martes, 23 de febrero de 2016

Nicolás tomátelo con calma. La vaina no está tan grave






Una empresa estatal expropiada está en ruinas, produciendo apenas una mínima fracción de su capacidad instalada y de sus registros históricos cuando era manejada por privados. Su nómina se ha triplicado desde la nacionalización. Sus pérdidas financieras recurrentes están siendo cubiertas por créditos adicionales desde hace varios años. Sus necesidades de flujo de caja se han estado cubriendo con recurrentes préstamos por parte de la banca estatal y hasta con unos pagarés varias veces renovados por el Banco Central de Venezuela.

Otra empresa estatal se dirige al mismo escenario. Esta es relativamente nueva. Fue creada por el estado como tantos otros proyectos industriales con la visión de apoyar la diversificación de la economía. Entre gerentes corruptos, pequeñas élites que se enquistaron en la dirección de la empresa con la bendición del exministro, y el populismo que caracteriza al gobierno, se reclutó sin criterio de eficiencia a un personal que hoy en día se ha convertido en el principal enemigo de la empresa: en nombre de un socialismo mal entendido, pretenden remuneraciones y beneficios no relacionados con la productividad de la empresa. De lo contrario paralizan la empresa y convocan al coco que aterroriza a los gerentes mediocres que hoy dirigen el aparato estatal: los medios de comunicación.

Una empresa privada anunció su cierre definitivo para el 15 de marzo luego de cuatro meses sin producción. 24 trabajadores se van  su casa a ver como resuelven.

Termina el mes de febrero y las obras del Metro de Guarenas no se han iniciado en 2016 a pesar de que el presidente prometió hace sólo tres meses –ya el petróleo había bajado - que “como sea” este año si estaría lista la obra, que por cierto, debió estar lista en 2012, esa época lejana en la que el petróleo superaba los 100 dólares el barril. Son 120 obreros y sus familias, principalmente residentes en la Región de Barlovento, que este año no han visto a linda.

Un profesional universitario, empleado de una empresa privada se ve obligado a trabajar los fines de semana en un taller mecánico para completar su salario. Su esposa, ama de casa que se “rebuscaba” con sus habilidades como repostera, dejó de colaborar económicamente con el hogar ante la desaparición de los bienes básicos necesarios para su trabajo: huevos, leche, harina de trigo, azúcar.

Una familia dejó de pagar el colegio hace dos meses. Igualmente el condominio. Este mes no podrán pagar la tarjeta de crédito y por los vientos que soplan, los próximos meses serán de esconderse de los acreedores. Como la situación es generalizada, sufre el condominio y la calidad de vida de los residentes del edificio, aumenta la morosidad de la banca, el colegio se descapitaliza y retrasa el pago a los maestros… en fin, la catástrofe.

Un taxista -sustento de su hogar- acaba de colgar los guantes. La última “chiva” (caucho usado) que compró en diciembre en Bs. 15.000 llegó a su fin. Después de cambiar la batería que le robaron y una reparación menor al tren delantero por un hueco en el que cayó, se descapitalizó. Luego de empeñar ante un agiotista al 15% mensual algo de oro de la esposa –anillo de bodas y cadena de bautizo del hijo- finalmente su fuente de ingreso pasa a remate para pagar sus deudas y lograr sobrevivir. La depresión por supuesto, inunda las relaciones familiares y su hijo adolescente, percibe que no vale la pena seguir estudiando, y que de cualquier manera, debe ayudar a su viejo.

Una pareja de pensionados comenzó a suprimir una comida al día. Luego de eliminar hace varias semanas las frutas y el pescado de su dieta, de enfocarse en medio alimentar a sus nietos con harinas y pastas, la única manera de estirar “el salao” es que los adultos dejen de comer una vez al día. En lugar de cuatro horas de cola al día –el límite de sus energías- procurará el milagro de duplicar el tiempo en el peregrinaje por los supermercados para ver si así pueden estirar el salario de su hija soltera, que es el otro ingreso de la familia. En cuanto a las medicinas, bueno, este mes no se tomarán las pastillas para la tensión.

Nicolás mientras tanto, ha dedicado en el último mes unas 40 horas de su tiempo a hablar por televisión. Un consejo de economía productiva, una Corporación Nacional Productiva, un Ministerio de Economía Productiva, un Decreto de Emergencia Económica, un complot del imperio, el centenario de algún prócer de la historia, en fin… en su mundo.

Un apagón daña la nevera…

@jhernandezucv 


jueves, 18 de febrero de 2016

10 Verdades axiomáticas sobre los planes de ajuste económico

1) El retraso en las medidas incrementa las magnitudes de ajuste requeridas para lograr efectos significativos.

2) Peor que tomar medidas erradas es tomar medidas en forma tardía e incompleta.

3) Las medidas aisladas tienen efectos limitados, nulos o muchas veces contrarios a lo que se espera.

4) No hay medidas milagrosas que solucionen por sí solas problemas complejos.

5) No hay medidas, cuando son serias, que no generen impactos negativos en diferentes sectores. Siempre hay sectores que "pierden" y las políticas públicas deben poner atención sobre esos sectores afectados.

6) Anunciar de una vez todas las variables, magnitudes, objetivos y plazos, es decir, poner las cartas sobre la mesa, permite a los agentes económicos incorporar en su planificación toda la información, reduciendo la tendencia a la "sobrecobertura" que origina la incertidumbre. La previsibilidad es fundamental.

7) Nadie produce o trabaja si no le resulta rentable.

8) Un estado quebrado no puede hacer política social. Una empresa quebrada no produce, no invierte, no crece, no crea empleos y no paga impuestos.

9) El plan debe involucrar a todos los interesados. Debe brindarse información suficiente y detallada para su evaluación, seguimiento, control y eventual adaptación. La disponibilidad de data es crucial.

10) La credibilidad del plan y de quienes lo lideran representa el 50% de las probabilidades de éxito. Si no se demuestra el compromiso del gabinete económico con las medidas anunciadas como ocurrió con el SIMADI, la vida del plan será muy efímera.

Econ. Javier Hernández
@jhernandezucv

sábado, 13 de febrero de 2016

El sector empresarial y su responsabilidad ante la crisis




Quejarse del gobierno es ya un deporte nacional. Y no nos faltan razones. Mi limitada comprensión de las estrategias políticas, me impide inferir siquiera, cuáles serían los potenciales beneficios que el gobierno del presidente Maduro y su equipo pretenden cosechar al permitir la acelerada depauperación de la sociedad venezolana y el miserable estado de la economía del país con las principales reservas petroleras del planeta.

Pero la verdad es que en este desastre todos hemos tenido parte. Los consumidores, los gremios, los empleados públicos, las universidades y el sector empresarial privado han recibido -en mayor o menor grado- los beneficios de una economía basada casi únicamente y exclusivamente en la explotación y exportación sin valor agregado nacional, de las materias primas con las que el creador generosamente dotó a esta tierra de gracia. Hablemos sin tapujos de las responsabilidades históricas del sector productivo privado en el lamentable estado de la economía nacional.

El sector empresarial “nacional” ha sido desde siempre, subsidiario del capital global.  Respecto a eso, podría decirse que Venezuela ha sido desde los inicios de su historia pos colombina, el país de América más tempranamente globalizado, el más integrado a los circuitos económicos internacionales, primero  por la venta de Cacao y Café a Europa, y posteriormente con el auge de la economía petrolera.

El incipiente desarrollo industrial en el país. nace no como el resultado de la fuerza de emprendedores que, en vista de la oportunidad y la capacidad hayan invertido y arriesgado sus patrimonios personales -como románticamente se idealiza al businessman- sino como consecuencia inevitable de las recurrentes crisis de divisas que han azotado al país desde la época de la colonia y que le han impuesto temporalmente restricciones al negocio importador-comercializador que caracteriza a nuestra burguesía desde los tiempos recreados por Herrera Luque en su obra ‘“Los Amos del Valle”. Por supuesto que debe haber ejemplos de emprendorismo puro, pero la realidad es que, la gran producción nacional privada ha estado estrechamente ligada a la posibilidad de echarle mano -un buen contacto mediante- a la renta petrolera. Es bien conocido como el General Marco Pérez Jimenez favoreció la creación de una burguesía semi industrial vinculada con el negocio de las obras de infraestructura que el general desarrolló como emblema de su gestión de gobierno. Obras que aún hoy todos disfrutamos.

Al abrigo de los contratos con el estado fueron desarrolladas las grandes empresas cementeras y el negocio papelero -en una especie de integración horizontal diversificada- el sector cervecero y los grandes consorcios productores de alimentos que, con la garantía de un mercado interno cautivo, la disponibilidad de dólares para la industrialización y para su posterior acumulación en el exterior y toda suerte de estímulos fiscales y cambiarios, florecieron en lo que se creía la Venezuela Posible, de la mano del próspero maridaje con los bancos cuya propiedad por supuesto, era de los mismos grupos empresariales.. El estado, borracho como estaba de ingresos petroleros, era el parachoques, el amortiguador, de cualquier aventura empresarial fallida. Los costos de los fracasos por supuesto, también se endosaron al estado venezolano quien financiaba mediante dólares baratos, condonación de deudas y rebajas fiscales, la acumulación de riqueza de una nada competitiva -internacionalmente- burguesia nacional. De allí la lapidaria frase cuyo origen desconozco, que afirma que en todo el mundo, la burguesía crea al estado, pero que en Venezuela el estado creó a la burguesía.

Y es que empresarios como Beto Finol y todos los negocios con el sector lácteo quedaron como símbolos de una clase empresarial incapaz de aportar al desarrollo del país. Venezuela desde siempre ha sido vampirizada por unos y otros, los propios y los ajenos, los foráneos y los criollos. El sector privado ha sido desde siempre un vagón sin tracción, convenientemente arrastrado por la locomotora petrolera.

Y no es un problema de ideologías. Los adelantos tecnológicos de hoy nos permiten consultar referencias históricas sumamente útiles que nos permitan comprender la naturaleza de nuestra inviabilidad como sociedad.

La primera referencia que traigo, disponible en esa invaluable fuente que es el Centro Gumilla el profesor Eduardo J Ortiz, individuo de número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, que no puede ser despachado simplonamente como “chavista”afirma esta perla:

…”Las ayudas que los gobiernos anteriores daban a las compañías productoras de leche eran realmente subsidios, es decir, reducciones de costos de producción que trajeran como consecuencia una baja en los precios? o eran más bien bonificaciones adicionales innecesarias que las empresas utilizaban no para producir sino para especular y hacer sus propios negocios muy ajenos a la leche?

Lamentablemente, el referido Humberto “Beto” Finol,a la sazón diputado del hoy renacido (nunca desaparecido sino más bien transmutado en diferente color)  partido AD, no es un caso aislado. Los rescates de bancos en los 90’s, la adquisición por parte del estado de empresas quebradas (de manos de empresarios multimillonarios) los subsidios por parte de las empresas de Guayana al sector metalmecánico nacional, el subsidio a la deuda externa privada entre otros episodios no han sido otra cosa que una transferencia neta de recursos desde el estado hacia el sector privado nacional, que acumula en el exterior fabulosas cantidades de riqueza en divisas, a buen resguardo de las oscilaciones de la siempre débil economía criolla.

Otra referencia igualmente disponible en internet, es la que nos muestra el VIII Plan de la Nación, conocido como “El Gran Viraje” y que impulsó el defenestrado presidente Carlos Andrés Pérez en su segundo mandato, iniciado en 1.989 e interrumpido tempranamente por el contexto político y social de la época. En el documento, de clara orientación hacia la economía clásica de mercado, y preparado por reputados profesionales de indudable calificación académica se lee, entre otras cosas el siguiente diagnóstico sobre el sector no petrolero:
  • Economía No Petrolera orientada al mercado interno
  • Producción poco competitiva e insumidora de divisas
  • Controles administrativos y limitaciones al mercado

“Venezuela no está hoy al nivel de competitividad exigido por la realidad económica mundial...Una estructura socio económica rígida ha impedido una mayor incorporación de la mayoría de la población como factor de producción y como elemento básico de mercado para la producción interna. El nivel de exportaciones no tradicionales es muy bajo. Además esas exportaciones se concentran en productos primarios cuyos precios son muy fluctuantes en el mercado internacional...Los promedios de productividad industrial son muy bajos en comparación con los países líderes del comercio internacional…”

Es decir, incluso con gobiernos claramente favorables a la economía de mercado, sin el tipo de políticas que hemos visto durante los años del chavismo, el sector privado nacional ha sido incapaz de crear riqueza propia, desarrollar productos y mercados externos para la colocación de la producción. Su papel se ha limitado en muchos casos, al uso de dólares petroleros para la importación de bienes de capital, materias primas, repuestos y hasta empaques, su transformación, ensamblaje o empaquetado sin mucho valor agregado nacional o la incorporación de tecnología para luego exportar las ganancias generadas en un mercado interno cautivo. Igual aplica a las pocas operaciones privadas destinadas a la exportación.

Esa realidad no cambió durante el gobierno del presidente Chávez, y de hecho, se agravó notablemente. La incursión del estado como productor directo de bienes y servicios ha descalabrado financieramente a las empresas absorbidas por diferentes medios, retirando parte de la oferta nacional, incrementando nuestra dependencia de las importaciones y drenando buena parte de recursos en divisas en el pago de las adquisiciones, expropiaciones, litigios e indemnizaciones varias. El presidente Chávez procuró sustituir a una clase empresarial pegada a la renta petrolera, sustituyendola por incondicionales políticos -nacionales y extranjeros- con un peor desempeño empresarial pero sin beligerancia política que contraríen la hegemonía del proyecto político dominante. Muchos de esos empresarios “emergentes”por cierto, cuya producción nadie conoce, han recibido millones de dólares preferenciales y al igual que la clase empresarial tradicional, hoy se encuentran representados por altas autoridades del ejecutivo nacional, devanándose los sesos para seguir pegados a la teta petrolera.

Asi es que, incluso en un contexto tan adverso como el que vivimos en la actualidad por las desacertadas políticas de los gobiernos de Chávez y Maduro no nos llamemos a engaños, especialmente los más jóvenes: mal puede añorarse una época pasada en cuanto a un idealizado desempeño empresarial, ya que este nunca ha existido, en los términos Schumpeterianos de innovación, riesgo, emprendimiento.

El colapso del ingreso petrolero -una nueva demostración de la imposibilidad de descansar nuestra sociedad sólo en el petróleo- es una oportunidad para desacoplar la economía privada de la locomotora petrolera. Aunque en este momento las condiciones macroeconómicas del país no permiten ni soñarlo, los nuevos tiempos deben traer un sector empresarial renovado, competitivo, autosustentable, innovador con vocación para integrarse en la cadena de valor global, con el foco en el desarrollo de ventajas competitivas en sectores con potencial, adaptado y en sintonía con las nuevas tendencias de la economía global, más allá de la desgastada receta de la “sustitución de importaciones”. Es eso, o volver a seducir a la clase política para acceder a la menguada piñata petrolera. No hay más posibilidades.

@jhernandezucv



miércoles, 10 de febrero de 2016

7 Áreas donde enfocar las medidas de estabilización económica







El tema ya aburre. Sorprendentemente y contra todo pronóstico el miserable estado de la economía venezolana, el acelerado deterioro de las condiciones de vida de la población, la aplastante derrota electoral en las elecciones parlamentarias y la bomba de tiempo social que se percibe en la calle dada la calamitosa escasez de alimentos y medicinas entre otras muchas circunstancias, no parecen ser razones suficientes para sacar al presidente Maduro del hipersueño en el cual parece mantenerse su gestión. Los discursitos cada vez más pobres, los pajaritos,  la reunionitis y la prolífica creación de comisiones, consejos presidenciales, mega congresos y cumbres de quítame esta paja parecen copar la agenda del primer mandatario nacional. Para colmo de males, los pocos ministros capaces en su gabinete no parecen tener la fuerza para tomar las decisiones mínimas necesarias para detener la hecatombe económica que se inició hace varios años atrás y que el presidente y su equipo de gobierno no han tenido ni la voluntad ni la capacidad de atender adecuadamente quizá esperando ese “Dios Proveerá” que al parecer, no termina de cubrir sus expectativas.

El hecho es que dentro de eso que ha dado a llamarse “el modelo” el presidente y su equipo tienen un margen de maniobra muy pequeño. Si se asume que el sector privado es el enemigo a vencer, que el estado puede administrar desde el negocio petrolero hasta las areperas socialistas pasando por un sinnúmero de empresas hoy quebradas, entonces no hay ninguna posibilidad de superar esta crisis sin que medie un cambio de actores, -lo cual inevitablemente ocurrirá-, y el asunto es procurar que se produzca por vías constitucionales.

Pero si privara la sensatez y la cordura, si se reconociera que el sector privado es parte de la solución, si se le diera un mínimo de respeto a la teoría económica y si el gobierno asume el fracaso del hiperestado, entonces la recuperación económica puede producirse en un lapso de tiempo más ó menos rápido y el chavismo no tendría necesariamente que desaparecer bajo el peso de sus errores. Aunque parezca mentira, aún hay tiempo de evitar el regreso a la ortodoxia económica que tanto daño causó y aun hoy causa, en las grandes mayorías de nuestros países.

Para no hacer más largo el cuento, y como una obligación ética de ser propositivo, se plantean –una vez más- las siguientes medidas económicas, que podrían ser implantadas sin que represente un harakiri político para el chavismo.

1.- Medidas Cambiarias:

1.1 Continuar el control de cambios a través de CENCOEX. Se descarta el SICAD como mecanismo de asignación de divisas.

1.2 Estructurar y divulgar un presupuesto de divisas exclusivamente para importaciones de bienes y servicios esenciales, tanto bienes finales como insumos para la producción y bienes de capital, a ser financiado con las divisas provenientes del ingreso petrolero. La asignación de estas divisas continúa por el sistema de aprobación de CENCOEX con base en los listados de bienes prioritarios. El tipo de cambio comienza en 90 USD/VEB, desplazándose en sucesivas microdevaluaciones alineadas con los objetivos de inflación creíbles y previamente anunciados.

1.3 Todas las demás transacciones quedan atendidas por el mecanismo de SIMADI, en un mercado de libre concurrencia donde el precio se determina en función a la oferta y demanda. Remesas, operaciones de cobertura, estudios en el exterior, repatriación de capitales, viajeros, compras electrónicas e importaciones no esenciales serían atendidas por este sistema. Se espera que en este mercado inicie su cotización muy cerca del precio del mercado paralelo e irá disminuyendo en el primer año hasta situarse alrededor de Bs. 440 en la medida en que se aplican las diferentes medidas contenidas en el plan.

1.4 Con la finalidad de aprovechar el “overshooting” en la cotización del paralelo, y financiar orgánicamente los compromisos en bolívares de la empresa y del estado, PDVSA y la Tesorería Nacional pueden intervenir como oferentes en este mercado, colocando oferta de divisas entre 1.5 y 3 millardos de dólares en el primer año en un esquema preanunciado de operaciones. La confianza de una oferta estable y continua (aunque reducida) de operaciones elimina la sobrecobertura, aplana la demanda, controla las expectativas de devaluación (infundadas o no) y permite recoger una gran cantidad de bolívares que irían a la inversión social compensatoria, reduciendo en 10-12 puntos del PIB el déficit fiscal, desacelerando el crecimiento de la liquidez, castigando a los especuladores que han transado en más de Bs. 800 por dólar y eliminando la necesidad de financiamiento monetario a PDVSA. La conjunción de ambas tasas podría estar situando la tasa de cambio implícita alrededor de Bs. 240 por dólar y con una gran predictibilidad en los años subsiguientes, eliminando el efecto que la especulación cambiaria genera sobre los precios internos.

1.5 El 70% de los dólares producto de la exportación de bienes y servicios, y turismo podrán ser vendidos en el SIMADI sin limitación. El 100% de las remesas familiares podrán ser colocados en ese sistema.

1.6 Permitir la cocirculación de moneda extranjera en las zonas francas del país, estableciendo un sistema de cobro electrónico operado por la banca pública para que los establecimientos registrados y con cuentas en dólares en bancos nacionales, puedan recibir pagos en divisas a tasa libre. Se establecerá el pago de obligaciones tributarias en divisas con base en el ingreso percibido en moneda extranjera.

2. Política Fiscal

2.1 Incrementar el precio de la gasolina a costo de producción (Bs. 30) mediante incrementos semestrales de Bs. 5 hasta Junio de 2018, comenzando con un precio de Bs. 10 por litro para la gasolina de alto octanaje y de Bs. 6 por litro para la gasolina regular, de aplicación inmediata. Anunciar el cronograma de ajustes, automáticos, sin someterse a discusión cada vez que se ajuste el precio. Aplicar la misma política para el gasoil, el GNV y el gas doméstico.

2.2 Rediseñar los esquemas de subsidio sobre servicios básicos provistos por el estado como electricidad, agua, gas directo y telecomunicaciones. Facturar al precio real de mercado y entregar el subsidio en efectivo a los usuarios para que paguen el servicio al precio real. Los receptores del subsidio serán evidentemente, aquellos que reciben formalmente y pagan por el servicio recibido (la base de clientes debe ser incrementada, nadie debe quedar sin pagar por el servicio recibido y esto debe ser requisito para poder recibir otros subsidios por parte del estado. Esto permitirá una evaluación más adecuada de la gestión de las empresas públicas, la comparación de sus costos contra similares en el exterior y en general se constituye en un elemento que ayude a mejorar la gestión de las empresas estatales. Progresivamente el porcentaje subsidiado debe reducirse, de acuerdo a un esquema preanunciado.

2.3 Congelar la nómina pública por un lapso de 3 años. El personal jubilado no será repuesto durante ese lapso.

2.4 Realizar la desconcentración territorial de algunos ministerios. Min Turismo al Edo. Vargas, por ejemplo.

2.5 Iniciar el proceso de desestatización de empresas estatales no estratégicas, mediante la transferencia de propiedad accionaria a los trabajadores, comunas y mecanismos de democratización del capital como cajas de ahorro y la Bolsa de Valores Bicentenaria.

2.6 Iniciar un proceso de evaluación e intervención de empresas estatales bajo la premisa de que todas las empresas del estado deben ser financieramente autosustentables. Elaborar un plan detallado para eliminar en 2017, las pérdidas de las empresas. De lo contrario debe iniciarse un proceso de privatización bajo diferentes modalidades, incluyendo lo contemplado en el punto anterior.

2.7 Establecimiento del monotributo, impuesto deducible del ISLR y de contribución universal para todos los venezolanos mayores de 21 años y menores de 60 años. Requisito indispensable para cualquier trámite con el estado. La recaudación del monotributo se realizaría en la plataforma del SENIAT pero los recursos se destinarían a financiar los planes de inversión en infraestructura de municipios (70%) y comunas (30%)

2.8 Establecer una retención de nómina adicional de 5% sobre el salario devengado, sin tope máximo de salarios, para apoyar la sostenibilidad del sistema de pensiones de vejez.

2.9 Iniciar el cobro en cuotas adecuadas, de las viviendas entregadas a la población a través de la GMVV y otros programas anteriores a esta.

2.10 Establecer un sistema de cobro de peajes en las principales autopistas y carreteras a nivel nacional para todos los vehículos. Los recursos obtenidos serán utilizados en el financiamiento del mantenimiento de las vías y servicios viales, a cargo de las gobernaciones quienes podrán otorgar en concesión a organizaciones de distinta naturaleza, la administración de los peajes y servicios viales.

2.11 Establecer un sistema de parquímetros en calles y avenidas con la finalidad de obtener recursos para el financiamiento del alumbrado y seguridad a cargo de las alcaldías del país.

2.12 Establecer un fondo para un programa de inversión anti cíclica en materia de infraestructura vial y transporte, financiado con el 50% de la recaudación por concepto de incremento de la gasolina.

2.13 Restablecer la obligatoriedad de ahorro en el Fondo de Estabilización Macroeconómica cuando la cotización del barril de crudo, supere los 75$ por barril.

2.14 Formulación del presupuesto de 2017 incorporando valores creíbles de inflación, déficit fiscal, crecimiento económico, ingresos y egresos, tasa de cambio, niveles salariales entre otros elementos necesarios para la predictibilidad de la economía. Incorporar la obligación de mantener déficits inferiores a 5% del PIB.



3. Política Monetaria

3.1 Detener de inmediato el financiamiento monetario del déficit de empresas estatales.

3.2 Mantener regulación de tasas de interés y política de cartera crediticia

3.3 Avanzar en el proceso de fusión de instituciones públicas y generar los incentivos para la consolidación del sistema financiero privado.

3.4 Impulsar el uso del dinero electrónico. Actualizar las comisiones máximas cobradas por la banca para transacciones no electrónicas, presenciales y de manejo de efectivo.

3.5 Retomar las Operaciones de Mercado Abierto para influir sobre el tipo de cambio.

3.6 Publicar periódicamente, reportes estadísticos de todas las variables económicas que mide el Banco Central de Venezuela.

3.7 Ampliación del cono monetario, mediante la emisión de billetes de Bs.500, Bs. 1000 y Bs. 2000

3.8 Consolidación en el BCV de los activos externos de la República con la finalidad de fortalecer las reservas internacionales del país.

4. Política Petrolera y Energética. Manejo de PDVSA y Filiales

4.1 Reorganización de PDVSA para reenfocarla en el negocio energético. Actividades no relacionadas deben ser transferidas a sus instituciones “naturales” dentro de la estructura del estado.

4.2 Modificación de acuerdos con Petrocaribe para establecer menores lapsos de financiamiento y cobranzas en efectivo o mediante titularización de deudas.

4.3 Apertura del mercado interno de hidrocarburos (estaciones de servicio, transporte) con la finalidad de expandir el alcance de los servicios. PDVSA mantiene presencia y un nivel operativo que le garantice autonomía a sus operaciones en el mercado interno.

4.4 Masificación del GNV apoyado en la inversión privada de acuerdo a lo señalado en el punto anterior, tanto en la adaptación del parque automotor como en el expendio de GNV con cobertura nacional, con especial énfasis en zonas fronterizas.

4.5 Establecer precios internacionales para el combustible en las regiones fronterizas, con el correspondiente subsidio en bolívares mediante transferencias directas condicionadas, a los residentes de las regiones afectadas que acrediten tal condición y que se encuentren solventes con las obligaciones contributivas con el estado (solvencias tributarias y de servicios)

4.6 Renegociación de activos expropiados a cambio de cesar demandas contra la república y PDVSA.

4.7 Modificación del huso horario oficial de la República Bolivariana de Venezuela, adoptando el sistema de “horario de verano” para adaptarse cuando por razones naturales, sea lo más conveniente para el aprovechamiento de la luz solar con el consiguiente ahorro de energía.

5. Marco Institucional y Jurídico

5.1 Incorporación en la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y Trabajadoras, de esquemas remunerativos para empleos no permanentes, que incluyan toda la carga prestacional y contributiva relacionada.

5.2 Modificación de los términos de inamovilidad laboral sustituyéndole por la preservación en la cantidad de puestos de trabajo, validados por las inspectorías correspondientes y por el IVSS

5.3 Reforma de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación para regresar la disposición del 70% los recursos a empresas y entes de investigación, mientras que el 30% restante sería administrado por el FONACIT.

5.4 Ley para la asignación con derecho de usufructo de tierras con vocación agrícola y ganadera, a campesinos. Sin transferencia de propiedad.

5.5 Renovación de las autoridades del BCV.

5.6 Énfasis en la formulación correcta del presupuesto nacional para el año 2017. Minimización de los créditos adicionales.

5.7 Política de Transparencia que se traduzca en la permanente publicación de cifras que permita a la ciudadanía evaluar la gestión pública. Reportes de producción, Informes de Gestión, de ejecución presupuestaria y Estados Financieros de empresas e instituciones estatales, Contratos suscritos por la República y estadísticas económicas relevantes.

5.8 Vocería económica única, no partidista y especializada, con la finalidad de transmitir a los formadores de opinión (medios, academia, inversionistas) las informaciones con las cuales se logren quebrar las expectativas negativas sobre el desempeño económico del país.

6. Política comercial y de precios internos

6.1 Eliminación de los precios Máximos de Venta para todos los productos con excepción de un limitado número de rubros que componen la Canasta Alimentaria Normativa.

6.2 Reforma de la Ley Orgánica de Precios Justos. Se mantienen los topes máximos de ganancia.

6.3 Los rubros de la CAN estarán sujetos a un esquema preanunciado y automático de ajuste de precios, concertado con los productores y atado a las proyecciones creíbles y conocidas de inflación.

7. Plan Extraordinario de Estímulo a la Inversión y el emprendimiento

7.1. Establecimiento de una zona franca en el Estado Sucre, con la finalidad de estimular la inversión real en infraestructura para la prestación de servicios turísticos, de acuerdo a un plan de desarrollo local, concebido en conjunto entre las comunas de la región, la gobernación del estado, las alcaldías y el Ministerio de Turismo, con el objetivo de diseñar un producto turístico competitivo, en armonía con la naturaleza y en sintonía con una visión de turismo no industrializado, que combine turismo de compras, religioso, médico, cultural, arquitectónico, de cruceros, agroecológico, de aventura etc.

7.2 Apertura al sector privado para la construcción y explotación en concesión, de obras de infraestructura como puentes y autopistas.

7.3 Desarrollo de un plan especial para el ensamblaje local en el lapso de 3 años de 80.000 vehículos de carga y transporte colectivo, con elevada incorporación de componentes nacionales de empresas públicas como VIVEX (vidrios), RIALCA (rines) Jhonsons Control (asientos) y privadas (baterías, cauchos, autopartes varias) fomentando su comercialización y financiamiento a través de la banca, incorporando un producto especial dirigido a grupos de emprendedores que utilicen los vehículos como medio de trabajo.

7.4 Sustitución de importaciones de insumos utilizados en la GMVV. Garantía de adquisición por parte del estado, de la producción de insumos para la construcción que pueden ser fabricados en el país

Debe entenderse que no hay medidas milagrosas. Tampoco hay medidas “indoloras” cuando estas buscan soluciones efectivas. La mejor manera de abordar los anuncios de medidas económicas es hacerlo de manera completa y en conjunto. Anunciar medidas aisladamente resta credibilidad al plan de ajustes. Lo único peor que unas malas medidas económicas, son unas medidas incompletas... ó no hacer nada.

@jhernandezucv
discusionpoliticavzla.blogspot.com