miércoles, 30 de septiembre de 2015

El país de las mujeres más bellas y las fotocopias fondo negro

Venezuela es un territorio privilegiado ubicado al norte de Sur América, dotado de bellos paisajes naturales, hermosas playas, tierras fértiles, clima agradable, abundantes recursos minerales y las mayores reservas de petróleo del planeta. En cuanto a su gente, los pobladores del país son en su gran mayoría personas alegres, solidarias y emprendedoras. La belleza de las venezolanas es referencia mundial.

Desde el punto de vista cultural, pesa sobre los hombros del ciudadano venezolano, la responsabilidad histórica de ser los descendientes de los héroes que dirigieron las grandes hazañas militares que condujeron a la independencia de América. Por otra parte, existen dos enormes fardos culturales que limitan la capacidad de la sociedad venezolana para superar los problemas que la agobian, y entrar definitivamente en la era de la economía del conocimiento: por una parte, la mentalidad rentista que lleva al ciudadano a pensar que puede obtener algún tipo de beneficio sin tener que trabajar para lograrlo y el segundo fardo, el más pesado de todos, la necesidad de cada ciudadano de disponer de la “fotocopia del título en fondo negro”.

El tema es preocupante y no se le ve salida. Los venezolanos sabemos que el botón de arranque de cualquier trámite por sencillo que sea, lo representa la “copia fotostática” de cualquier documento. Las fotocopias de la cédula, por ejemplo, son el combustible que mueve el aparato burocrático estatal, aunque las instituciones privadas no se quedan atrás a la hora de solicitarle a sus clientes y relacionados, copias en papel de documentos que perfectamente pueden ser digitales. Los bancos que piden copias de los estados de cuenta de sus propios clientes son muestra irrefutable de ello. Ahora no es sólo la cédula, la copia del RIF ha pasado a engrosar las carpetas que los venezolanos cargamos “por si acaso” en la guantera del carro. Dicen que los niños vienen al mundo con un pan bajo el brazo. Los niños venezolanos tendrán que venir al mundo con una carpeta marrón de ganchos tamaño oficio, con separadores de cartulina.

Y es que no se avizora un cambio sustancial en el mediano plazo si consideramos el extraño fenómeno cultural que representa la “copia del título en fondo negro”. ¿De dónde nace esta extraña costumbre de pedir este requisito? Habría que preguntarle a Elias Pino Iturrieta o a algún otro historiador que se sumerja en los archivos a ver el origen histórico de este requisito.
Formularé una hipótesis desde mi ignorancia sobre el tema, ojalá alguien pueda aclarármelo: en algún momento, el papel donde se imprimían los títulos ofrecía alguna marca de seguridad que se hacía evidente en la fotocopia fondo negro, lo que permitía confirmar la autenticidad del documento. A estas alturas ¿Qué seguridad aporta la fotocopia fondo negro para la validez de un título académico? Me aventuro a asegurar que ninguna. Es sólo costumbre. Una pesada, lamentable y cada vez más costosa costumbre.

Existe toda una industria de fotocopias en fondo negro en su versión más acabada y al parecer, más especial de todas: la que se saca en acetato y no en un vulgar e igual de inútil papel bond. ¿A cuántos nos han devuelto un trámite por no disponer del mítico fondo negro del título? ¿Por qué es sólo el título académico el que requiere semejante validación fotostática y no por ejemplo, el título de propiedad de un vehículo? Alrededor de ese olimpo de la burocracia que representa el ministerio de educación en la esquina de Salas, hay todo un ecosistema empresarial orientado al servicio de fotocopiado.

Lo más desesperanzador de todo es que la vanguardia intelectual de la sociedad, las mentes más iluminadas, que se supone se encuentran en nuestras universidades, son las principales demandantes de la “copia en fondo negro del título de bachiller” y hasta para inscribirse en un posgrado la institución te pide el “fondo negro del título de pregrado”. Es decir, en nuestras universidades que se suponen creadoras de conocimiento, no se ha logrado superar la bendita costumbre de pedir documentos inútiles lo cual es síntoma de problemas mucho más profundos. El contexto de la brutal crisis económica del país donde todo se encarece velozmente y en un momento donde no se consigue tóner para copiadoras, puede ser la oportunidad de abandonar estos molestos esquemas que le hacen la vida triste a los usuarios y avanzar en nuevas prácticas administrativas, aunque como diría Will Smith –ahora en Facebook al parecer ese actor es una especie de Paulo Coello de frases usurpadas- es más fácil romper un átomo que … una costumbre.

@jhernandezucv







miércoles, 16 de septiembre de 2015

¿Cuanto es el salario mínimo en Venezuela en dólares?

El objetivo de tener una legislación que establezca un salario mínimo, es garantizar que todos los trabajadores reciban al menos, una remuneración de “nivel de subsistencia” -en términos de economía política clásica- que le permita cubrir una canasta mínima de consumo. En Venezuela, desde hace mucho tiempo, el salario mínimo es uno de los pivotes más importantes de la política social del estado Venezolano. De manera casi religiosa salvo contadas excepciones, en mayo de cada año, se actualiza el valor del salario mínimo con la intención de mantener en alguna medida, el poder de compra del salario. Esta situación es asumida por los trabajadores como un derecho y los demás agentes económicos lo descuentan en sus decisiones de precios, inversión y costos.

Con las reformas enmarcadas en el programa “Agenda Venezuela” a mediado de los 90’s se estableció en la Ley del Trabajo, el mecanismo tripartito entre empresarios, gobierno y sindicatos para la discusión y eventual establecimiento de los valores del salario mínimo de ley. Durante el gobierno del presidente Chávez, se abandonó el esquema de la “trimaldita” y el presidente de la República fijaba unilateralmente el monto del salario mínimo. Algunos recordarán cuando el presidente Chávez sorprendió al general Usón, para la fecha ministro de finanzas, con la magnitud del ajuste del salario mínimo. Ni su ministro de finanzas conocía la magnitud del aumento.

Durante la gestión del presidente Maduro y en el marco de la continuación de la desacertada política económica de su predecesor, el salario mínimo continúa siendo el mecanismo principal en la política social del gobierno venezolano. En medio del feroz proceso inflacionario que se vive en el país, se han promulgado ya varios ajustes en el valor nominal del salario mínimo, que se vuelven sal y agua por efectos de la inflación. El divorcio entre la productividad y el salario nominal se hace evidente ante cada decisión al respecto.

¿Y en dólares?

Como parte del desbarajuste económico que se vive en el país donde no existe un tipo de cambio de referencia, es común que por una parte, las autoridades utilicen la tasa más baja para asegurar con fines proselitistas que “los venezolanos tienen el salario mínimo más alto de Latinoamérica” o que por otra parte, a cada hito que alcanza el dólar paralelo, las redes sociales se llenen de afirmaciones de venezolanos deprimidos y políticos opositores que aseguran que el salario mínimo en el país es inferior al de Burkina Faso.

Ambos extremos, como en casi todos los aspectos, están una vez más, equivocados. La cesta de consumo típica del venezolano se compone de rubros con diferentes niveles de componente importado y aun cuando el valor del dólar se haya establecido como referente para todas las transacciones, las variaciones en el tipo de cambio no se reflejan 1 a 1 en los precios internos, aunque el Prof. Steve Hanke ha postulado semejante relación entre las variaciones del tipo de cambio y los registros de inflación. Demasiado lineal.

La gente de Ecoanalítica, firma venezolana de reconocida seriedad ha estimado que a agosto del presente año, la tasa de cambio promedio que enfrenta el consumidor Venezolano se ubica en Bs. 178 por dólar, lo que dejaría el salario mínimo del venezolano en 41,73$ mensual. Razonable.

Diferencias en las cestas de consumo

Pero no todos los venezolanos ganan salario mínimo y por supuesto, no tienen las mismas preferencias de consumo. Mientras más elevado es el estrato social, tanto mayor debe corresponderse la tasa de cambio promedio de ese consumidor, en la medida que incorpora entre sus preferencias, rubros que se encuentran fuera de las políticas de regulación oficial o en cualquier caso, fuera de las tasas de cambio oficiales.

Una pequeña muestra

Para validar cual es la tasa de cambio que enfrenta el consumidor venezolano en una cesta de consumo, se tomaron unos pocos rubros homogéneos, con la finalidad de comparar su precio interno con los precios de otros países latinoamericanos cuyo nivel de ingreso se asemeja a de Venezuela: Colombia, Argentina, México y Chile.

Se seleccionó un conjunto de 14 rubros, básicos, perfectamente comparables entre si y se hallaron sus precios de venta en un automercado de la ciudad de Guatire en Venezuela, así como precios de productos equivalentes o sustitutos muy cercanos en supermercados representativos de los países de la muestra.

Para los precios en Colombia se consultó la página web de la cadena ÉXITO mientras que para Chile, México y Argentina se obtuvieron los precios de la página de la cadena WALMART en cada uno de esos países.

En la medida de lo posible, se obtuvo la misma presentación de los productos. Cuando no fue posible obtenerla, se unificó la unidad de medida en el cálculo del precio. Existen consideraciones de precio, calidad y preferencia del consumidor que deben ser consideradas al hacer análisis más rigurosos de las cestas comparadas. Otro elemento a considerar es el de las diferentes tasas de impuesto al valor agregado que se aplican sobre los precios exhibidos en internet.

Por otra parte, se tomaron los tipos de cambio vigentes para los países referidos a través de la página web http://es.exchange-rates.org/converter/COP/USD/1 obteniendo que:

·         Peso Argentino (ARS): 9,3580/USD
·         Peso Colombiano (COP): 3.029,98/USD
·         Peso Mexicano (MXN): 16,5828/USD
·         Peso Chileno: (CLP): 680,34/USD

Metodología:

Para cada rubro, se utilizó el precio de venta disponible en la página web del establecimiento seleccionado y se calculó su precio equivalente en dólares estadounidenses usando las tasas de cambio señaladas. Con los precios obtenidos en cada país expresados en USD se formó un promedio simple. Ese promedio se utilizó como denominador para convertir los precios encontrados en Venezuela, en el tipo de cambio que los iguala con el precio promedio de los países de la muestra, expresados en dólares estadounidenses.


Resultados:


Lo primero que llama la atención es el encarecimiento relativo de los precios en Argentina respecto a los precios en Colombia, cuando se denominan en dólares estadounidenses. Esto obedece claramente a las presiones devaluacionistas que ha sufrido el peso colombiano en meses recientes debido a la caída del precio del petróleo y por otra parte, a la tendencia a la apreciación que sufre la cotización oficial del peso argentino. Si se utilizara la cotización del llamado dólar blue que para el 14/09/15 se ubicaba en 15,55 ARS/USD según http://www.lanacion.com.ar/dolar-hoy-t1369, los precios en la nación austral serían más bajos que en el vecino país. 




Este pequeño ejercicio confirma lo que es bien sabido por la mayor parte de la población del país y lo que la gran mayoría de los economistas señalan desde hace mucho tiempo como factor central en los desastrosos resultados económicos que exhibe la gestión del presidente Maduro y desde los últimos años de la administración Chávez: el congelamiento del tipo de cambio no produce el efecto deseado en la dinámica de los precios internos y por el contrario da pie a cientos de desequilibrios económicos que al final del día se traducen en inflación y escasez. Al respecto puede leerse El Dólar CENCOEX nos está matando.

Las devaluaciones del tipo de cambio tal como han sido realizadas en la era Maduro, mediante el lanzamiento del SICAD II y SIMADI han tenido poco o ningún efecto en la normalización de la economía. Han sido mecanismos pobremente diseñados y peor ejecutados. Han tenido costos sociales pero casi nada de beneficios económicos.

Cada rubro enfrenta en el mercado una tasa de cambio sobre la cual valora sus transacciones. La canasta de consumo de cada familia es diferente y está compuesta de rubros que van desde los no esenciales y no subsidiados como repuestos para vehículos que están marcados por la tasa de cambio paralela, hasta medicinas tasadas a dólar CENCOEX pasando por un conjunto de servicios subsidiados en bolívares como la electricidad, el agua potable, además de algunos servicios sociales gratuitos. En promedio, en la cesta de bienes y servicios que se detalló anteriormente, el venezolano enfrenta un tipo de cambio promedio de Bs. 89,94/USD, lo cual dejaría el salario mínimo en USD 82,52.

SALARIO MÍNIMO EN PAÍSES DE AMÉRICA LATINA



Con este valor del ingreso en USD, Venezuela se encuentra a la zaga de los países de Latinoamérica tanto en el salario nominal en USD como en la cobertura que ese salario representa respecto a una cesta básica de consumo familiar. Aun cuando existen diferencias en la conformación de la canasta de referencia, es claro el enorme problema familiar que representa la profunda crisis económica que enfrenta el ciudadano venezolano en este momento. Si se evalúa además, la situación de la clase media al incorporar servicios de educación y de salud privados, alquileres y seguros como elementos distintivos de la calidad de vida que no se encuentra en los servicios provistos por el estado, la situación es de extrema gravedad.

La escasa comprensión de las autoridades económicas del país, que han establecido como punto de honor en el aspecto político - electoral, el sostenimiento de una política de reparto de la renta petrolera mediante el subsidio generalizado al consumo a través de la sobrevaluación de la moneda, ha ocasionado una enorme cantidad de distorsiones económicas que crecen cada día en cantidad y complejidad, a la vez que se traducen en mayores problemas sociales que se acumulan como energía potencial en una peligrosa dinámica para la estabilidad del país. Una política cambiaria que avance en la sinceración del tipo de cambio de la economía si bien no es suficiente, es condición necesaria para poder superar el oscuro momento que vive el país. Este trabajo presenta una cifra que pudiese servir como referencia del tipo de cambio real mínimo que sirva de inicio a un proceso integral de reforma económica.

@jhernandezucv

Agradezco a Denitse Colmenarez (@DenitseC) y a Luciano Bonavino (@lbonavino)  por ayudarme en la recolección de la data de precios de los diferentes productos.



viernes, 4 de septiembre de 2015

TOP 10 DE LOS PEORES MINISTROS DEL CHAVISMO








Cuando se me ocurrió escribirlo me desanimé por lo descomunal de la tarea: elegir entre decenas de personajes que han sido ministros del gobierno de Chávez y de Maduro a sólo 10 de los peores no es nada fácil. La competencia es reñida entre la caterva de incompetentes que han dirigido el espectacular despilfarro de poco menos de un millón de millones de dólares. La corrupción, sus desatinos y especialmente la evaluación de los resultados de su gestión, a la luz de la situación que se vive en las diferentes áreas de la vida del país, son algunos de los criterios usados para este modesto ranking. No es una referencia absoluta y espero que me sepan perdonar los demás incompetentes que seguramente merecen estar en el ranking pero que mi mala memoria me impide agregarlos. Agradezco que los lectores me ayuden a completar la lista.

Y los ganadores son…. (repique de tambores)

1.- Jorge Giordani: El padre de la criatura. La persona que mantuvo durante muchos años una estrecha relación con el presidente Chávez que le permitió dirigir la economía venezolana hasta llevarla al grado de postración en el que hoy se encuentra. El monje Giordani es el artífice de la política económica del chavismo, orientada a grandes rasgos a la supresión del sector privado, a la implantación de múltiples controles en variables económicas clave. La sobrevaluación del bolívar, los convenios internacionales de cooperación, y la demencial ola expropiadora que acabó con buena parte de la oferta de bienes y servicios del país se la debemos al ilustre ex ministro. En mi ranking de los peores ministros nadie le quita lo bailao. No tiene padrote.



 2.- Ricardo Menéndez: Si no fuera por los méritos de Giordani, este ranking tendría que ser encabezado por este lamentable funcionario, que tiene el poder de mantenerse de bajo perfil y prolongarse en funciones de gobierno donde vale decir, no ha registrado un solo éxito. El geógrafo Menéndez sale de ser opinador cuasi permanente en las pantallas de VTV hacia diferentes carteras ministeriales siendo la peor de sus gestiones, al frente del ministerio de industrias. En resumen, las empresas cementeras nacionalizadas, las empresas de Guayana y todo el mamotreto industrializador de fábricas lego en alianza con terceros países estuvieron en algún momento bajo la responsabilidad del Sr Menéndez. Es el responsable del éxito de la diversificación de la economía venezolana. Felicitaciones Sr. Menéndez!


3.- Elías Jaua: Son tantos los cargos que ha tenido el Sr Jaua, que ya no sabemos dónde lo ha hecho peor. Lo que sí es claro es que este prócer revolucionario dirigió un tiempo ni más ni menos que las políticas públicas del agro venezolano y la producción de alimentos en el campo. Entre sus éxitos más notables es la erradicación del cultivo de café y el azúcar en el país. El Sr Jaua también posee un extraño poder que le permite saltar de cargo en cargo, acumulando un prontuario de errores sin recibir aunque sea una amonestación de sus jefes. Es el hombre de la niñera armada.


4.- Juan Carlos Loyo: Como continuador de la obra de su predecesor (en el ranking y en el cargo) JC Loyo, recordado por sus apariciones televisivas dirigiendo la expropiación de tierras –productivas ó no, eso no importaba- con pistola en el cinto, fue ministro de Agricultura y Tierras en dos ocasiones y es el responsable del exitoso resultado obtenido por la producción de alimentos a partir de la expropiación de Agroisleña. Aplausos de pie





5.- Rafael Ramírez: Aun cuando Chávez se ocupaba casi que personalmente de la conducción de PDVSA, el ex ministro Ramírez –hoy castigado en el exilio del frio Nueva York- tiene entre su currículo haber convertido a PDVSA en un ministerio más. La declinación en la producción petrolera nacional, el retraso en el desarrollo del plan Siembra Petrolera, los convenios de cooperación energética que hoy desangran al país, los problemas de refinerías, los escándalos de corrupción como PUDREVAL, el enorme contrabando de gasolina que hoy por hoy se reconoce que es imposible que salga en su totalidad por las fronteras terrestres, son todos elementos que conforman el currículo del Sr. Ramírez. Ah, no olvidemos que en algún momento dirigía la cartera de “energía y petróleo” lo que le confiere méritos también sobre la robusta situación del sistema eléctrico nacional. El auditorio se sujeta la cartera hace la ola.



6.- Héctor Navarro: La educación en el período chavista no las ha tenido todas consigo. El primer ministro de educación del presidente Chávez, luego ministro de educación superior, y luego ministro de energía eléctrica, deja entre su legado el PAE, las hoy difuntas escuelas bolivarianas y el sistema educativo en general. El Sr. Navarro tiene también su responsabilidad en la depauperación hasta grado de indigencia de muchos docentes activos y jubilados. La emergencia eléctrica, que permitió la disposición de 20 millardos de dólares y que se tradujo en el famoso caso Derwick, ocurrieron en buena medida cuando dirigía la cartera de energía eléctrica (aunque luego le tiró el carro en forma velada a Argenis Chávez, de quien se dice se llevó hasta los bolígrafos en Corpoelec)




7.- Maryann Hanson: Aunque tuvo el mérito de ser uno de los pocos docentes de formación que han dirigido la cartera de educación, la ministra pasó por el puesto sin pena ni gloria. Su contribución se redujo a cavar más profundo el hoyo donde quedan enterradas las posibilidades de superación del país con base en su sistema educativo. Se recuerda más por haberse quedado dormida en una cadena presidencial que por haber hecho algo en la cartera de educación. El galardón se le entregará luego, cuando despierte.


8.- Eugenia Sader: “La Coronela” que dispuso de la chequera en época de bonanza para la construcción de no sé cuántos hospitales a nivel nacional, es hoy señalada por la inocultable corrupción en su gestión y la definitiva destrucción de la red hospitalaria nacional. Tiene en su haber la paralización de la mayoría de los servicios de radioterapia del país por unas negociaciones con proveedores de mantenimiento a los equipos adquiridos en el marco de los convenios internacionales. Los enfermos de cáncer del país la recuerdan con cariño.





9.- Pedro Carreño: El hombre que quisiera ver las fábricas de Louis Vuitton en el país “para no tener que importar” es más recordado por sus excentricidades (caso Montesinos, espionaje por Directv, su memorable discurso en la AN al referirse al culo de Capriles Radonsky) fue también el responsable de la seguridad ciudadana en alguna época que hoy luce remota. Entre los logros del capitán Carreño está desconocer las recomendaciones de uno de los pocos intentos serios de formular una política de seguridad ciudadana (Conarepol). En particular recuerdo una frase célebre del personaje que decía que “no hay que estigmatizar a las víctimas del capitalismo” en referencia a un video publicado por Globovisión donde se observaba a muchachos robando a los conductores en la autopista fajardo a la altura de San Agustín. El público lanza una sonora ovación.






10.- Héctor Rodríguez: Aun cuando ha pasado por varios ministerios, su peor gestión debe ser en el ministerio del deporte, donde dejó una serie de casos de corrupción que todavía no lo han alcanzado. Los enormes sobreprecios en la adecuación del poliedro de Caracas, las millonarias autorizaciones de dólares que reventaron en la corta gestión de Alejandra Benítez, y el manejo corrupto y arbitrario de los recursos para las olimpiadas de Beijing son los elementos que más destacan en su paso por el despacho de deportes. En cuanto a sus resultados, es un hecho que nuestro punto de comparación en deportes de alto rendimiento, Colombia, ha logrado un notable avance en los medalleros de las competencias internacionales mientras que Venezuela se ha rezagado en los últimos años.




Mi memoria no me ayuda mucho, seguramente estoy dejando por fuera a muchos funcionarios que debían estar en este ranking. Lucas Rincón Romero, Eduardo Samán (padre de las areperas socialistas) Ángel Rodríguez (primer ministro de electricidad) Nelson Merentes, Rodolfo Sanz, Antonio Albarrán, Carlos y Felix Osorio tienen una mención honorífica en la lista de los peores funcionarios del gobierno de Chávez-Maduro. Algunos famosos por corrupción, otros por sus excentricidades y la mayoría por sus resultados. Como dirían en el miss Venezuela, aquí todos son ganadores.

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@jhernandezucv