viernes, 31 de enero de 2014

¿LA CLAVE CONTRA EL DÓLAR PARALELO? UN MINIMO DE CERTIDUMBRE

¿LA CLAVE CONTRA EL DÓLAR PARALELO? UN MINIMO DE CERTIDUMBRE
“Predecir es difícil, y sobre todo el futuro”, una frase atribuída a Niels Böhr y que Giordani solía repetir para justificar su aversión a establecer metas y dar información clara a los periodistas de la fuente económica, es hoy más que nunca una acuciante realidad para los agentes económicos en Venezuela.
Nadie, o muy pocos han podido establecerse un plan, por pequeño que sea, de lo que piensan hacer en este 2014. Desde un viaje, una remodelación a la casa, una reparación mayor al carro, hasta las grandes decisiones corporativas que afectan a cientos de personas, aumentar o reducir capacidad, importar o producir, lanzar nuevos productos o eliminar algunas líneas y un largo etcétera, fueron prácticamente imposibles de planificar durante el mes de enero. 1/12 del año, el 8,33% del tiempo lo perdimos por no conocer para donde apuntarían las medidas económicas que tomaría el gobierno del presidente Maduro, aunque muchas de ellas se veían venir, en particular las referidas a la migración a SICAD de algunos sectores económicos. Otras medidas, como el aumento de la gasolina, siguen engatilladas en la estructura decisoria del alto gobierno, tal vez atascadas en la rumorada confrontación entre pragmáticos y radicales.
Y es que no hay medidas económicas que no generen críticas y quejas. Siempre habrá dolientes en las medidas económicas que se implanten. En este país en particular, todo se supera y la capacidad de adaptación del Venezolano, desde el empresario hasta el asalariado de la empresa pública y privada, el desempleado y toda clase de emprendedores hasta el buhonero, son capaces de darles la vuelta a la situación y seguir viviendo, mejor o peor pero viviendo. Lo que definitivamente no puede tolerarse, es la imposibilidad de tomar una decisión, por pequeña que sea debido a la enorme incertidumbre que genera el silencio gubernamental, la intermitencia e inconstancia de las medidas, ó la superposición permanente de nuevos parches y  remiendos sobre las normativas que se promulgan. Ni que fueran Microsoft.
Si para ir a mi oficina, cuento desde hace algún tiempo con un servicio de transporte deficiente, lento, e incómodo, seguramente no es la situación ideal pero me adapto. Seguramente me levanto más temprano para encontrar puesto, las mujeres no usarán tacones altos hasta llegar a su destino entre otras tácticas que se observan claramente en el día a día del caraqueño común. Pero si de la noche a la mañana, se anuncia que ese transporte ya no viene, el gobierno me promete un súper autobús de última generación pero que es impuntual,  no termina de llegar y cuando llega trabaja un día sí y otro no, impone nuevos requisitos sorpresa para admitir a los usuarios, y el conductor no puede asegurarte si mañana viene, seguramente tendrás que buscar un sistema paralelo que te permita trabajar, no importa si es la moto de un malandro que te cobra mucho más y anda ilegal, pero es la única forma que tienes de ir, aunque de cuando en cuando puedas subirte al súper autobús de funcionamiento intermitente. No puedes dejarle a la suerte la asistencia al trabajo, claro que siempre tienes la posibilidad de renunciar al trabajo (y así lo han hecho muchos).
Un mínimo de certidumbre que permita a las empresas y los consumidores planificar es lo que se necesita. Si ya migraron el sector a SICAD no hay problema, obviamente el precio de venta debe poder reflejar la nueva realidad. Los problemas ahora serían ¿Cuándo convocarán a mi sector industrial? ¿Cuánto me adjudicarán?
Lo mínimo que puede hacer el gobierno es promover la predictibilidad del sistema. Si en realidad procura que el SICAD se constituya en un mercado complementario legal, marcador de una tasa de cambio referencial, -en oposición a un dólar paralelo evidentemente manipulado y sobrevaluado- , si se le visualiza como un mecanismo que coadyuve a suplir en forma expedita las necesidades de divisas de la economía Venezolana, debe publicarse de una vez y por el resto del año, el cronograma de subastas y los sectores económicos que serán convocados. De esta manera, los potenciales demandantes de dólares en el mercado ilegal podrán planificar su producción, sus ventas, sus precios, su estructura organizacional y productiva, inversiones y empleo, en fin, ¿para que acudir a un mercado ilegal si ya sé que en tres meses voy a poder obtener –al menos parcialmente- las divisas que mi proceso necesita a una tasa más o menos predecible?
Esto es válido para cualquier organización, llámese privada nacional, multinacional, grande o pequeña, las PYMES, las cooperativas, las empresas de producción social y las empresas del estado, independientemente del sector industrial en el que operen. Todo el tejido productivo funciona como una red de proveedores-clientes, por lo que incluso la producción de las empresas socialistas se vería ampliamente favorecida, al disponer de insumos y servicios comercializados por el sector privado. No puede aplicarse una política de dominación al sector privado sin terminar afectando a las empresas públicas. Las condiciones macroeconómicas afectan sin miramientos a todas las empresas y como siempre repito, es preferible tener empresas capitalistas produciendo, que empresas socialistas paradas ó vacías, importando todo ó simplemente viviendo del presupuesto público.


@jhernandezucv

lunes, 27 de enero de 2014

UN DÓLAR A 6,30 NO ES NADA PATRIÓTICO



En buena parte de la militancia de izquierda, la nueva y más reciente devaluación del bolívar es no menos que una gran traición del gobierno, la claudicación de la patria, un golpe artero en las aspiraciones de la clase trabajadora, una oprobiosa medida que sólo beneficia al gran capital, un infame desconocimiento del “legado”. En este esquema mental, el valor de nuestra moneda, el bolívar, está relacionado más con la grandeza heróica del procer en cuyo honor se nombró nuestro signo monetario, que en el valor concreto y competitividad de la producción doméstica que lo respalda. En esta línea de pensamiento, la inflación interna, el déficit fiscal, la mermada producción petrolera, la incipiente producción industrial, la casi inexistente actividad exportadora no petrolera, la disminución de las reservas internacionales, la fuga de capitales, el endeudamiento externo entre otras nimiedades, poco o nada tienen que ver con el tipo de cambio. Lo que importa es que somos el pueblo de Bolívar y de Chávez, que luchamos contra el imperio, que se está gestando una nueva sociedad y que, por supuesto, el capitalismo mundial se está derrumbando. Tomando en cuenta todo eso, la tasa de cambio no sólo debería estancarse en Bs. 6,30/USD sino que además deberíamos procurar revaluarla cada vez más para defender al “pueblo”
En este punto debo decir que, ese sector ideológico, desde donde ha surgido una fuerte oposición a estas medidas del gobierno de Maduro y que, incluso se oponen al aumento de la gasolina, tienen plena coincidencia con la muy vituperada MUD; es decir, que Leopoldo Lopez y Henrique Capriles tienen hoy, más coincidencias con la mayoría de los articulista de Aporrea, que con los de El Universal.
Que persigue el gobierno al anclar el 80% de las importaciones a una tasa de Bs. 6,30 absurdamente sobrevaluada? La respuesta es sencilla, abaratar las importaciones, para crear una sensación de bienestar material insostenible, en resumen, “proteger” la capacidad de consumo de la población en el corto plazo.
Nótese el énfasis en el horizonte temporal en el cual –en el mejor de los casos- se recibirían los beneficios de esta política de anclaje cambiario como instrumento para dominar los precios. Se busca “proteger” la capacidad de consumo, y en esto, los extremos se tocan. De lo que nadie habla ó muy pocos lo hacen es sobre la capacidad de producción. Por lo visto para nadie es importante que discutamos sobre producir, crear las condiciones para al menos iniciar una diversificación productiva del país. Se busca defender y ser defendidos en la capacidad de consumo, no de producción lo cual evidentemente es una estrategia de cortísimo plazo, dependiente de la benevolencia de la cotización del crudo en los mercados internacionales.  ¿A quién beneficia un tipo de cambio a 6,30Bs/USD (donde sea que se encuentre disponible)? ¿al productor nacional?. Independientemente del sector económico, la escala de producción, la estructura de capital, la composición accionaria y la naturaleza misma de la empresa, NADIE, léase bien, NADIE puede competir contra un producto importado a razón de Bs. 6,30 por dólar. Intente el lector pensar en alguna actividad económica-productiva que pueda ser desarrollada en el país cuyo costo de producción sea razonablemente competitivo con su equivalente extranjero. Ni la grandes corporaciones nacionales, multinacionales, PYMES, EPS’s cooperativas y mucho menos las empresas estatales pueden suplir al mercado doméstico en condiciones razonables en términos de precios, si no media un subsidio. El gobierno lo entiende así, por lo que pretende a través del anclaje cambiario “equilibrar” la economía nacional.
Mantener el dólar a Bs. 6,30 no es nada patriótico. Sólo contribuye a reproducir las condiciones que nos han hecho un país importador neto de cualquier cosa, disminuyendo aún más –si es que eso es posible- nuestra posibilidad de iniciar el tránsito hacia la producción interna de un porcentaje creciente de nuestras necesidades de consumo como sociedad. Hoy los importadores, los funcionarios que autorizan los dólares, los miles de DAKA, los bachaqueros, los pimpineros están de fiesta con la decisión de anclar el valor del dólar, mientras que los emprendedores nacionales, la gente que quiere producir sigue de luto. La capacidad creadora del pueblo una vez más se ve empujada a ingeniárselas como acceder a esa piñata del dólar barato en lugar de desarrollar una oferta sustentable de bienes y servicios.
Sólo produciendo, creando riqueza podríamos proteger la capacidad de consumo de las futuras generaciones. No tenemos derecho a gastarnos todo el ingreso petrolero y heredarles un país peor que el que nosotros recibimos, más aferrado cada día  a la ilusión de un dólar barato.





viernes, 24 de enero de 2014

Esto se llama Paralisis Económica

Según el DRAE, Parálisis tiene como significado en una de sus acepciones “Detención de cualquier actividad, funcionamiento o proceso”, así que sin duda alguna podemos llamar a la actual situación del país como una brutal parálisis económica y productiva. Esta vez no voy a disertar sobre las posibles causas de tal situación, aunque no puedo dejar de mencionar que la escasez relativa de dólares, el atronador silencio gubernamental en materia de anuncios de política macroeconómica y cambiaria en particular, la asfixiante burocracia, el notable desorden en la gestión claramente expresado en una nueva intermitencia del SICAD entre otras muchas razones, influyen, refuerzan y prolongan esta parálisis. Me limitaré a comentar el tipo de situaciones, algunas importantes, otras no tanto que vive y padece un ciudadano cualquiera, un trabajador asalariado, un emprendedor de cualquier naturaleza en el marco de la llamada guerra económica.
Y es que al parecer, el gobierno ha identificado en el sector empresarial sus principales enemigos, así que todas las políticas públicas van orientadas a minimizarlo, ó por lo menos, a someterlo. Lo que el gobierno no ha entendido –desde la época del presidente Chávez- es que privado es cualquiera, que empresa privada no significa únicamente burguesía, y que los Capriles, Zuloaga y Mendozas no salen ni remotamente perjudicados con cada estupidez, que por acción u omisión, cometen quienes tienen la responsabilidad de ejecutar las medidas del gobierno.
Posiblemente exagero, pero no conozco un solo pequeño comerciante que no esté afectado en la actualidad: tapiceros parados por falta de goma espuma, tela, hilo etc, herreros varados por falta de electrodos y tubos, albañiles de vacaciones forzadas por no disponer de un saquito de cemento para tapar cualquier grieta, la señora que vende empanadas ahora cocina medio día y otro medio día se dedica a cazar la harina de maíz y el relleno de su producto. La muchacha que vende tortas y dulces para rebuscarse, esa que las hay en cada oficina pública y privada y todo el mundo conoce al menos una y que no ha podido hacer ni una panqueca por falta de harina de trigo (en mi oficina hace días cantamos cumpleaños y picamos pasticho en vez de torta, es en serio), los taxistas que duran meses accidentados por falta de repuestos, cauchos y baterías, fotógrafos, diseñadores, programadores, compositores y artistas que no han podido usar su cupito CADIVI para comprar sus equipos, instrumentos y materiales, talleres mecánicos cerrados hasta nuevo aviso, y hasta centros de copiado que no sacan copias por falta de toner. El caso de las copias es una verdadera tragedia, porque todos sabemos que no existe un trámite en este país que pueda realizarse sin la “copia fotostática” de ese papelito llamado cédula de identidad. Podríamos decir que uno de los motores de la economía Venezolana, la chispa que hace andar la maquinaria de la burocracia estatal son las fotocopias, así que ahora si estamos jodidos. Eso sin contar la escasez permanente de leche, aceite, queso, carne entre otras exquisiteces a las que se ha acostumbrado el cadivista paladar Venezolano.
Si así estamos para actividades de subsistencia, quizá no valga la pena mencionar (pero igual lo voy a hacer) que es probable que nadie en el país, pueda hacer una planificación de digamos, 6 meses en su futuro. Pedir un crédito para una nevera, comprar un carro, ó por lo menos pintar el carrito viejo, quitarle el ruidito que tanto nos atormenta, planificar las vacaciones, aspirar a comprar una computadora por Amazon, qué hacer con los cuatro reales que eventualmente nos sobran en un bolsillo ¿lo ahorramos, lo invertimos? Nada de eso es posible en los actuales momentos para los residentes en esta tierra de gracia.
Necesario es repetir que esto ocurre en el país más hermoso del planeta, con las mujeres más bellas, el destino más chévere, con una dotación de recursos naturales envidiable, en un contexto donde la cesta petrolera se cotizó durante 2013 por arriba de 90 dólares el barril, donde no ha ocurrido en los últimos meses (y ojalá sigamos así) ninguna catástrofe natural, ninguna guerra convencional, ninguna invasión, no se desplomó el precio del petróleo ni nos cayó una plaga de langostas. Son las consecuencias de “la crisis del capitalismo”, pero que vaina que se sufren más en el socialismo. Quizá a un habitante de Ruanda todo esto le suene a quejadera sin sentido, tendríamos que explicarle que todo esto ocurre en este país no es por falta de demanda solvente, sino por la inacción del estado, el principal actor económico del país.
A todas estas, donde están los ministros, viceministros, jefes, responsables que tienen años ofreciendo que los convenios con Irán nos iban a garantizar pleno suministro de harina, leche y otros? Que las reses argentinas y brasileñas mejorarían la genética del ganado Venezolano y que con la expropiación del Charcote, la Marqueseña y otras miles de hectáreas tendríamos plena soberanía alimentaria? Los que ofrecían que la planta de Haier produciría no sé cuántas neveras, y que las ensambladoras chinas e Iraníes llenarían el Mercosur de carros, celulares y computadoras made in Venezuela? Que la nacionalización del cemento y la planta Cerro Azul solucionarían el desabastecimiento del mercado local? Esos funcionarios no cayeron víctimas de la guerra económica, sino que por el contrario, son una vez más premiados, ratificados en sus cargos o movidos a otros similares, exiliados en embajadas o peor aun, promovidos a cargos de mayor importancia como son los casos de Menéndez, Jaua, Osorio y Fleming, que han dejado un cementerio de iniciativas fallidas a su paso y que hoy, tal como ayer, prometen para el futuro mejores resultados haciendo exactamente lo mismo que en el pasado.
Lo más triste de todo es que sólo con unos anuncios, con un par de medidas se puede hacer que la economía arranque. Esperaremos por los anuncios del Ministro Ramirez.

@jhernandezucv

PD: Fué escrito antes de anunciarse las nuevas medidas cambiarias



jueves, 16 de enero de 2014

PDVSA es el origen de los problemas y de allí debe partir la solución.


Los problemas económicos de Venezuela en esta coyuntura, la persistente  y aguda escasez y su hermana siamesa, la inflación desbordadas, el desmantelamiento de cualquier posibilidad de emprendimiento agrícola ó semi industrial, la asfixiante burocratización de la sociedad y de los medios de ¿producción? y la exacerbación de males sociales de expresión económica como los raspacupos, los pimpineros y contrabandistas de todo rubro hacia los países vecinos, con la creciente, generalizada, obvia y necesaria corrupción del funcionariado que da soporte y protección a esas actividades, todo eso y más tiene un origen, ó en todo caso una repetida justificación: la escasez de dólares regulados y el inigualable atractivo y oportunidad de lucro que representa obtener unos cuantos billetes verdes a la absurda tasa a la que hoy se cotiza oficialmente. Vale decir que pocas empresas privilegiadas obtienen esa tasa de cambio: la mayoría de quienes aparecen en los listados de CADIVI como beneficiarias de esa bendición celestial, en realidad han tenido que cancelar desde 1 hasta 20 bolívar por cada dólar aprobado a toda una gama de contactos y flechas de la burocracia cambiaria, hoy aumentada por la superposición de capas administrativas encargadas de lo mismo: decidir quién puede recibir la bendición del dólar a 6,30. Imaginemos el poder de extorsión que tienen estos administradores de la riqueza petrolera del país.
Pero en realidad, el problema es PDVSA. Ciertamente, nuestra empresa petrolera es también víctima de una política cambiaria absurda, orientada con la pretensión electorera de crear una sensación de bienestar insostenible mediante el subsidio del consumo a toda la sociedad, -tanto el consumo básico como el suntuario- tomando dólares baratos generados en un sector de alta productividad, entregándoselo sin compensación equivalente a otro sector de muy baja productividad (todos nosotros) lo cual a su vez reproduce las condiciones que dieron origen a esa baja productividad.
En efecto, PDVSA, nuestra insigne empresa, productora de viviendas, de productos agrícolas, de bachilleres, barcos y eventualmente, de petróleo y gas, sometida a una constante exacción de recursos para financiar no sólo el desarrollo del país, sino el proselitismo político nacional e internacional, es la primera afectada por la política cambiaria de mantener un dólar artificialmente barato, ya que recibe menos bolívares de los que debería, para financiar gastos que si están determinados por el dólar no oficial.
PDVSA es el problema porque no ha podido recuperarse luego del sabotaje petrolero, porque no ha podido remplazar a lo meritócratas técnicamente bien capacitados pero insubordinados al proyecto nacional, porque ha abarcado más de lo que debería por lo cual ya no aprieta bien donde realmente le corresponde, porque ha tenido que financiar la errada política de expropiaciones de empresas que hoy están en el suelo y que ahora son una carga para todos como SIDOR, CORPOELEC, Lacteos Los Andes entre otras, porque ha debido incorporar a su nómina a miles de personas sin la calificación profesional necesaria, porque ha sido el pilar de la política exterior, comprometiéndose a vender por debajo y comprar por arriba de lo que la lógica mercantil hubiese aconsejado, porque las misiones de salud, educación, alimentación, electricidad y vivienda quedaron bajo su responsabilidad no sólo financiera –lo cual siempre ha sido el rol de PDVSA como principal financista del estado- sino bajo su control operativo. PDVSA es culpable porque el profesionalismo, la planificación y la lógica empresarial fueron remplazados, no por la anteriormente ausente sensibilidad social y compromiso con el desarrollo nacional, sino por el medalaganismo, el irracional condicionamiento electoralista que encarece las obras si es necesario con tal de tener algo que mostrar, aunque después quede en abandono. Esta presión sobre la caja de una empresa que cada vez produce menos, que cobra en efectivo y a crédito sólo una fracción de lo que vende y debe pagar al día, de contado en muchos casos, no sólo sus propios gastos y proveedores (lo que generalmente hace con mucho retraso, creando nuevos problemas en la operatividad de la empresa) sino además el precario funcionamiento del estado, porque de lo contrario se paralizan las obras en marcha, obliga a buscar cada vez más frecuentemente, financiamiento por parte de la banca local, lo cual no representa problema, sino además –y esto si es un mega problema monetario- a través del Banco Central de Venezuela.
La politización electorera ha llevado a PDVSA a niveles de producción muy bajos, y de esa producción sólo una porción es cobrada efectivamente y representa entrada de divisas para el país. Consultoras internacionales afirman que en promedio, sólo 1.5 millones de barriles de los 2.3 exportados representan ingreso de liquidez para la empresa. El endeudamiento externo ha crecido de manera exponencial lo cual no sería del todo malo si ese dinero hubiese sido invertido en algo verdaderamente productivo. El gobierno habla de más de 600 millardos de dólares en inversión social en 15 años, sin embargo la infraestructura vial, la producción y abastecimiento de alimentos, la calidad de los servicios médicos y educativos, la provisión de servicios como el agua potable, la electricidad y hasta el gas doméstico son hoy, si no peores, al menos igual que hace 10 ó 12 años. Incluso lo que se había avanzado con la misión barrio adentro hoy se ha perdido. Nótese que hablo de la calidad, así que si alguien pensaba decirme que hemos graduado a no sé cuántos millones de bachilleres y que tenemos trillones de estudiantes universitarios, absténgase de hacerlo, a menos que pueda demostrar aunque sea exagerando, que esto está produciendo un cambio cualitativo importante en nuestras fuerzas productivas.
El problema es PDVSA y es partir de ella que vendrá la solución. No se trata de volver a la etapa meritocrática de los Luis Giusti, Gustavo Roosen ó Sosa Pietri. Se trata de reenfocar la empresa hacia la generación de excedentes económicos para que otros entes lo administren. No hablo de un estado mínimo, hablo de una empresa donde priven los criterios gerenciales, donde la eficiencia es la norma y no la excepción, donde es el talento y no el color de la franela lo que determine la política de recursos humanos (considérese además que muchos franelas rojas solo aparentan ser chavistas, y salen a marchas, a vender y comprar cupos CADIVI y a votar por la oposición, porque las lealtades así creadas duran muy poco).
En resumen, llevar la producción  al límite de la cuota OPEP, ajustar progresivamente el mercado interno de hidrocarburos (aumento de la gasolina y el gas doméstico), minimizar el contrabando de extracción, permitir la participación privada como proveedor de servicios especializados expropiados y en el transporte y comercialización, avanzar en las prometidas refinerías del plan Siembra Petrolera, fortalecer la formación técnica del recurso humano (reapertura del CIED), transferir las actividades no relacionadas con la producción de energía a los entes correspondientes, reforzar las áreas medulares de exploración y refinación y cobrar más rápido la factura petrolera a los países “amigos” entre otras muchas cosas permitirán a la empresa fortalecerse. Una PDVSA debilitada sólo le conviene a los enemigos que se pretende combatir, Hay que fortalecer a PDVSA para poder tener una economía fuerte pero esa reorientación del pensamiento que orienta a la gestión gubernamental debe ir acompañado de una reformulación de la política económica más orientada hacia la sostenibilidad y la productividad del sector no petrolero.



jueves, 9 de enero de 2014

La credibilidad de la política económica



Son cosas de simple sentido común. En nuestra vida diaria, en la interacción con otros, en nuestros empleos, en los estudios, en el amor, la lógica es siempre la misma: La credibilidad es un gran activo.
Podemos equivocarnos, podemos fallar, tomar decisiones equivocadas pero siempre que hayamos sido honestos, afrontado las consecuencias, cumplido con lo ofrecido, honrado nuestros compromisos ó excusarnos a tiempo de no hacerlo, hasta el más enconado adversario reconoce nuestra seriedad. Mientras haya seriedad, todo se puede conversar, negociar, acordar. Sin seriedad, sin apego a la palabra empeñada, sin cumplimiento en tiempo y forma de los compromisos, hasta las iniciativas más loables, hasta los regalos, todo lo bueno, deja de serlo ó lo es menos.
El caso de la gestión gubernamental no es una excepción: se puede tener una idea equivocada de lo que es la sociedad, de lo que el país necesita. El gobierno puede empecinarse en mantener una política de bienestar fundamentada en subsidios, hasta que el modelo colapse. Es una opción lícita y con respaldo electoral así que pueden continuar por el camino de las subvenciones, subsidios, estatismo asfixiante, controles, regulaciones y fiscalizaciones. Es una visión de país así que los que apoyan la opción estarán contentos y quienes no apoyamos esa manera de  dirigir un país, nos aguantamos, y planificamos y tomamos decisiones sabiendo hacia dónde van los tiros y de acuerdo a lo que queremos lograr y lo que esperamos evitar.
El verdadero y más grave problema que veo en la actualidad no es sólo una política económica equivocada, temerosa de corregir las profundas distorsiones acumuladas a lo largo de muchos años sino, la falta seriedad, el desorden en la gestión, la imposibilidad para unos y otros, de planificar, de anticiparse a lo que el corto plazo nos depara. En general, muchos Eudomar Santos manejando el gobierno y su filosofía profundamente arraigada en la gestión pública termina afectándonos a todos, ya que no se pueden tomar decisiones sin un mínimo de certidumbre de lo que va a pasar. Todo se paraliza.
Ejemplos de esto en 2013 son varios, trataré de resumir: El nombramiento de Edmee Betancourt como presidente del BCV, una pésima decisión sólo superada por su posterior destitución. La eliminación del SITME, aborrecido ahora por aquellos que lo crearon y el vacío que dejó ante un SICAD dubitativo, intermitente y posteriormente, moribundo. La falta de convocatoria a las subastas de la nueva versión “reloaded”, la impuntualidad en la convocatoria que provoca que las empresas se enteren de la “rifa” fuera de horario laboral, la inclusión intermitente de viajeros en la convocatoria (publican un reglamento que establece que podrán optar hasta USD 2.500 y nadie ha recibido tal cantidad), la progresiva disminución de los montos adjudicados, el “error material” que anunciaba la suspensión del mecanismo a mediados de diciembre, para luego cerrar el año con la publicación con más de 20 días de retraso del boletín mensual con los indicadores de inflación, adornado con un lamentable comunicado de prensa. Todo esto ocurre en el marco del más absoluto silencio, ningún vocero se manifiesta al respecto y cuando lo hacen no se cumple, como cuando Armando León en Agosto, ofreció “para la próxima semana” una subasta que llegó varias semanas después. En cuanto a la vocería autorizada, la falta de un vocero ó la existencia de muchos agrava la situación: declaran Giordani, Arreaza, Merentes, Ramirez además de los inefables diputados Sanguino y Farías. Hacia el último trimestre se produjo la desaparición del ministro Merentes y su reemplazo por el ministro de petróleo, presidente de PDVSA, vicepresidente económico, vicepresidente del PSUV, coordinador del órgano de vivienda, de cuanto estado mayor y comisión superior han inventado, cuarto bate y novio de la madrina Rafael Ramírez.  Ni el presidente del BCV ni el ministro de Finanzas al parecer tienen nada que decir respecto a la economía del país, quizá están atendiendo asuntos más importantes.
El 2014 lamentablemente no pinta mejor. Tras casi 10 días del mes de Enero, la anunciada renovación del cupo electrónico no se ha concretado y aunque es un problema menor, en el sentido que no trastorna la economía nacional, si es una pésima señal, pone a la gente a especular sobre las razones, le echa gasolina al dólar paralelo y crea un descontento innecesario en la población. Otra promesa incumplida es la fulana publicación de los precios de los vehículos. Aunque es una medida totalmente inocua por cuanto no representa ningún efecto en la producción de vehículos, lo menos que podían hacer era publicarla en la fecha en que lo prometieron. Si no son capaces de cumplir la fecha de publicación de una lista de precios, como puede creerse que serán capaces de solventar los problemas de producción y abastecimiento de ese rubro?
Maduro ha tomado algunas medidas aisladas acertadas, el aumento en el encaje legal, el aumento de la tasa de interés pasiva, la discusión sobre el aumento de la gasolina (ya mató ese tigre, ojalá no le tenga miedo al cuero), las fiscalizaciones entre otras. El año 2014 es el momento de avanzar en la corrección de las distorsiones como la congelación de precios que han exacerbado la escasez y acelerado a su hermana siamesa, la inflación. El reloj está andando, esperamos escuchar medidas inmediatas y sobre todo, creíbles.

@jhernandezucv



miércoles, 8 de enero de 2014

TURISTEAR EN VENEZUELA

Hablando un poco de turismo nacional, voy a repasar algunas ideas sobre el tema. Venezuela, es bien sabido, dispone de un atractivo natural envidiable, las mejores playas del mundo, paisajes variados, flora y fauna generosa entre otras dotaciones entregadas por Dios, constituyen la mayor oferta turística, sin negar que existen ciertos destinos donde son las manifestaciones artísticas-culturales, religiosas, gastronómicas y el patrimonio histórico lo que se convierte en atractivo para el visitante local y extranjero. En cuanto al visitante extranjero, hasta Junio 2012, última fecha en que el ministerio de Turismo tiene disponible alguna información estadística, podría esperarse en un escenario optimista, el arribo de unos 850.000 turistas durante el año, lo cual representaría un incremento importante en el flujo de visitantes foráneos. Para poner esa cifra en contexto, considérese que Cuba, un país sometido a bloqueo económico y muy vilipendiado en los medios de comunicación Internacionales, recibió en 2.013, poco más de 2.8 millones de turistas y por ese concepto ingresaron a las isla, aprox 2.5 millardos de dólares, convirtiéndose en la segunda actividad generadora de divisas para ese país. En Venezuela, podrían haber ingresado entre 0.9 y 1.1 millardos USD por ese mismo concepto. Otro aspecto a considerar tiene que ver con que según las cifras de MINTUR, en 2.012 al menos el 20% de los visitantes lo hicieron por motivos de negocios, lo cual es perfectamente verificable al visitar los hoteles 5 estrellas de la capital y comprobar que en su mayoría, los huéspedes son trabajadores y ejecutivos de las multinacionales que operan en el país, que vienen a ofrecer bienes y servicios, dictar cursos, entre otras razones similares. Finalmente, hay que considerar que buena parte de los visitantes a nuestro país, quienes declaran venir de visita, provienen de Colombia, lo cual me atrevo a asegurar, está vinculado con la masiva salida de productos subsidiados por contrabando hacia el vecino país, por lo cual ese turismo no sólo no trae, sino que además, se lleva.
En cuanto al turismo interno, es innegable que ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos años, hecho indudablemente vinculado a la recuperación del poder adquisitivo del Venezolano, lo que hace que en temporadas vacacionales, puentes y feriados, sea prácticamente imposible encontrar disponibilidad de servicios turísticos en casi ningún destino de la geografía nacional, especialmente en los destinos playeros.
Ahora, la calidad de la experiencia turística vivida en el que probablemente sea el país más bello del mundo, es otra historia. Comencemos por hablar de infraestructura: Aeropuertos nacionales e internacionales, terminales de transporte terrestre y carreteras y autopistas, son una verdadera tragedia, considerando los volúmenes de turistas locales que los utilizan y los que se aspira a atraer hacia el país ¿Quién puede disfrutar de un viaje placentero saliendo desde el terminal de La Bandera? En este punto debe mencionarse adicionalmente los servicios de disposición de desechos sólidos: una verdadera vergüenza en todo el país, pero especialmente marcado en zonas playeras y turísticas en general, basta con ir hacia Tucacas y ver que en la vía, a menos de 100 metros del mar, hay botaderos de basura a cielo abierto, rodeados en épocas más recientes, por la proliferación de ranchos que ha afectado al país entero en los últimos años.
Sigamos con los servicios de transporte: las aerolíneas Venezolanas son, sin duda un verdadero desastre, siendo la impuntualidad y el mal servicio un sello, una “marca país” como le llamarían los mercadologos. La escasez de frecuencias y de destinos es denominador común. Viajar entre Puerto Ordaz y Mérida (dos polos de turismo receptivo por consolidar) es imposible sin pasar por Caracas ó Maracaibo, lo cual representa perder un día de vacaciones. Tómese en cuenta que, por ejemplo, un trabajador Norteamericano toma no más de una semana al año para sus vacaciones. No time to waste.
Sigamos con la oferta de servicios al turista: los hoteles consolidados, aparte de insuficientes y costosos, tienen fallas en el mantenimiento y se ven afectados por otras condiciones del país: apagones y falta de agua entre ellos. Por otra parte, las posadas y servicios de alojamiento alternativos cuestan en temporada alta, tanto como un buen hotel de Bogotá ó Buenos Aires. En cuanto al trato al turista local ni se diga: comerse un pescado frito en la playa (justo donde los pescan) en un ranchito sin instalaciones sanitarias, con escaso esmero y cuidado en su preparación es una apuesta riesgosa y extremadamente costosa. Súmele a ellos los vivos que han privatizado las playas y que te alquilan un toldo y una silla por medio salario mínimo, de las cervezas y otros insumos mejor no hablemos. El caso de los lancheros en Morrocoy es como para echarse a llorar.
Finalmente, la inseguridad, esa que en México y Colombia obedece a estructuras criminales más o menos bien organizadas, en nuestro país es ciertamente más democrática: en cualquier zona, a cualquier hora, cualquiera puede atracarte, sólo se necesita una moto y una pistola -ambas muy abundantes en nuestro país- y es suficiente para que te dejen sin ganas de volver. El caso de Mónica Spears, más allá de la tragedia que toda muerte representa, es un caso de enorme simbolismo en esta materia: una Venezolana emigrada, vino con su esposo extranjero, a visitar su país, sabiendo que tiene los paisajes más bellos del planeta, (sobre eso publicó bastantes fotos en las redes sociales), y encontró la muerte en una carretera Venezolana donde varios cientos ya han perdido la vida y/o sus bienes en similares circunstancias en los miles de atracos que se dan en el sector. Si creen que exagero, pregúntele a los conductores de transporte colectivo que hacen uso de esa ruta.
Agréguesele a ello, la situación cambiaria, en la que ser poseedor de un dólar –algo muy normal para cualquier turista no Venezolano- te convierte en objetivo militar, poseedor de una riqueza inimaginable. Las posibilidades de comprar directamente en dólares, ó cambiar legalmente a bolívares a una tasa de cambio atractiva, en nuestro país simplemente no existen, por lo que el turista es abordado desde el propio aeropuerto por cientos de candidatos –en muchos casos autoridades- dispuestos a “ayudar” con el cambio de moneda.
En conclusión, hacer turismo en Venezuela es costoso, incómodo y riesgoso, aun así, vale la pena seguir intentando y avanzar en la formulación de políticas y en muchas gestión gubernamental para desarrollar el potencial del país para el aprovechamiento de los beneficios de la actividad turística y sus impactos positivos en su economía, a través de la generación de divisas, el desarrollo desconcentrado del territorio, y la redistribución del ingreso. Para ello, sobran las oportunidades, siendo el principal enemigo la depauperación y la informalización de todo el país, donde las invasiones –tanto de propiedad privada, como de áreas verdes públicas- que hoy son refugio de malandros y delincuentes como los que asesinaron a la Miss Venezuela, se han desatado sin interés aparente e incluso protección de las autoridades. Así mismo, la informalización y anarquizacion de la actividades de servicios turísticos (playas llenas de buhoneros, autobuseros que cobran lo que mejor les parece, taxistas sin tarifario ni taxímetro entre otras perlas) debe ser atendida como un problema que atenta contra el desarrollo de una actividad prioritaria para el país, por lo que debe castigarse severamente las prácticas de usura y desbordada ambición que hacen que el turista sea percibido como una piñata, al que hay que sacarle lo máximo posible en el menor lapso, en lugar de fortalecer la consolidación en el mediano y largo plazo de un destino turístico específico.
Por otra parte, hay que desarrollar un plan para la explotación racional de nichos del mercado turístico: ecoturismo, agroturismo, turismo religioso, deportivo, turismo de convenciones, turismo médico (como en Cuba) entre otros. Es un campo fértil para la inversión privada productiva, pero se necesita orden en el país como condición necesaria.
Veamos el caso de Orlando, en Florida, Estados Unidos. Es una ciudad de poco menos de 2 millones de habitantes (incluyendo localidades cercanas) que en el año 2011 recibió 55 millones de turistas, 3.8 millones de ellos, extranjeros. Es la región del mundo donde más autos se alquilan entre otras características que destacan ¿alguno de Uds. sabe cuánto cuesta alquilar un carro en nuestro país? Visitar Orlando es, sin duda, comprender el concepto de Industria Turística. La integración de una cadena de servicios  destinados a que el turista visite, gaste, y regrese una y otra vez (diversión, compras, transporte, ornato de la ciudad, accesibilidad para discapacitados y ancianos, alojamiento, seguridad, orden, limpieza, personal bilingüe y capacitado) Y en realidad no tiene un solo atractivo natural llamativo que valga la pena. Se ha enfocado en desarrollarse como un destino para el turismo familiar y las compras, y en épocas recientes ha hecho énfasis en el turismo de convenciones (el Convention Center de Orlando es en sí mismo un paseo).
En lo personal, aunque lo disfruto mucho, no es el concepto de Orlando el que yo considero un ideal para el desarrollo de la industria turística en el país. Ese modelo masivo, industrializado en el sentido Fordista, estandarizado, homogéneo y operado en forma concentrada por grandes corporaciones, dista de ser el ideal del desarrollo que Venezuela necesita. Lo ideal es un modelo desconcentrado, ecoamigable, de aprovechamiento de talento humano y encadenamientos productivos locales, fundamentalmente operado por PYMES, con respeto por las tradiciones culturales, artísticas y gastronómicas de la localidad. Ejemplos de buenas prácticas no abundan en nuestro país, pero las posibilidades de replicar experiencias como el circuito de la excelencia, son infinitas. Lo merecemos y lo necesitamos.

@jhernandezucv




viernes, 3 de enero de 2014

Ideas sobre Medidas Económicas Urgentes 2014

2013 fué un año caracterizado en materia económica por un lánguido crecimiento del PIB, a pesar de la favorable cotización internacional del barril de petróleo, una altísima inflación, una elevada y persistente escasez y en general un deterioro de las condiciones macro económicas del país. El reconocer que en los últimos años se han acumulado una serie de distorsiones en ese campo no es claudicar, es el primer paso para corregir lo que sea necesario y el 2014 -año no electoral- es una oportunidad de oro para hacerlo. Me salto la fase de los diagnósticos y paso directo a a algunas ideas de lo que pienso que debería hacerse desde ya para aprovechar el año. La demora es el principal enemigo.

Medidas cambiarias:
Régimen de cambio diferencial vigente por tres años: Se trata de establecer un sistema cambiario diferenciado, que conduzca a la progresiva restitución de los niveles de demanda real que la economía genere de acuerdo a su tamaño, y que no desestimule la producción interna, procurando minimizar el impacto inflacionario de la medida sobre los bienes básicos de la economía. Es un sistema un poco complejo que consta de tres tipos de cambio con vigencia de tres años, para terminar unificándose en dos tipos de cambio como sistema permanente. No implica la congelación del tipo de cambio, el cual debe guardar relación con el comportamiento de la inflación interna al compararla con la de nuestros principales socios comerciales:
Tipo de Cambio Nº 1: Bs. 9,50 por dólar. Representa una devaluación de 50,79% respecto a la tasa de cambio oficial actual, en reconocimiento de los valores de inflación acumulada durante 2013, con lo cual el valor de los productos importados se encarece relativamente respecto a los nacionales, restableciendo el equilibrio y sentando las bases para una racionalización de la demanda y de la sustitución productiva local, por lo menos mediante el aprovechamiento de la capacidad ociosa.
Este tipo de cambio sólo aplica para la importación de materia prima e insumos para la producción de la industria de alimentos y medicinas, así como ciertos rubros de alimentos y medicinas para uso/consumo final definidos en forma dinámica, en conjunto con el ministerio de industrias, agricultura y salud.
Tipo de cambio Nº2: Bs. 13,50 por dólar. Dirigido a equipos médicos, bienes de capital y sus repuestos, alimentos terminados y materias primas e insumos de todos los demás sectores industriales, incluyendo servicios, patentes ó cualquier otro concepto que apoye a la economía interna real. Nótese que está dirigido a todas las actividades de producción interna e inversión. No se subsidia mediante el TC la adquisición de equipos y bienes de capital.
Tipo de cambio Nº3: Dólar SICAD de libre flotación. Subastas de libre concurrencia donde el BCV inyecta al mercado una cantidad determinada y la interacción entre oferta y demanda privada determina el tipo de cambio y las cantidades que finalmente se transan en una jornada. La previsibilidad del precio y la constancia en las cantidades que el BCV esté dispuesto a inyectar tiende a “aplanar” la demanda y distribuirla adecuadamente en el lapso de vigencia del mecanismo. Todos los sectores y conceptos no contemplados en el TC1 y TC2 entran por este mecanismo, (remesas, turismo, compras electrónicas, importaciones no esenciales). Esta tasa regirá para la repatriación de las ganancias realizadas por las empresas no residentes, para las cuales el BCV establecerá cronogramas y mecanismos de liquidación. Ese tipo de cambio apunta según mis cálculos a un rango entre Bs. 18 -22. Esta tasa de cambio es la que debe regir la compra de los dólares a los exportadores a quienes debe permitírsele la libre disposición de hasta 80% de sus ingresos en divisas.

La constancia y la sostenibilidad de este mecanismo de cambio, donde el 75%-80% de las importaciones se producen  a una tasa de cambio ponderada de Bs.9,80-11,50 por dólar por una parte contribuye a desinflar la demanda exacerbada que hoy existe, permite la convergencia de la tasa no oficial (sobrevalorada hoy) por cuanto los flujos que cubren las necesidades reales están garantizados, mientras que cualquier excedente puede ser obtenido lícitamente en un mercado complementario, limitado pero constante, accesible incluso para personas naturales, democratizando la importación de bienes sin intermediarios. El impacto de esta convergencia esperada del TC No oficial hacia el TC promedio de la economía, debe producir un mejoramiento inmediato en los indices de inflación.

Medidas complementarias:

  • ·    Cronograma de incremento en el precio de la gasolina en Bs. 0,1 /litro mensualmente hasta Bs. 1,2 en diciembre 2014.
  • ·    Minimizar el ritmo de crecimiento de la liquidez, detener el financiamiento del BCV a PDVSA y otras empresas deficitarias. Las necesidades de caja deben cubrir se con emisión de deuda interna y apalancamiento a través de la banca pública y privada.
  • ·     Regulación y supervisión permanente sobre el establecimiento de precios. Regulación sin congelación de precios para la rentabilización de la producción interna. En este punto debe establecerse un cronograma de ajustes en los precios máximos de venta de rubros básicos como leche, carne, queso, harina de maíz precocida, azúcar refinada y aceite comestible entre otros, que promuevan la producción y disminuyan la escasez.
  • ·      Intervención y liquidación de empresas públicas no estratégicas y deficitarias. Hoteles, proyectos industriales fallidos, poco competitivos en ausencia del subsidio gubernamental directo ó a través de importaciones baratas deben ser privatizados ó transferidos a estructuras del poder popular (comunas) para su administración y operación. Ajuste progresivo de precios en los casos en que la baja rentabilidad sea a causa de la política de precios establecida, como ocurre en el caso de SIDOR, Aceites Diana, Lacteos Los Andes, AGROPATRIA, CANTV, CORPOELEC y las empresas del sector Cemento.
  •    Apertura al sector privado en sectores donde fué desplazado como por ejemplo, construcción residencial y comercial, transporte y comercialización de hidrocarburos en el mercado interno, algunos servicios al sector petrolero etc. 
      Esto lo escribí en Noviembre 2013 y sólo lo compartí en algunos foros de Internet. Algunas medidas al parecer, están en marcha