en una frustración generalizada cuando se piensa en asistir a una universidad, la elevada criminalidad, consumo de drogas y alcohol en las instalaciones educativas, embarazo adolescente y la subsecuente interrupción del proceso educativo, la falta de profesores especialistas que se pretende cubrir con la formación express de egresados de las misiones… en fin, la actual situación del sistema educativo venezolano es prácticamente una garantía de que las cosas empeorarán en el corto plazo.

Educación Universitaria: ¿debe ser gratuita la educación universitaria? En Venezuela, parece estar invertida la prioridad en los presupuestos de la educación. La masificación de la educación universitaria en nuestro país no pasa de ser una oferta engañosa, dados los severos problemas de pertinencia y calidad que presentan las universidades creadas en años recientes bajo la premisa de la masificación del derecho a la educación. En realidad, todos tenemos derecho a ingresar a la universidad, pero el título universitario no debe ser un derecho como se pretende que lo sea, sino que debe ser el resultado del esfuerzo individual del estudiante. El nuevo modelo de ingreso a las universidades es fiel definición de una justicia social mal concebida.

La gratuidad absoluta de la educación universitaria es un peso cultural que arrastramos los Venezolanos durante muchos años. En el contexto de las reformas económicas por venir, uno de los mitos por desmontar debe ser, al igual que ocurre con todos los subsidios, el pretendido derecho irrenunciable a recibir del estado –por derecho de nacionalidad- de manera gratuita, un bien tan importante, pero opcional, como lo es una carrera universitaria
De cada quien según su capacidad. Es simple sentido común.

@jhernandezucv