Un conjunto de medidas de reforma
y ajuste macroeconómico, debe perseguir no sólo la restauración de importantes
equilibrios perdidos, condición necesaria para emprender la senda del
desarrollo nacional. Si bien es cierto que se trata de establecer un set de
medidas de rápido impacto sobre los desequilibrios más importantes –déficit
fiscal, déficit de balanza de pagos y sistema de precios internos como mínimo-
deben sentarse las bases para las reformas de segunda y tercera generación que
conduzcan progresivamente a la superación del rentismo que los Venezolanos
llevamos en el ADN social, entendido este, como la propensión a la obtención de
beneficios sociales y pecuniarios con cargo a las riquezas naturales con las
que Dios generosamente dotó a esta tierra de gracia. El esfuerzo, el trabajo,
el ahorro, la superación personal, y el emprendimiento son vistos con demasiada
frecuencia, como valores ajenos, como excentricidades imposibles dada nuestra
situación social. El papel del estado y la histórica utilización de la política
social como herramienta clientelar para la captura de simpatías y
consecuentemente, votos, han alimentado la cultura rentística en el venezolano
promedio. En este momento la necesidad del ajuste económico es incuestionable,
la discusión radica en las características de ese ajuste. Desde mi punto de
vista, el estado debe seguir siendo un actor de primera importancia no sólo en
la esfera de la económico, sino también en la provisión de servicios de calidad
al ciudadano, no de la manera como se viene haciendo, sino con un enfoque de
sostenibilidad y corresponsabilidad ciudadana.
Como cierre de las ideas
iniciadas en los anteriores escritos, algunos comentarios sobre algunos
aspectos sociales previsiblemente impactados por las previsibles reformas
económicas por venir:
Sistema de Salud: Según cifras del Banco Mundial, Venezuela destinó
en 2013 0,98% del PIB al gasto en salud, luego de registrar un máximo de 2,66%
en 2007. El programa de salud Misión Barrio Adentro, representó en su etapa
inicial una enorme inversión en la construcción de infraestructura y dotación
de la nueva red desconcentrada de medicina preventiva. En la actualidad es
común observar las instalaciones cerradas, sin médicos o trabajando
parcialmente. La situación de los hospitales es lamentable y ni hablar de la
situación de las cirugías electivas. En un escenario de restricción de
ingresos, y por tanto, de disponibilidades para el gasto por parte del estado,
debe procurarse preservar en la medida de lo posible, los presupuestos del
sector salud, reorientando la filosofía de atención y gestión de las
instituciones.
En el mediano plazo, debe darse
cabida a un sistema de financiamiento mixto, que permita, a través del cobro
progresivo a los usuarios, el financiamiento de los gastos mínimos de
funcionamiento y operación de las instituciones de salud. La atención de
enfermedades crónicas ó de alta complejidad, que demandan considerables
recursos, debe permanecer en el esquema financiado por el estado.
Vivienda: Uno de los pilares de los planes de inversión social que
debe ser preservado de las oscilaciones de las disponibilidades
presupuestarias. La GMVV representa un enorme potencial para el desarrollo
económico y social del país, a través de la atención de la pobreza -medida por
Necesidades Básicas Insatisfechas- y del impulso al sector construcción, el
cual, como se sabe es intensivo en mano de obra. La forma como se ha manejado
hasta ahora este programa sin embargo, no se compadece con las enormes sumas de
recursos que se han destinado para su desarrollo. La GMVV es un programa
inauditable, sin embargo es ampliamente conocido su recurrente incumplimiento
de los volúmenes de ejecución planificados, la opacidad en los criterios de
adjudicación a los beneficiarios, la imposibilidad de valorar las unidades
terminadas, el robo, desvío y tráfico de materiales, las importaciones de
insumos que perfectamente pudieran producirse en el país y el manejo doloso e
irregular de los “convenios internacionales” que otorgan a empresas extranjeras
la adjudicación de la obra pagada en dólares, mientras que la ejecución es
subcontratada a empresas nacionales de otro modo excluidas del programa. Por
otra parte, el manejo discrecional, clientelar y excluyente en la asignación de
las viviendas, la irresponsable gratuidad generalizada otorgada a los
beneficiarios, la inseguridad generalizada que caracteriza a los urbanismos
GMVV y la anarquía y falta de ciudadanía que se evidencia en esos espacios, son
aspectos que deben corregirse inmediatamente para que el programa se mantenga
en el tiempo y cumpla con sus objetivos.
Finalmente en este punto, la GMVV
no debe ser la única opción para la adquisición de viviendas. Debe impulsarse
la construcción residencial privada, modificando de inmediato las leyes que
restringen al sector y que prácticamente han aniquilado un importante generador
de empleos en el mercado primario de ventas y de alquiler de inmuebles.
Alimentación: Aun cuando no se dispone de cifras, es evidente que
buena parte de eso que el gobierno nacional llama inversión social, se ha
destinado a las políticas en materia de alimentación. El gobierno nacional ha
fundamentado su política social de acceso a los alimentos, en una generalizada
política de subsidios y controles a los precios de venta que ha conducido a una
considerable disminución de la producción nacional, a través de la destrucción
de la rentabilidad de la producción privada, y un incremento de la
participación del estado como importador, productor y distribuidor de
alimentos. Esta creciente participación del estado logra explicar buena parte
de la actual situación de escasez y desabastecimiento record para el país. Las
millonarias sumas destinadas a las masivas importaciones de alimentos, pagados
en divisas a precios superiores a los reconocidos al productor nacional, la
enorme corrupción asociada a esos procesos de importación y que se tradujeron
en la pérdida por descomposición de miles de toneladas de alimentos –sin un
sólo culpable por ello- son insostenibles con la merma de los ingresos
petroleros que permitieron financiar las importaciones que mantuvieron
parcialmente bajo control el abastecimiento. Por otra parte, la intervención del
estado como productor, mediante la expropiación de tierras, frigoríficos,
comercio e industrias ha demostrado ser un colosal fracaso.
En el contexto de las reformas
económicas por venir, considerando que los precios internos basados en un tipo
de cambio absurdamente sobrevaluado tenderán a ajustarse, debe garantizarse el
acceso a los alimentos por parte de los sectores más débiles. Los mecanismos
para mitigar el impacto de las medidas son diversos entre ellos:
Redes estatales de distribución: La
reorientación de las redes estatales hacia el expendio de alimentos y productos
con márgenes mínimos –pero sostenibles- de rentabilidad son un elemento de
competencia que influye en la formación de precios de la economía nacional.
Subsidios Directos: En el contexto de
las reformas, se hace necesario eliminar las políticas de control de precios y
precios máximos de venta. La compensación del impacto del previsible aumento en
los precios (ya absorbido parcialmente en la actualidad dada la escasez y la
necesidad de los consumidores promedio de acudir a canales no formales de
abastecimiento que manejan precios muchísimo más altos que las regulaciones
establecidas) debe realizarse a las familias necesitadas, censadas y en
magnitudes limitadas, de acuerdo a criterios transparentes y prestablecidos.
Dicha compensación podría ser en efectivo, a través de tarjetas electrónicas
como en las experiencias de Stamp Foods (SNAP) de los Estados Unidos ó el
programa Bolsa Familia en Brasil.
Servicios: La política de subsidios a la gasolina, que generó en
2014 pérdidas a PDVSA por el orden de los 10.000 millones de dólares y que
junto con los subsidios al servicio eléctrico, el gas doméstico, el agua
potable y hasta telefonía e internet; representan una pesada carga para el
fisco nacional y un importante condicionante en la idiosincrasia del venezolano
promedio que desconoce en realidad el valor de los servicios recibidos. Por
otra parte, el hecho de que importantes sectores de la población no paguen nada
–ni siquiera la tarifa social preferencial subsidiada- lejos de ser una
política de inclusión, es realmente una discriminación con el segmento de la
población que cumple con la responsabilidad de participar en el financiamiento
de los servicios recibidos.
Deben establecerse entonces,
estructuras diferenciadas donde todos los venezolanos cancelen por los
servicios recibidos, y que, aquellos servicios con mayor valor agregado –una
mayor velocidad de internet, una banda de consumo superior- permita subsidiar
los paquetes mínimos sociales para las personas de menor ingreso.
Seguridad Social: Entre las políticas inclusivas más acertadas adelantadas por la administración del
presidente Chávez, la masificación y homologación al salario mínimo de las
pensiones de vejez han tenido un impacto considerable en la recuperación del
ingreso y del consumo agregado. Esta política sin embargo, carece de
sustentabilidad económica en el mediano plazo lo cual constituye el principal
desafío en la reformulación de los programas fiscales en el marco del proceso
de reformas. Factores como cobertura, contribución, base contributiva y las
tendencias demográficas del país, atentan contra la posibilidad de continuar
incorporando nuevos pensionados e incluso, de poder pagar las pensiones ya
otorgadas. Una revisión de los aportes, las inversiones de los recursos de la
tesorería de la seguridad social entre otros, son determinantes para el diseño
de un sistema socialmente beneficioso y económicamente sustentable.
Un asunto pendiente que arrastra
la sociedad venezolana es la aprobación del marco legal de los diferentes
subsistemas de seguridad social, que han sido sustituidos por una institucionalidad
paralela basada en misiones, decretos extraordinarios y otras figuras
discrecionales. Urge rescatar la institucionalidad de la seguridad social y de
hecho, la institucionalidad de todas las esferas del estado.
Como puede verse, y para no hacer
el cuento más largo, un paquete de medidas económicas trasciende por mucho el
ámbito estrictamente macroeconómico. Las medidas estrictamente económicas,
generan importantes efectos sociales. Las políticas sociales por su parte, más
allá de cubrir necesidades materiales en determinadas condiciones, sirven
también para crear ciudadanía y sentido de corresponsabilidad entre los ciudadanos
de un país. En Venezuela vivimos en este momento la peor situación económica en
muchos años y por otra parte, años de erradas políticas sociales han causado un
daño muy profundo en el tejido social, reforzando en muchos casos
comportamientos ciudadanos que se constituyen en severos obstáculos a superar
para avanzar en la construcción del país posible. Con ó sin petróleo.
@jhernandezucv
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar! Si es de su interés, mi cuenta en tuiter es @jhernandezucv