SOCIALISMO DE LIBRITO
Tuve
la oportunidad de conocer un grupo de profesionales, cursantes del Curso
Avanzado para Gerentes Sociales (CAGES) de la Fundación Escuela de Gerencia
Social, un esfuerzo loable, que busca forjar en los servidores públicos un
pensamiento acorde con el Plan de la Patria 2013-2019. Este grupo, conformado
por funcionarios de empresas públicas del sector financiero principalmente,
visitaron una fábrica estatal – probablemente la única que produce, es
rentable, y cumple con todos sus compromisos laborales al día – para conocer su
experiencia para luego elaborar un proyecto relacionado con la economía
socialista.
Al
conversar con ellos, sus preguntas estaban referidas al rol de los trabajadores
en la toma de decisiones en la conducción de la empresa, a la organización de
los trabajadores, a la periodicidad con que se revisa el plan estratégico de la
empresa entre otros aspectos que caracterizan – supongo yo- a la organización
de las empresas socialistas.
Por
no comprometer a la empresa con mis opiniones personales, no quise decirles lo
que aquí expreso: esas prácticas: consejos de trabajadores, participación de
trabajadores en la dirección entre otras; lamentablemente se constituyen en
amenazas a la sostenibilidad de la empresa. Es prácticamente indiscutible que
en nuestro país no existe suficiente conciencia en la clase trabajadora para
entregarles la responsabilidad de dirigir una unidad de producción, mucho menos
en su etapa de arranque, que es cuando más dificultades se enfrentan. Nuestra
experiencia ha sido de trabajadores que faltan, llegan tarde, no cumplen sus
obligaciones, se van volando a la hora de la salida como Pedro Picapiedra, que
no mueven un dedo si no hay un bono, hora extra o alguna recompensa de por
medio. Afortunadamente no son todos. Infortunadamente han sido la mayoría.
Veamos
un repaso de la experiencia reciente: ¿En qué situación se encuentran hoy las
iniciativas de cooperativas, cogestión, control obrero? todas fallidas. Y las empresas
nuevas, expropiadas, endógenas, de propiedad social, nacionalizadas,
recuperadas, en casi cualquier en sector,
como se encuentran hoy? Pretender absolver de responsabilidades a la clase
trabajadora es un ejercicio absurdo de demagogia o de candidez. Me refiero no
sólo al lamentable papel de los sindicatos, que al estado se enfrentan con una
ferocidad incomparable a la que mostraban los mismos representantes frente a
sus antiguos patronos privados. Me refiero también al trabajador
individualizado, aquel del que todos conocemos al menos uno, el vecino, el
compañero de clase, el conocido que sin pudor nos cuenta cómo funcionan las
cosas en las empresas del estado. Incluso empresas como CANTV y CORPOELEC son
hoy víctimas de esa triste realidad, en el caso de CANTV sepultada bajo
montañas de bolívares.
No
se puede confiar la producción de bienes y servicios y la satisfacción de las
necesidades de la sociedad sólo al sector privado, eso lo sabemos. Como garantizar
entonces producción nacional, desarrollo de capacidades productivas y la
orientación de la economía venezolana hacia los planes de desarrollo sin la
irracionalidad del capital privado? Sólo con empresas estatales. Es ese el
último estadio de desarrollo de las fuerzas productivas? Obviamente no, pero no
creo que podamos saltarnos esa etapa, un periodo de 10-15 años de
fortalecimiento y expansión de la producción estatal – eficiente y de calidad,
sin subsidios irracionales, gerenciando, compitiendo con el sector privado. De
allí, el paso al empoderamiento progresivo de la sociedad el camino es natural.
De
que se va a apropiar el trabajador en estos momentos? De empresas quebradas,
dependientes en tecnología, insumos y mercados del sector privado y en el mejor
de los casos, de una PDVSA o un estado que les compre con precios y condiciones
preferenciales. De vicios y corruptelas de todo tipo. Es sólo cuestión de meses
para que los mismos trabajadores que aplauden la nacionalización, lloren por el
reconocimiento de sus derechos, no ya como propietarios de la empresa, sino
otra vez como empleados (caso INVEPAL).
Casi
todos estamos de acuerdo en que en nuestro país nunca existió una verdadera
burguesía empresarial. Del mismo modo, no veo la existencia de una clase
trabajadora consciente, preparada para el tamaño de los retos que se plantean.
Lo que ha existido en Venezuela ha sido un mecanismo de reparto, entre
diferentes grupos, del lomito y el pellejo de una riqueza que, de paso no es
creada por el trabajo sino que es consecuencia de la gracia de dios, que nos
dotó de todas estos recursos que cada día más demostramos no merecer.
Otra
pregunta que hacía uno de los asistentes fue ¿tienen previsto transformar esta
empresa pública (eficiente, rentable, integrada orgánicamente en la comunidad) en
una empresa socialista? No supe que responder, creo que eso es socialismo de
librito.
Econ. Javier Hernandez
@jhernandezucv
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar! Si es de su interés, mi cuenta en tuiter es @jhernandezucv