lunes, 8 de diciembre de 2014

Colas, poder adquisitivo, salarios y hambre en Venezuela

La pobreza en Venezuela es diferente de la de otros países de Latinoamérica. Aún cuando los métodos generalmente aceptados (pobreza por ingresos ó poverty line y Necesidades básicas insatisfechas NBI) pueden darnos una idea bastante estandar de la realidad del fenómeno al igual que en otro país, nuestro caso es peculiar. Es perfectamente normal encontrar un ranchito sin agua potable corriente pero con un megatelevisor pantalla plana en la sala, sistema de sonido y la infaltable antena de directv. Características culturales del Venezolano





Hace unos días, uno de esos genios del partido de gobierno PSUV aseguró que las colas que se observan persistentemente en los establecimientos comerciales de todo tipo pero especialmente en aquellos donde se venden alimentos, medicinas y productos de aseo, son producto no sólo -claro está- de la guerra económica, sino que además son un signo incontrovertible del poder adquisitivo del Venezolano. Esto podría ser parcialmente cierto con algunos bienes de consumo como los electrodomésticos, celulares y electrónicos en general (Hace poco leí que para comprar electrodomésticos en DAKA reparten números con una semana de antelación en presencia de un fiscal del ministerio público) pero sin duda es una bofetada para quienes pierden horas productivas cazando una bolsa de detergente






Hace unos días, en un debate en el foro "que hacer" se hacía referencia a la elevación del consumo del venezolano debido a las políticas sociales del gobierno. Este incremento del consumo vendría a justificar parcialmente el descenso de la exportación de ciertos rubros que en otras épocas Venezuela lograba colocar en el exterior en alguna medida. En esa misma discusión surgió la leyenda urbana de que los venezolanos comíamos perrarina antes de la llegada de la revolución. La verdad es que no conozco a nadie que lo haya hecho. Conozco gente que daba a sus hijos tetero sin leche ó tetero de harina pan y que hasta comían concha de plátano en lugar de carne ¡lo juro por dios! pero perrarina nunca. Esas familias que conocí ciertamente mejoraron dramáticamente su situación con la llegada de Chavez al poder. La perrarina siempre fue más cara que ciertos alimentos. Los perros de mi casa siempre comieron sobras justamente por ello. Aunque no conozco nadie que comiera perrarina por gusto, si conozco muchos que se comieron ese cuento, y con bastante gusto, por cierto.




Las colas, la escasez y la pérdida de poder adquisitivo del salario por consecuencia de la inflación viene afectando indudablemente los hábitos alimenticios de los Venezolanos. Aunque en nuestro país las estadísticas son un lujo, en la pagina del INE se sigue publicando el comportamiento de una canasta alimentaria normativa. Según esa institución, esa canasta alcanzó en septiembre de 2014 un costo de Bs. 5.741,06 (117% del salario mínimo bruto, antes de deducciones ó 91,5% del ingreso mínimo legal que incluye bono de alimentación) Nótese que aunque el valor de la canasta luce bastante irreal para cualquiera que haya pisado un mercado este año, la tasa de variación esta canasta normativa supera el 57% desde enero 2014 y el 81% en los últimos doce meses. Segun el CENDA el valor de la canasta alimentaria a Julio 2014 era de Bs. 8.980,99 (http://www.cenda.org.ve/buscador.asp?idp=9) 






Es cierto que el gobierno ha aumentado el salario mínimo. Sin embargo desgarra el alma de dolor ver como profesionales universitarios con postgrado y en una de las carreras más nobles como es la docencia deban sobrevivir con un salario de hambre. ¿Que puede decirse de un gobierno y una sociedad que confía la educación de sus futuras generaciones a personas que escasamente cubren sus necesidades más básicas? El salario del docente es reflejo de la importancia que le da el gobierno a la educación.



Aunque no se dispone de estadísticas en linea (como en cualquier país del mundo) para comparar la evolución del consumo del venezolano a lo largo de los años, las pocas cifras que muestra el INE lo que si demuestra es una dramática reducción en el consumo de rubros como la harina de maíz, azúcar y pasta alimenticia. Las caídas más preocupantes, por el rol que juegan en una buena alimentación, en especial en los niños, son las observadas en la carne de res y la carne de pollo (proteína animal)




En fin, entre salarios de hambre, colas, escasez y disminución en la ingesta de rubros claves en la dieta del venezolano, habría que ser diputado del PSUV para llegar a la conclusión de que todo va bien. Pero no falta quien lo crea


@jhernandezucv







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