Son cosas de simple sentido común.
En nuestra vida diaria, en la interacción con otros, en nuestros empleos, en
los estudios, en el amor, la lógica es siempre la misma: La credibilidad es un
gran activo.
Podemos equivocarnos, podemos
fallar, tomar decisiones equivocadas pero siempre que hayamos sido honestos,
afrontado las consecuencias, cumplido con lo ofrecido, honrado nuestros
compromisos ó excusarnos a tiempo de no hacerlo, hasta el más enconado
adversario reconoce nuestra seriedad. Mientras haya seriedad, todo se puede
conversar, negociar, acordar. Sin seriedad, sin apego a la palabra empeñada,
sin cumplimiento en tiempo y forma de los compromisos, hasta las iniciativas
más loables, hasta los regalos, todo lo bueno, deja de serlo ó lo es menos.
El caso de la gestión
gubernamental no es una excepción: se puede tener una idea equivocada de lo que
es la sociedad, de lo que el país necesita. El gobierno puede empecinarse en
mantener una política de bienestar fundamentada en subsidios, hasta que el
modelo colapse. Es una opción lícita y con respaldo electoral así que pueden
continuar por el camino de las subvenciones, subsidios, estatismo asfixiante,
controles, regulaciones y fiscalizaciones. Es una visión de país así que los
que apoyan la opción estarán contentos y quienes no apoyamos esa manera de dirigir un país, nos aguantamos, y
planificamos y tomamos decisiones sabiendo hacia dónde van los tiros y de
acuerdo a lo que queremos lograr y lo que esperamos evitar.
El verdadero y más grave problema
que veo en la actualidad no es sólo una política económica equivocada, temerosa
de corregir las profundas distorsiones acumuladas a lo largo de muchos años
sino, la falta seriedad, el desorden en la gestión, la imposibilidad para unos
y otros, de planificar, de anticiparse a lo que el corto plazo nos depara. En
general, muchos Eudomar Santos manejando el gobierno y su filosofía
profundamente arraigada en la gestión pública termina afectándonos a todos, ya
que no se pueden tomar decisiones sin un mínimo de certidumbre de lo que va a
pasar. Todo se paraliza.
Ejemplos de esto en 2013 son
varios, trataré de resumir: El nombramiento de Edmee Betancourt como presidente
del BCV, una pésima decisión sólo superada por su posterior destitución. La
eliminación del SITME, aborrecido ahora por aquellos que lo crearon y el vacío
que dejó ante un SICAD dubitativo, intermitente y posteriormente, moribundo. La
falta de convocatoria a las subastas de la nueva versión “reloaded”, la
impuntualidad en la convocatoria que provoca que las empresas se enteren de la “rifa”
fuera de horario laboral, la inclusión intermitente de viajeros en la
convocatoria (publican un reglamento que establece que podrán optar hasta USD
2.500 y nadie ha recibido tal cantidad), la progresiva disminución de los montos
adjudicados, el “error material” que anunciaba la suspensión del mecanismo a
mediados de diciembre, para luego cerrar el año con la publicación con más de 20
días de retraso del boletín mensual con los indicadores de inflación, adornado
con un lamentable comunicado de prensa. Todo esto ocurre en el marco del más
absoluto silencio, ningún vocero se manifiesta al respecto y cuando lo hacen no
se cumple, como cuando Armando León en Agosto, ofreció “para la próxima semana”
una subasta que llegó varias semanas después. En cuanto a la vocería
autorizada, la falta de un vocero ó la existencia de muchos agrava la
situación: declaran Giordani, Arreaza, Merentes, Ramirez además de los
inefables diputados Sanguino y Farías. Hacia el último trimestre se produjo la
desaparición del ministro Merentes y su reemplazo por el ministro de petróleo,
presidente de PDVSA, vicepresidente económico, vicepresidente del PSUV, coordinador
del órgano de vivienda, de cuanto estado mayor y comisión superior han
inventado, cuarto bate y novio de la madrina Rafael Ramírez. Ni el presidente del BCV ni el ministro de
Finanzas al parecer tienen nada que decir respecto a la economía del país, quizá
están atendiendo asuntos más importantes.
El 2014 lamentablemente no pinta
mejor. Tras casi 10 días del mes de Enero, la anunciada renovación del cupo
electrónico no se ha concretado y aunque es un problema menor, en el sentido
que no trastorna la economía nacional, si es una pésima señal, pone a la gente
a especular sobre las razones, le echa gasolina al dólar paralelo y crea un
descontento innecesario en la población. Otra promesa incumplida es la fulana
publicación de los precios de los vehículos. Aunque es una medida totalmente
inocua por cuanto no representa ningún efecto en la producción de vehículos, lo
menos que podían hacer era publicarla en la fecha en que lo prometieron. Si no
son capaces de cumplir la fecha de publicación de una lista de precios, como
puede creerse que serán capaces de solventar los problemas de producción y
abastecimiento de ese rubro?
Maduro ha tomado algunas medidas
aisladas acertadas, el aumento en el encaje legal, el aumento de la tasa de
interés pasiva, la discusión sobre el aumento de la gasolina (ya mató ese
tigre, ojalá no le tenga miedo al cuero), las fiscalizaciones entre otras. El
año 2014 es el momento de avanzar en la corrección de las distorsiones como la
congelación de precios que han exacerbado la escasez y acelerado a su hermana
siamesa, la inflación. El reloj está andando, esperamos escuchar medidas
inmediatas y sobre todo, creíbles.
@jhernandezucv
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