Hace un par de meses, el
Vicepresidente de la República Jorge Arreaza afirmó que “en Venezuela hay leyes
económicas que no se aplican” debido a su carácter neoliberal (http://www.elmundo.com.ve/noticias/economia/politicas-publicas/arreaza--hay-leyes-economicas--que-no-aplican-en-v.aspx)
En esa ocasión el Vicepresidente
de la República se refería a la relación, ampliamente conocida en la ciencia
económica entre el crecimiento de la liquidez y el crecimiento de los precios.
Al parecer, el alto gobierno cuenta entre sus asesores a personajes que niegan
la validez de tal relación, descalificándola por ser de carácter neoliberal.
Así estamos
Es cierto que bajo ciertas
condiciones, un aumento en la liquidez no necesariamente se traduce en
inflación. Si hay una rápida capacidad de reacción de la oferta agregada, los
saldos reales podrían ser absorbidos en forma relativamente rápida por un nuevo
nivel de actividad económica. Hasta allí no hay problema, pero ese no es el
caso de Venezuela.
El problema se presenta cuando se
pretende utilizar las manipulaciones monetarias para cubrir de forma recurrente
los crecientes déficits fiscales de un estado como el venezolano, manejado
desde hace varios años como la hacienda particular del gobierno, con atención
principal en los aspectos electorales, y sin la debida atención a los
equilibrios económicos necesarios.
Las últimas cifras publicadas por
el BCV luego de varios meses de mantenerlas escondidas de la opinión pública,
revelan que la “asistencia financiera” del BCV a PDVSA supera al mes de marzo
de 2015, la suma de 925 millardos de bolívares. Casi un trillón por si no lo
recuerdan.
Como funciona eso?
PDVSA debe financiar gastos en
bolívares, entre ellos los “aportes al desarrollo social”, es decir, misiones
sociales, construcción de viviendas, además de regalías, impuestos, dividendos
etc para que el fisco disponga de recursos para el funcionamiento del estado:
nóminas, hospitales, educación entre otros. En vista de que el dinero no le
alcanza, PDVSA emite unos pagarés (es como firmar un vale) a favor del Banco
Central de Venezuela, quien entrega a PDVSA y esta posteriormente al fisco, una
cantidad de dinero nuevo, que no proviene de la venta de petróleo, ni de la
producción interna del país. Simplemente el Banco Central “crea” ese dinero con
el que el gobierno termina pagando las pensiones, los salarios etc. Cuando ese
dinero llega a las empresas y los particulares, estos deben decidir entre
invertir, ahorrar o gastar. Como no hay oportunidades rentables de inversión,
no hay bienes durables que comprar, no hay posibilidades de ahorrar en divisas,
y con estas tasas de interés, dejar el dinero en el banco significa perder,
entonces la decisión más lógica es gastar. Además Todo el dinero creado en
forma primaria va a los bancos quienes tienen que prestarlo para poder pagarle
a los ahorristas, por lo que cada bolívar creado por el BCV para financiar a
PDVSA termina convirtiéndose en dos, tres, cinco bolívares.
A donde van todos esos bolívares?
Van detrás de la misma cantidad de bienes preexistentes en la economía, ya que
la producción no solo no ha aumentado sino que ha disminuido y por otra parte,
las importaciones, que han sido durante muchos años la variable que mantuvo el
abastecimiento bajo cierto control se desploman dada la crisis del sector
externo por la caída del precio del petróleo, ocasionando una cantidad cada vez menor de productos en
relación con una cantidad cada vez mayor de bolívares. Sin duda, los precios
tienden a aumentar; aunque el vice Arreaza no quiera verlo.
Pero digamos que ud razona como
el Vicepresidente Arreaza y se rehúsa a relacionar la cantidad de dinero en la
economía con la inflación. Para ud, la culpa de la inflación la tienen desde
Obama hasta el portugués (ahora chinos) del abasto excepto el gobierno. En ese
caso, recurro a un ejemplo que usé hace poco con mi hijo de 12 años para
explicarle la situación.
Monopoly
Todos hemos jugado alguna vez en
la vida Monopolio, ese juego de mesa que en algún momento se dijo fue incluso
prohibido en la Unión Soviética. En ese juego hay una cantidad limitada de
propiedades, cada una con un valor relacionado con su ubicación, también hay
cuatro ferrocarriles y dos servicios públicos.
Cada jugador comienza con 1.500
unidades monetarias, las cuales debe invertir correctamente para ganar dinero.
Aun después de que todas las propiedades han sido compradas y todas tengan casa
y hoteles, la cantidad de dinero en el juego sigue siendo la misma. No hay
creación de dinero, sólo cambio de manos de ese dinero. Los jugadores comienzan
a negociar para poder apoderarse del juego y ganar, para ello compran y venden
propiedades. Allí actúan la oferta y demanda y cuando se ponen de acuerdo en el
precio, se transa la propiedad.
Supongamos que como somos muy
vivos, para evitar que los jugadores se vayan a la quiebra tan rápido, sacamos
fotocopia a los billetes, multiplicando por cinco la cantidad de dinero que le
toca a cada uno. Es decir que ahora, en lugar de comenzar con 1.500 Ud.
comienza ahora con 7.500.
Que va a pasar cuando Ud, quiera
comprar a otro jugador digamos, un ferrocarril? Antes la cantidad de dinero en
el juego le permitía comprar un ferrocarril de 200 en un precio determinado. ¿Ahora,
cuanto le va a pedir el vendedor para que le sea atractivo? ¿Cuánto está ud
dispuesto a ofrecer por el ferrocarril si ahora tiene 5 veces más dinero? Eso
es más o menos lo que ocurre en este momento con la economía venezolana y una
cantidad de papeles sin valor que usamos como billetes. Por eso un carro usado
de gama media cuesta más de cien mil dólares a la tasa oficial CENCOEX.
Una liquidez creciente con una
escasa oferta de bienes, sin alternativas de ahorro, sin acceso a bienes
durables, sin oportunidades de inversión y con pésimas expectativas sobre el
futuro inmediato. El coctel perfecto para una hiperinflación de origen
monetario. Por eso ya nadie se pregunta si la inflación pasará de 100% este
año. Ahora la pregunta es si llegará a 200%. Es posible si seguimos como vamos
Econ. Javier Hernandez
@jhernandezucv
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