miércoles, 2 de octubre de 2013

Mi percepción sobre la situación del país. Septiembre 2013



Que pasa? ¿Por qué el gobierno está paralizado? ¿Por qué permiten que la cuerde se tense tanto?

Salvo un par de ministerios, MINVIH y Transporte (Interior tal vez), diría yo,  pareciera que nada más pasa en el gobierno. De hecho, pareciera que no hay gobierno: las calles anarquizadas, motorizados saqueando gandolas, protestas por todas partes ¿y el gobierno?… bien gracias ¿y VTV? Mejor no hablar de eso.
La escasez de alimentos y de casi cualquier cosa: repuestos, papel tuale, libros de texto para los chamos…
La carestía, el nivel absurdo de precios que han alcanzado cualquier cosa por la que se pregunte…
Los mercados negros, el contrabando de cualquier cosa hacia Colombia. Los pimpineros y los bachaqueros son como los raspacupos, actúan a la vista de todos, el gobierno los ha visibilizado y deben ser castigados, pero no son la causa del problema. Los grandes volúmenes de todo lo que se fuga por los caminos verdes son responsabilidad de funcionarios públicos, usualmente vestidos de verde.
Hay cosas buenas en marcha, pero las malas son muchas, muy notables, nos afectan a todos cada día y en todo momento en general cansa, desgasta, molesta y si a eso le sumas declaraciones de funcionarios de evidente incapacidad, negando los problemas, atacando al pueblo que reclama sólo agregas malestar y hasta el más chavista se decepciona.
Comencemos por la gestión municipal. Como se sabe, Maduro decidió renovar buena parte de las candidaturas a alcaldes con rostros nuevos, evitando en muchos casos que alcaldes comprobadamente incompetentes del PSUV, volvieran a recibir el apoyo de esa organización. Eso, aun cuando es positivo, ha originado una verdadera paralización de la gestión municipal por parte de los alcaldes salientes (además del previsible raspado de olla), empeorando la ya crítica situación del asfaltado y la basura en muchas ciudades del país.
Sigamos al área económica. Muchos gremios están aprovechando para poner al día sus reclamos por reivindicaciones laborales, área donde el gobierno de Maduro hereda un tremendo pasivo. Las magnitudes proporcionales que se han otorgado a maestros y médicos por ejemplo, son considerables, sin embargo, aumentar 100% de un profesional que gana escasamente 3 mil bolívares mensuales, no soluciona ni de lejos el problema. Los ministros respectivos en lugar de reconocerlo, asumen una actitud de todopoderosos que “accedieron” a negociar esas reivindicaciones y son los trabajadores los malagradecidos. El caso del magisterio es simplemente ridículo.
Otra actitud tiene el gobierno hacia otros sectores, menos productivos por decir lo menos. Una vez más los trabajadores de Guayana (ya de por sí privilegiados) exigen y exigen remuneraciones mayores aún cuando las empresas en las que trabajan, escasamente producen los recursos para pagar los servicios. Monumentos al despilfarro, la ineficiencia y la corrupción como las industrias de Guayana, Lácteos los Andes, Corpoelec y hasta IPOSTEL reclaman mejoras salariales… y el gobierno se las otorga sin exigir ninguna contraprestación en materia de eficiencia y productividad. A ellos si se les otorga casi todo lo que pidan, para mantener el ambiente tranquilo.
Entre todas las cosas graves que están pasando, quizá es la falta de SICAD lo que más desconcierta. No porque sea un mecanismo que solucione los graves problemas de la economía Venezolana. Ni siquiera porque sea un alivio de la “sequia de dólares” que muchos “expertos” señalan. Lo más grave del caso es que evidencia que en el gobierno no hallan que hacer: se anuncia el mecanismo de subastas periódicas y luego no se convoca más, se deja morir de mengua. Un director del BCV anuncia que se va a convocar una nueva subasta y nada, no se convoca. ¿Cómo puede interpretarse esto? ¿Cómo una escasez límite de dólares ó como una demostración de que la lucha de poder dentro del gobierno impide incluso tomar decisiones tan pero tan simples y lógicas como inyectar 200-300 millones de dólares adicionales a una economía de 100.000 millones en exportaciones y ganar tiempo para discutir, entre subasta y subasta, los nuevos mecanismos a implantar. Mientras tanto, el dólar negro sigue subiendo y estas navidades prometen…
Ante esta situación ¿Qué hace el presidente? ¿Por qué no se refiere al tema?. Esta semana han insistido con el tema de la guerra económica, de la participación gringa en el sabotaje eléctrico, en el intento vía sindicatos de calentar la calle. No dudo que desde los centros mundiales de poder se dirijan estrategias orientadas a “amansar” a la Revolución Bolivariana. Ahora me pregunto ¿somos realmente una amenaza para el imperio? ¿Cuáles medidas revolucionarias ha tomado el presidente Maduro como para que los gringos se desvelen pensando en cómo sacarlo?
Será que el departamento de estado contrató a Derwick para desarrollar las interminables obras de fortalecimiento del sector eléctrico? ¿La CIA ordenó la nacionalización de SIDOR, Agroisleña y las Cementeras, por nombrar sólo algunos sectores de innegable escasez a partir de su cambio de manos? Nuestras importaciones del imperio aumentan, nuestras exportaciones hacia allá fluyen sin problemas, así como fluyen los flujos comerciales de nuestros socios del Alba, Petrocaribe y Mercosur con los gringos. ¿Es culpa de los gringos que Corpoelec, la CANTV ó el Metro de Caracas hayan congelado las tarifas, ocasionando que su flujo de caja no les permita pagar a las contratistas y sus servicios colapsen? ¿los raspacupos son entrenados por la gusanera Miamera para destruir la economía del país, ó simplemente son personas aprovechándose racionalmente de la oportunidad que brinda la locura de una economía desajustada?  Más allá de las connotaciones morales e incluso legales de la raspadera de cupos, hay que estar claros que es la expresión, no la causa de un problema económico mayor y que las magnitudes que se fugan por esa vía, representarían escasamente, una fracción del sobreprecio de cualquier obra pública, por pequeña que esta sea. Son mas saboteadores los gerentes y en general, funcionarios públicos que en su afán de quedar bien con sus jefes y por dedicarse a la politiquería, descuidan las funciones de planificación y gerencia de la producción. Por eso tenemos un cementerio de empresas estatales que nada producen y sólo consumen recursos del presupuesto, del petróleo.
La situación no es fácil, hace unos meses pensaba que Maduro lo había entendido pero ahora me parece que no. Me desespera el hecho de que no se tomen medidas concretas ó de que por lo menos se anuncie un plan a mediano plazo. Maduro ha optado por el silencio, por intentar –al igual que Chávez- negar la realidad, rechazar las evidencias de que su gente y muchas de sus ideas son simplemente equivocadas y de que las muchas buenas ideas que tuvo nunca las supieron implantar. Que sus amigos lo engañaban anunciando progresos irreales o en el mejor de los casos, insostenibles. Fueron muchos los Aló Presidente realizados en sitios donde todo se desmontaba cuando el daba la espalda, muchas promesas, pocos hechos.
Y así va Maduro, celebrando records de producción de empresas estatales subsidiadas cuyos productos pocos conocen, y si los conocen, es por algún convenio que su condición de empleado público ó miembro de consejo comunal le ha permitido tras largas e interminables colas, papeleos, flechas y esperas. Va declarando emergencias de infraestructura, eléctrica, económica y alimentaria pero sin poder echarle la culpa al gobierno anterior, a quien todo le debe, lo bueno y lo malo y por sobre todo, el respaldo popular que tenga. Va creando en una especie de fusión adeco-militarista, Órganos superiores, salas situacionales, estados mayores, batallones de quien sabe que vaina. Todos integrados, atendidos, compuestos ó al menos dirigidos por los mismos quienes han creado todo este desbarajuste.
Todo esto ocurre en un país cuyo principal actor económico (visto individualmente) es el estado, que recibe 100.000 millones de dólares por exportaciones y que tiene controles de cambio, de precios, de tasas de interés, de movilización de alimentos además de ser el dueño absoluto de los más importantes y estratégicos medios de producción en diferentes sectores económicos petróleo, agua, alimentos, electricidad, medios de comunicación, cemento, siderúrgica, telecomunicaciones etc, además de ser actor (ó pretender serlo) en comercio, automóviles, transporte etc.
Si esto es una guerra económica, definitivamente la estamos perdiendo. La pregunta es hasta cuándo se puede soportar esta situación. Lamentablemente, sólo hay algo peor que el gobierno… y es la oposición.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar! Si es de su interés, mi cuenta en tuiter es @jhernandezucv