viernes, 8 de julio de 2016

Sobre la fuga de talentos y la educación universitaria gratuita




Imagen tomada de https://www.chiapasparalelo.com/opinion/2014/03/hollywood-mexico-y-la-fuga-de-cerebros/


Es posible que ya hayan leído un artículo de aporrea donde se exhorta al estado a restringir e impedir la migración al exterior de venezolanos con formación universitaria. Si no lo ha leído, puede hacerlo aqui pero queda advertido: puede ser nocivo para su úlcera.

Tenía tiempo que no leía argumentos tan desquiciados. Es realmente preocupante que haya tanta gente en nuestro país, atrincherada en una posición de ataque a todo lo que pueda parecer contrario o alternativo a la propaganda pseudo nacionalista manejada por el chavismo y divulgada a través de un aparato de propaganda con un nada despreciable poder comunicacional. 

Y este asqueroso artículo expresa claramente esa realidad. En él se plantea como una deslealtad el hecho que miles de jóvenes que están hoy en nuestras universidades públicas y privadas e incluso en liceos y escuelas primarias, estén pensando en irse del país, esperando encontrar un futuro mejor en otros lugares. 

Quizá es una idea descabellada y sin fundamento, pero mucha de nuestra gente sospecha que hay países en el mundo donde comprar un paquete de pañales desechables no amerita un proceso de investigación y rastreo casi policial o donde todavía la gente puede ponerle azúcar al café. Muchos de nuestros jóvenes se ilusionan con la idea de que su título universitario les permitirá encontrar un empleo cuyo salario les permita comer, vestirse y ¿por qué no? hasta salir de noche con una probabilidad aunque sea pequeña, de no ser asaltado, violado, secuestrado o asesinado.

Pero nada de eso importa a la lumbrera que escribió ese artículo. Para él, quienes aspiran a irse son unos desleales, a quienes hay que hacerles la vida difícil. Sobre los responsables de que un país con tantos recursos se encuentren en semejante estado de miseria, el escribidor no dice nada, pero no es necesario que lo diga: el niño, la iguana, la CIA, el imperio, el capitalismo, la asamblea adecoburguesa son los malos. El gobierno de Chávez y Maduro son –obviamente- los buenos.

Pero como a todo lo malo se le puede sacar algo bueno, como una respuesta al despropósito planteado en el artículo, es conveniente plantear el debate sobre el modelo de universidad que queremos, que necesitamos y que podemos tener. Y no es un debate que se circunscribe sólo a la educación universitaria. Se trata de poner sobre la agenda los conceptos de gratuidad y los subsidios que los venezolanos recibimos y que nos convertirían de acuerdo a la lógica perversa de este escribidor de aporrea, en rehenes de nuestro propio país, limitando nuestra posibilidades de elegir dónde y cómo vivir con el instrumental que hemos adquirido gracias parcialmente, a la renta petrolera.

Porque es cierto que no es justo desde el punto de vista social, que la sociedad invierta considerables montos en la formación de nuestros profesionales para que luego estos se vayan al primer mundo seducidos por la idea de una prosperidad material muy superior a la que se puede disfrutar en un país de la periferia, no importa su nombre. Pero es también una grandísima injusticia que, en nombre de los beneficios que tu país te entregó, debas "pagar tu condena" en él, sin la posibilidad de salir y sujeto a los dislates que la inepta y corrupta camarilla gobernante tienen sobre tu calidad de vida. Por cierto que este no es un problema exclusivo de Venezuela. Lo sufre cada país subdesarrollado, como el caso de los médicos de África y Medio Oriente y hasta España, con la exportación de talento hacia Alemania y Reino Unido-

Porque el drama es que nuestros jóvenes quieran irse, no importa si estudian en el Champagnat o en un Fe y Alegría, en la bolivariana o en la Metropolitana. De hecho, hacer la distinción entre unos y otros es completamente contrario al principio de igualdad que se pregona en ciertos sectores del chavismo que apoyan la idea de esta “prohibición de salida del país” del talento.

¿Y entonces que hacemos?

En Venezuela tenemos un severo problema con nuestras prioridades en materia educativa. Por muchos años se ha dicho que nuestra pirámide presupuestaria está invertida, y que dedicamos un presupuesto mucho mayor a la educación universitaria que a la educación primaria, donde deberían desarrollarse los mayores esfuerzos para que nuestros niños desarrollen las competencias en lenguaje y matemáticas, que son justamente las bases donde reposará su capacidad de aprehender nuevos conocimientos, de construir conocimiento a partir de la realidad, y contribuir a transformarla con ese conocimiento, en un proceso iterativo permanente.

La educación universitaria es una opción, no necesariamente es un derecho y mucho menos lo es su gratuidad. Una política social orientada a la movilidad social y que promueva las oportunidades de superación individual, debe considerar seriamente la impopular medida de eliminar la gratuidad absoluta de la educación universitaria y sustituirla por un sistema de créditos reembolsables, en dinero o en trabajo, que estimule a los estudiantes a valorar en términos concretos –tiempo y dinero- el privilegio que representa recibir educación superior, mientras que incentiva a las universidades a desarrollar una mayor competitividad y una administración mucho más transparente de los recursos, superando la parálisis que actualmente las caracteriza, siempre a la espera de que el estado envíe los recursos para sobrevivir. En tal sentido, retomar el concepto original de la LOCTI es una medida complementaria necesaria para iniciar un verdadero proceso de transformación de nuestras universidades.

El tema es muy extenso y polémico, pero es el tipo asuntos que deben discutirse si de verdad queremos construir un país diferente.

@jhernandezucv



1 comentario:

  1. En el escrito del "camarada cooperante de aporrea" se plantean un objetivo muy claro, pero derivado de un problema que, a mi entender de las cosas, no es el foco del problema.
    Se habla que los profesionales universitarios están hiéndose del país y no se pregunta el por qué de eso. En primer lugar vivimos una realidad económica, impuesta por nuestro gobierno ejecutivo, que no permite el crecimiento económico de nadie, obligando a casi todo los venezolanos a vivir de la mendicidad y dádivas entregadas por el gobierno. En segundo lugar la inseguridad, que mata a los más jóvenes por el simple hecho de tener algún "lujo" como por ejemplo un celular, zapatos, reloj, etc. En tercer lugar no podemos usar eficientemente y gratuitamente el servicio de salud. No seguiré enumerando para no extenderme, pero hay dos necesidades básicas aun.
    Por último es "Deber del Estado" mejorar sus procesos administrativos y esto no puede estar condicionado a tu permanencia dentro del país.

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