viernes, 31 de mayo de 2013

TURISMO INTERNO EN VENEZUELA



PLAN DE IMPULSO AL TURISMO INTERNO
Actividades turísticas en zonas periurbanas, cortos desplazamientos, alta frecuencia

                La actividad de turismo y recreación en Venezuela, muestra signos de una solidez y un crecimiento envidiable por cualquier otro país o por cualquier otro sector económico. Es simplemente impresionante observar el colapso de los servicios turísticos en las temporadas altas (puentes, vacaciones) por la enorme afluencia de asiduos visitantes de los más conocidos destinos turísticos, por lo general asociados al disfrute de las playas.
                Este movimiento turístico, aun cuando es altamente positivo para las localidades receptoras por el aumento de las ventas y la actividad económica en general, es también causante de un gran pasivo ambiental, un incremento en el numero de víctimas mortales y heridos en accidentes de tránsito, y podríamos hablar incluso de un pasivo “moral” como en el famoso caso de Los Juanes, debido al desmedido uso y abuso de alcohol y drogas en estas temporadas. Es cierto también que en términos de disfrute son muchos los aspectos a mejorar, por cuanto en estas épocas es perfectamente posible pagar en posadas mal mantenidas, sin los servicios mínimos deseables, montos equivalentes al que bien podría pagarse en un hotel bastante aceptable fuera del país. Así mismo, los altos precios de los servicios, comida y las interminables colas para ir y regresar del viaje, la escasez y posterior reventa de boletos, un Indepabis intermitente etc. Forman parte también del vacacionar del venezolano junto a las fotos del facebook.
                La inversión en turismo por parte del sector privado se ve afectada, no por la falta de capital, por cuanto existe una oferta suficiente de recursos a una tasa preferencial, sino por la imposibilidad de los prestadores de servicios, de garantizar un nivel de actividad más constante a lo largo del tiempo y no solo en los picos de las temporadas altas, que les permitan afrontar los compromisos derivados de una mayor inversión. Si a eso añadimos una relajada supervisión oficial y una demanda cautiva en temporadas altas, vemos que es muy poco el estimulo para el mejoramiento y crecimiento de la oferta de servicios turísticos.
                Una posibilidad en este sentido, es la intervención del estado en la promoción y apoyo al turismo de fin de semana, aquel que todas las familias deben poder disfrutar sin tener que esperar una ocasión especial, puentes, vacaciones etc. Se trata de un programa especial para impulsar destinos no asociados a playas  - las playas se promocionan solas, son destinos consolidados – y el disfrute ecoamigable de los atractivos turísticos que rodean a nuestras principales ciudades, contribuyendo a orientar el gasto en consumo de los turistas hacia pequeños y medianos prestadores de servicios turísticos.
                Paso a representar con un ejemplo: Los habitantes de Caracas aprovechan cada fin de semana para acudir masivamente a las playas, siendo las de Vargas e Higuerote las preferidas. También es cierto que los Centros Comerciales son ahora los espacios públicos predilectos para los caraqueños y es casi un un reflejo ó un hábito religioso el llevar a los niños a comer comida chatarra todos los fines de semana. Imaginemos por un momento una programa especial de turismo que facilite a los Caraqueños visitar por ejemplo un circuito montaña-playa como El Junquito – Carayaca – Oeste de Vargas;  Guatire-Araira; Los Teques-La Mariposa-Hoyo de la Puerta. Todos estos sitios mencionados tienen algún tipo de manifestación cultural autóctona, sepultada bajo el estrés de la “civilización”, a pesar de estar tan cerca de la ciudad. Así mismo, mantienen actividad agrícola y pecuaria que puede fácilmente integrarse con restaurantes y posadas, venta de alimentos frescos (el viajero siempre compra algo oriundo de la zona). Estas actividades beneficiarían principalmente a poblaciones deprimidas de las periferias y a pequeños productores, contribuyendo a evitar la depauperación de esos espacios. Guatire y sus ríos, Araira y sus pozos, siembras, cria y beneficio de animales en escala no industrial, las mandarinas, Carayaca y su clima y vista privilegiadas, su siembra de hortalizas frescas, el envidiable clima de Hoyo de la Puerta y la Mariposa entre otros son tesoros a la vista de todos pero a su vez ocultos, susceptibles de ser disfrutados racionalmente cada fin de semana por cientos de caraqueños.
                El papel del estado en todo esto? Con MINTUR como ente coordinador, Inversión directa de ser necesaria en la construcción de pequeñas posadas ecológicas y accesibles, dotación de transporte cómodo confiable y seguro, microcréditos para los emprendedores de la zona que se animen a integrarse al circuito de producción alrededor del turismo. Por otra parte, evitar y desalojar invasiones de áreas verdes, combatir la depauperación y anarquizacion de los espacios, alumbrado público, saneamiento ambiental, vialidad, seguridad y un plan de formación de microempresarios de turismo, el estimulo y reglamentación de estas áreas turísticas para garantizar el encadenamiento productivo entre otras tareas, corresponde al estado asumirlas en los diferentes niveles de gobierno.
                Cada ciudad importante del país está rodeada de pueblos similares a los aquí descritos, corresponde a los institutos de turismo de cada estado, identificar las potencialidades a desarrollar siempre dentro de esta visión, regida por el Min Turismo, como condición para que este se involucre y dirija los recursos al fomento de estas zonas. Las potencialidades son enormes, los beneficios  abundantes y focalizados en quien más lo necesita, bien vale la pena el esfuerzo.

Javier Hernandez
Economista UCV
@jhernandezucv

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